Este artículo se publicó hace 6 años.
Atentado contra Pedro SánchezEl francotirador que quiso matar a Sánchez trabajó como vigilante de seguridad en el Centro de Telecomunicaciones durante el 1-O
Fue contratado para reforzar de forma "excepcional" la vigilancia del CTTI de la Generalitat hasta las elecciones del 21-D. Los mossos investigan si pasó información del referéndum soberanista a la Guardia Civil, que controló y registró el ente.
El francotirador detenido y encarcelado por su intención de matar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como informó Público en exclusiva, fue contratado como vigilante para reforzar de forma "excepcional" la vigilancia del Centre de Telecomunicacions i Tecnologies de la Informació (CTTI) de la Generalitat días antes del 1-O y hasta las elecciones del 21-D.
Según ha adelantado RAC 1 y ha confirmado la consellería de Políticas Digitales en un comunicado, Manuel Murillo fue requerido por la empresa privada que se encarga de la seguridad del CTTI para formar parte del equipo de refuerzo de seguridad del organismo desde el 19 de septiembre, cuando la Guardia Civil registró varios edificios públicos en una operación para impedir el referéndum, hasta el 21 de diciembre, fecha de las elecciones al Parlament.
Los Mossos investigan si pasó datos a la Guardia Civil
Los Mossos investigan ahora si facilitó información sobre el 1-O a la Guardia Civil, después de que los agentes catalanes descubriesen de que hizo capturas de imágenes de las cámaras de videovigilancia, según la emisora, que cita fuentes del CTTI, del departamento de Políticas Digitales y Administración Pública y del departamento de Interior.
Las imágenes, según las fuerzas de seguridad catalanas, fueron enviadas a varias personas por el detenido. Para ello, mientras investigaban las presuntas intenciones de atentar contra Sánchez, fue necesario pincharle el teléfono tras conseguir una orden judicial. Fue entonces cuando tuvieron conocimiento de que poseía ese material gráfico, que muestra las entradas y salidas en el centro de telecomunicaciones de la Generalitat.
No era un vigilante fijo, sino un refuerzo, según el CTTI
El francotirador, que actualmente permanece en prisión preventiva, no formó parte en ningún momento de los equipos fijos de seguridad del edificio del Centro de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información, del que se encarga la compañía Enerpro SL desde 2007, tras un concurso.
En concreto, según la consellería de Políticas Digitales, Murillo integró un equipo de seguridad que se contrató con motivo de unas obras en el edificio anexo al CTTI, que requería un refuerzo adicional para garantizar los accesos y el flujo de personas al local. Murillo trabajó durante aquellos días siempre en el centro de comunicaciones en horario nocturno y como equipo de refuerzo, según la Generalitat.
Pasado el 1-O, el francotirador (hijo del último alcalde franquista de Rubí, en Barcelona) trabajó durante el mes de noviembre y hasta el 21 de diciembre, en los equipos de apoyo en materia de seguridad en un espacio anexo del CTTI que se había configurado con motivo de la convocatoria de las elecciones al Parlament.
La consellería de Políticas Digitales ha requerido hoy mismo un expediente informativo a la empresa Enerpro S.L. para recabar más datos sobre este asunto.
Murillo participó en el refuerzo de seguridad del 19 de septiembre al 21 de diciembre, tanto para controlar el acceso de personas durante unas obras en el edificio de al lado, como en los “equipos de apoyo, en un espacio anexo para la convocatoria de las elecciones, según el CTTI, que ha pedido explicaciones sobre el asunto.
El hombre, que pidió apoyo logístico en un chat de WhatsApp para cometer el magnicidio, permanece en prisión por orden de un juzgado de Terrassa (Barcelona), en una causa abierta por los delitos de conspiración para cometer atentados contra el jefe del Gobierno y un delito de tenencia ilícita y depósito de armas, municiones y explosivos, así como otro delito de odio.
Murillo fue detenido el pasado 19 de septiembre por los Mossos d'Esquadra, pocos días después de recibir una denuncia por parte de una dirigente local de Vox en Barcelona, que había recibido sus wasaps asegurando que estaba dispuesto a "sacrificarse" por España y que quería matar a Sánchez como venganza por su intención de exhumar a Franco del Valle de los Caídos.
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