Santiago de Compostela
Aquí se cierra el capítulo para En Marea, la marca que consiguió en 2016 una alianza con Podemos, Esquerda Unida (EU) y Anova para las elecciones a la Xunta de Galicia, donde logró convertirse en segunda fuerza política, igualando al PSdeG-PSOE y liderando la oposición al longevo PP de Feijóo. Los comicios del 12 julio significaron la expulsión de su grupo parlamentario, pero también la de sus antiguos socios. Un plenario de la organización ratificó el "agotamiento" del movimiento, aunque de momento mantendrá una mínima estructura de organización para apoyar a las candidaturas municipales.
Hace cuatro años En Marea consiguió 14 diputados en el Parlamento de Galicia. El malestar interno entre los partidos que conformaban la coalición provocó que en 2019 Podemos, EU y Anova abandonasen la marca por discrepancias con su líder, Luís Villares, el que había sido candidato al Gobierno gallego. De esta manera, el pacto desapareció y como resultado se conformaron dos grupos en la Cámara gallega: el grupo Mixto, que se quedó con la marca de En Marea y con cinco escaños y el Grupo Común da Esquerda, que ocupó los nueve restantes. Ni uno ni otro han logrado mantenerlos.
En febrero y ya en la precampaña electoral de unas elecciones que fueron canceladas por la pandemia, el portavoz parlamentario de En Marea anunció su retirada de la política, de manera que Villares no repetiría como candidato para otros comicios. Su intención en el partido fue unir a la izquierda gallega según argumentó, algo que no consiguió puesto que los partidos concurrieron por separado. "Estamos asistiendo a un combate de sillones", alegó en su momento. Había declarado en su carta de despedida que no encontró la razón para no construir un "gran acuerdo" en la izquierda gallega y ofrecer una "alternativa progresista" para hacer frente al arraigado PP. "No entiendo por qué nos tenemos que enfrentar en las elecciones las Mareas, el Bloque, Anova, Podemos e incluso el PSOE", había sentenciado. Y así fue.
El futuro de En Marea se abrió en dos caminos a principios de año: desaparición de la organización o una nueva candidatura. No se presentó a las elecciones que iban a celebrarse en abril, pero sorprendió apoyando la convocatoria electoral de verano, puesto que tenía potestad para ello al haberse quedado con la marca y con los diputados. De hecho, por lo mismo también pudo servirse de la cobertura informativa de los medios autonómicos. En Marea concurrió a las más atípicas elecciones gallegas bajo Marea Galeguista y con Pancho Casal al frente del proyecto. Finalmente, la nueva fórmula no resultó efectiva.
En total obtuvieron 2.883 votos, 271.418 habían sido los de 2016. El golpe también se lo llevó el Grupo Común da Esquerda -concurría como Galicia en Común- que tuvo que abandonar el hemiciclo, dejando sus 14 asientos al BNG. La fragmentación política de la izquierda ya auguraba en los estudios demoscópicos una caída de hasta seis diputados, pero el panorama se dibujó todavía peor para los integrantes de la formación de Antón Gómez Reino, que no se esperaban tal fracaso. Ahora, la cámara gallega pasa de cinco grupos a tres, que dista del multipartidismo de la legislatura anterior.
Pancho Casal explica a Público que el espíritu de los inicios del proyecto "se agotó" entrando en apuros con "estrategias concretas y conflictos absurdos de entidad menor" y por "protagonismo". Además, Casal también hace referencia a los orígenes del movimiento de las mareas que terminó por arrastrar y expulsar de la Cámara a sus antiguos socios de Galicia en Común. "Pensaron que iban a quedarse vacunados por la irresponsabilidad que hubo", sostiene. Las elecciones de 2016 cogieron a En Marea "sin experiencia y sin poder gestionar todo el capital político". No obstante, el que se presentó como candidato a la Xunta cree que existe un espacio político para otro proyecto porque mantiene que el BNG y el PSOE "no son suficientes para cambiar la política en Galicia". Y además, insiste en que la formación de Ana Pontón no son votos "consolidados", y de creer que lo son, cometería el mismo "error" que cometieron ellos hace cuatro años.
Verónica Hermida, vocal del Consejo Ciudadano de Podemos Galicia, agrega que la ruptura con En Marea y el ruido mediático es uno de los elementos más "determinantes" para explicar los malos resultados de julio de Galicia en Común. Sostiene que la disolución ya se anticipó tiempo atrás en el momento en el que las organizaciones que le "dieron vida" se vieron "obligadas" a dejar el proyecto. Mientras tanto y debido a los resultados electorales de Podemos en algunas autonomías, la organización está sufriendo un "repliegue sistemático", pero considera que por ello mismo tiene que responder a este cambio de ciclo y reafirmarse como una "fuerza política indispensable".
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