Público
Público

Feijóo usa Murcia para escenificar ahora un alejamiento de Vox

Génova exprime el bloqueo en Murcia para la campaña de Feijóo. PP y Vox pueden pactar después del 23J.

Fernando López Miras
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, y Fernando López Miras, presidente en funciones de la Región de Murcia. Eduardo Parra / Europa Press

Este fin de semana, poco más de un día de antes del cara a cara entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, preguntados en el entorno del líder del PP por el debate y las más que posibles referencias a sus pactos con Vox, respondían así: "La distancia con Vox la marcará López Miras. Damos por hecho que mañana no habrá investidura". El guion se ha cumplido.

Así, este lunes ha fracasado también la segunda votación —la primera fue el pasado viernes— para investir presidente de la Región de Murcia a Fernando López Miras. PP y Vox no han desencallado las negociaciones en los últimos días y la extrema derecha, que exigía entrar en el gobierno, se ha mantenido en el 'no'. El popular López Miras se quedó a dos diputados de la absoluta (21) y solo necesitaba la abstención de los de Santiago Abascal, pero el buen entendimiento que PP y extrema derecha han conseguido en País Valencià, Extremadura o Illes Balears no ha sido posible.

De momento. Porque ahora se abre un plazo de dos meses —a contar desde el pasado 7 de julio— en el que todavía es posible evitar la repetición electoral "que nadie quiere", según le reprochó este lunes López Miras a Vox. Es decir, PP y Vox podrían aún  pactar después de las elecciones generales para no volver a abrir las urnas. 

Pero la situación de bloqueo en Murcia encaja bien en el puzzle de Génova de cara al único objetivo sobre el que pivota ahora mismo el partido, que es el de llevar a Feijóo a La Moncloa. Fuentes populares llevaban días señalando que la situación en Murcia, y el rotundo rechazo de López Miras a dejar entrar a Vox en el gobierno, era "un win-win" para el líder de la oposición: o llegaban al cara a cara con Sánchez con un acuerdo de mínimos para la extrema derecha o tras una "ruptura" con la que escenificar distancia con su socio preferente.

Un balón de oxígeno en toda regla que la dirección nacional no tardó en utilizar. Poco después de que Vox tumbase la investidura de López Miras, fuentes populares denunciaban una pinza entre PSOE y Vox y elevaban el asunto a la escena nacional para pedir el 'voto útil' al PP. "Estamos orgullosos de representar una opción que se sitúa entre Vox y el sanchismo. Somos la opción de quien no quiera ni lo uno ni lo otro", aseguraban desde Génova.

A nivel autonómico el PP ha pactado ya con Vox en tres de las cinco comunidades en las que le necesitaba y mantiene las negociaciones abiertas en Aragón, donde el calendario tampoco impone un pacto antes del 23 de julio. A nivel local, los pactos se cuentan por centenas.

La falta de acuerdo en Murcia, a la que la dirección nacional se ha querido apuntar —han respaldado las negociaciones de López Miras en las últimas semanas— y exprime en plena campaña, viene bien, o muy bien, en Génova y también en Bambú (sede de Vox), donde creen que su electorado castigaría a Abascal si ceden ahora.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias