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Cómo frenar a la ultraderecha: las izquierdas reabren el debate tras las elecciones de Castilla y León

El rechazo del PP a un cordón democrático a Vox en el Congreso tras las elecciones de noviembre de 2019 impidió que se desarrollase una estrategia para aislar a los de Abascal en las instituciones. Unidas Podemos y la izquierda soberanista piden al PSOE "valentía" en las políticas progresistas y en la defensa del diálogo territorial para frenar su ascenso.

02/12/2021.- El líder de VOX, Santiago Abascal, asiste al Pleno del Congreso que se celebra, este jueves, en Madrid. EFE/ Javier Lizón
El líder de Vox, Santiago Abascal, asiste al Pleno del Congreso celebrado este jueves. Javier Lizón / EFE

En diciembre de 2018 Pablo Iglesias y Alberto Garzón, entonces principales dirigentes de Unidos Podemos, declararon la "alerta antifascista" tras la celebración de las elecciones en Andalucía. Era la primera vez que Vox irrumpía en un Parlamento, y lo hacía con una fuerza inesperada que empezó a cambiar, en un proceso que dura hasta hoy, la correlación de fuerzas en la derecha.

Iglesias mandó un mensaje al entonces denominado bloque de la moción de censura (que se había aliado una única vez, para echar a Mariano Rajoy de La Moncloa) y pidió que se constituyera en un "frente antifascista" con el objetivo de servir de "dique de contención contra el avance de la extrema derecha".

Más de tres años después, el ascenso de Vox sigue siendo una realidad, la ultraderecha está presente en casi todos los parlamentos autonómicos (siendo la tercera fuerza en algunos de ellos y formando parte de gobiernos como el de Murcia), supera los 50 escaños en el Congreso y va camino de constituir un gobierno de coalición con el PP en Castilla y León.

En todo este tiempo las formaciones de izquierdas han oscilado entre diferentes estrategias para tratar de cortar las alas a Vox, unas estrategias que han ido variando con cada cita electoral. Si Pablo Iglesias pidió un frente antifascista tras unas elecciones andaluzas en 2018, después de quitar las urnas en Castilla y León en 2022 las fuerzas progresistas siguen debatiendo sobre la cuestión.

Uno de los hitos más importantes en todo este proceso se dio en la constitución de las Cortes que tuvo lugar tras las elecciones de noviembre de 2019 (las que dieron lugar a la legislatura actual). Tras pasar Vox de 23 a 52 escaños, muchos de los grupos parlamentarios trataron de aplicar un "cordón democrático" para aislar a la ultraderecha en el Congreso.

El primer paso era el de dejar a los de Santiago Abascal sin representación en la Mesa, el órgano de gobierno de la Cámara Baja, sumando una mayoría que rechazaba el negacionismo del partido en cuestiones como la violencia de género o los discursos de odio contra determinados colectivos, como la inmigración.

Un objetivo, diferentes estrategias

Sin embargo, para llevar esto a cabo se precisaba de un acuerdo con el PP, y los de Pablo Casado lo rechazaron. Desde entonces han sido varias las ocasiones en las que las formaciones progresistas han buscado la manera de que la ultraderecha no alcance cotas de poder institucional que pongan en peligro las políticas desplegadas en materias como la igualdad o los servicios públicos. 

El último debate acerca de esta cuestión todavía no se ha cerrado, y esta misma semana ha llegado hasta la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros y la sesión de control del Congreso de los Diputados. Tras los comicios de Castilla y León, el PSOE planteó una jugada estratégica: dejar gobernar al PP en solitario en esta comunidad permitiendo la investidura de Fernández Mañueco a cambio de que los de Casado rompieran sus alianzas con Vox en todos los territorios.

A Unidas Podemos, sin embargo, no le convence la estrategia socialista ya que, explican desde el espacio confederal, el PP ya ha comprado los marcos y el discurso de Vox, y "apenas puede distinguirse en la actualidad entre ambos partidos; cuando apuntábamos a la fagocitación del PP por Vox hablábamos precisamente de esto".

A su juicio, el mejor camino para frenar el ascenso de la extrema derecha pasa por desplegar "políticas progresistas valientes", sin cortapisas y de forma decidida. "Lo que la ciudadanía necesita son certidumbres y certezas, más derechos, ampliar la justicia fiscal y social, medidas verdaderamente progresistas. Hace falta que el Gobierno sea más valiente", apuntaba el lunes el portavoz de Podemos y secretario general del partido en Castilla y León, Pablo Fernández.

También le piden "valentía" a Pedro Sánchez desde la izquierda soberanista, en este caso para afrontar el problema territorial y avanzar en la plurinacionalidad. El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, instó este miércoles al presiente a afrontar el conflicto catalán y a no "pasar de la mesa de diálogo".

Cómo frenar a Vox ha interpelado incluso a la construcción del proyecto político de Yolanda Díaz, que siempre ha defendido que, más allá de que decida ser candidata en unas elecciones o no, va a trabajar para que no gobiernen la derecha y la extrema derecha en España.

Para Díaz la solución pasa por un proceso de escucha activa de la ciudadanía con el objetivo de identificar las necesidades, problemas y aspiraciones reales y, tras tener un diagnóstico claro, poder dar respuesta a todos esos elementos. Mientras la izquierda debate cómo frenar a la ultraderecha, la ultraderecha sigue creciendo sin frenos. 

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