En 2020 Javier Ortega Smith dijo del intelectual más importante de la historia gallega, Alfonso Daniel Rodríguez Castelao, Castelao, que fue un "racista, antiespañol y xenófobo". Lo hizo para atacar a Alberto Núñez Feijóo, entonces candidato del PP: "Va a haber que llamarle Alberto Feijóo Castelao", bramó. Solo 26.797 gallegos votaron a Vox en aquellas elecciones, las últimas, frente a los 627.762 que metieron la papeleta del PP en las urnas. Así, cuando la extrema derecha amenazaba el espacio electoral del PP en todo el país, Feijóo conseguía su mejor resultado. Aquello de Castelo fue una buena campaña para el líder popular.

El dirigente de Vox le dio al PP donde más le conviene. "Uno de los éxitos del PP es haber sabido abrazar una identidad regional fuerte, el galleguismo, que hace compatible con la identidad española. El PP no ahonda en la brecha entre la identidad española e identidad gallega. De algún modo trata de poder cerrar esa herida asumiendo un discurso galleguista", analiza para Público Guillermo Fernández, investigador en la Universidad Complutense de Madrid. Fernández lo tiene claro: "Es más un mérito del PP que un demérito de Vox".

Es en esencia el mismo análisis que hace Antón Losada, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Santiago de Compostela. Por un lado, apunta, la base social del PP de Galicia no comparte "en absoluto" el discurso de la "hiperespañolidad" de Vox; por otro, igual de importante, la fuerte implantación del PP gallego es un muro infranqueable. "Es muy difícil penetrar en el espacio de la derecha en Galicia porque allí donde quieres ir ya hay alguien del PP", dice Losada.

Y así es como la comunidad gallega se ha convertido en un páramo electoral para el partido ultra. En el mejor de los escenarios que manejan en Vox de cara al 18 de febrero podrían sacar un escaño en el Parlamento gallego, pero las encuestas hasta ahora les siguen dejando fuera. Es la única Cámara autonómica en la que no han penetrado.

En las últimas elecciones gallegas, en 2020, obtuvieron el 2,04 % del voto, muy lejos del 5% necesario para obtener representación. Fue la primera vez que se presentaron a los comicios autonómicos en Galicia.

Un concejal en Ourense, el rastro de Vox en Galicia

Sí se habían presentado antes a las municipales de 2019, pero sólo en 13 de los 313 ayuntamientos gallegos y en ninguno de ellos sacaron ni un solo concejal. El 28 de mayo duplicaron sus candidaturas y concurrieron a las elecciones en cuarenta municipios. Santiago Abascal prometió entonces "algún concejal" y así fue: Vox solo consiguió un asiento en el ayuntamiento de Avión (Ourense), un municipio curioso en el que se concentran las mayores fortunas mexicanas durante los meses de verano —migrantes de segunda y tercera generación que regresan a pasar las vacaciones—.

En cuanto a las elecciones generales, en 2019 Vox consiguió 116.381 votos, cuatro mil menos de los que obtuvo el BNG; y en las generales del 23 de julio fueron poco más de 77.000, menos del 5% del voto. La sangría de Vox también se sintió en Galicia.

"Si el PP pierde la absoluta a lo mejor en cuatro años hay un espacio para Vox", señala Fernández. Difiere en este punto de Antón Losada, que ve casi imposible la penetración del partido de Abascal en Galicia. "Su discurso se lo compra el 2 o el 3%, de ahí no pasarán", subraya. Tampoco consiguió hacerlo Ciudadanos en su mejor momento, porque la derecha en Galicia es monocromática y azul.