Este artículo se publicó hace 3 años.
GürtelFrancisco Correa confiesa las corruptelas de excargos del PP en dos cartas al juez
El cabecilla de la trama Gürtel detalla a Anticorrupción que sobornó al exalcalde de Boadilla Arturo González Panero, cuya "ambición era desmedida, con una falta y carencia de moralidad inexplicable", según el conseguidor.
Madrid-Actualizado a
El cabecilla de la trama Gürtel, Francisco Correa, ha involucrado en sus actividades ilegales a varios excargos del Partido Popular en los ayuntamientos madrileños de Majadahonda y Boadilla del Monte, informa El País.
Correa, condenado por la Audiencia Nacional a 51 años de cárcel por los delitos de prevaricación, fraude, cohecho, falsedad en documento público, malversación y blanqueo de capitales, cometidos durante la primera etapa de la red corrupta (1999-2005), confiesa estas corruptelas en el Partido Popular meses antes del comienzo del juicio por la segunda etapa del caso Gürtel (hasta 2009).
El auto de procesamiento apunta al PP como partícipe a título lucrativo de los delitos cometidos por la Gürtel en el Ayuntamiento de Boadilla del Monte, que "habría resultado beneficiado con la actuación del grupo en una cuantía de 204.198 euros al recibir cantidades y abono de servicios de las comisiones ilícitas cometidas".
Correa admite en el texto enviado a Anticorrupción que las acusaciones de la Fiscalía son ciertas, según él, quien se enfrenta a una petición de 76 años de cárcel. La petición es de cuarenta años para el exalcalde de Boadilla del Monte, Arturo González Panero, cuya "ambición era desmedida, con una falta y carencia de moralidad inexplicable", asegura el cabecilla de la trama Gürtel.
La Fiscalía también considera al Partido Popular como partícipe a título lucrativo de los delitos cometidos por la red de corrupción beneficiada por varias administraciones en manos de la formación política, "con los que se financiaron actos electorales por 204.198 euros", según el escrito al que ha tenido acceso El País.
Francisco Correa explica que "actuaba de intermediario entre constructoras y la alcaldía", cuyo responsable "siempre percibía dádiva", y también "entre los empresarios de empresas de construcción o de servicios y la alcaldía, así como con la Empresa Municipal de la Vivienda".
"Yo negociaba el margen de porcentaje de cada adjudicación y cuando se materializaba la contratación, el empresario me entregaba el dinero en efectivo y yo siempre le entrega a Arturo González Panero o a Tomás Martín Morales [presidente de la EMV], dependiendo de cuál fuera el órgano que licitaba el concurso. Como dato significativo: el alcalde percibía dádiva en cualquiera de los casos; es decir, siempre", escribe Correa, quien enchufó en ambos organismos a dirigentes del PP con los que mantenía una amistad.
Correa cita a otros nombres y deja claro que se lucraron con las actividades ilícitas: "Todos participaron en el reparto de dádivas" y "las adjudicaciones del Ayuntamiento las controlaba el alcalde", con el que mantenía una relación "muy complicada", pues según él "no mantenía su palabra ni código ninguno; prometía y garantizaba contratos a diestro y siniestro; cambiaba adjudicaciones aún habiéndolas prometido a un empresario y posteriormente otro empresario mejoraba la dádiva; dicho lo cual su actuación se podría resumir como amoral".
Los pagos, según Francisco Correa, se efectuaban "en especies, viajes, ropa, regalos, etcétera", aunque asegura que la debilidad del exalcalde Arturo González Panero era el Ibex: "Mantenía una obsesión diaria, hasta el punto de convertirse en una adicción de invertir en la bolsa".
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