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Una esvástica en una plaza de Alpedrete: "Tenemos un problema secular con las bandas neonazis"

La oposición del ayuntamiento madrileño, en manos del PP, denuncia un "repunte ultraderechista" tras la entrada de Vox en el gobierno municipal.

Fotografía de la pintada neonazi difundida por Más Madrid Alpedrete.
Fotografía de la pintada neonazi difundida por Más Madrid Alpedrete. @MMAlpedrete

"Tenemos un problema secular con las bandas neonazis". Carlos García-Gelabert fue alcalde de Alpedrete entre 2015 y 2019, aunque se remonta a los años noventa para fechar el período de auge de los rapados, cuyos actos entonces fueron difundidos por la prensa y trascendieron las fronteras del municipio madrileño. Décadas después, una esvástica decora un muro de la plaza central del pueblo, rojo, blanco y negro nacionalsocialistas.

No extraña que la cruz gamada haya sido estampada en una pared que resguarda contenedores de basura. Tampoco el uso de símbolos nazis en una localidad donde ahora gobierna el Partido Popular con el apoyo de Vox. Sin ir más lejos, a comienzos de año el 95% de las señales de tráfico estaban plagadas de iconografía ultra. A veces, algún símbolo de dudosa y controvertida estirpe se cuela en actos o fiestas populares.

"Algunos gobiernos municipales han permitido la actuación de estos grupos, que han usado públicamente simbología que roza los límites legales, porque sus miembros formaban parte de las peñas y animaban las fiestas y los partidos de fútbol", asegura Carlos García-Gelabert, concejal de Podemos-Izquierda Unida, quien deja claro que cuando la prensa se hizo eco de las pegatinas nazis "hubo un cambio en la actitud del gobierno, que se puso a quitarlas como ahora ha hecho con la esvástica".

Este miércoles por la mañana, Más Madrid denunció la pintada y exigió "medidas contundentes y urgentes", así como la convocatoria del Observatorio contra la Violencia, Racismo e Intolerancia. "Es cuestión de tiempo que ocurran problemas más graves", advertía Más Madrid en la red social X. Como los que, según el exalcalde progresista, se repetían en los noventa, aunque "afortunadamente ahora no hay actos violentos, aunque podrían producirse en cualquier momento".

A comienzos de la pasada década, el exconcejal de Izquierda Unida Fernando Jiménez fue amenazado de muerte por un grupo neonazi. "Algún día acabará con un cuchillo en el gaznate" era una de las intimidaciones vertidas en un blog, aunque las amenazas a ediles de Izquierda Unida motivaron que la Guardia Civil llegase a detener a cinco militantes de extrema derecha. El acoso a políticos y personalidades como Willy Toledo se volvió constante durante aquellos años.

"No eran unos simples gamberros, estaban organizados"

García-Gelabert, quien presidió el salón de plenos bajo la marca Alpedrete Puede, considera que su gobierno fue "algo aislado". Una etapa en la que se trató de poner coto a la extrema derecha, con la ayuda de la Guardia Civil y la asesoría del Movimiento contra la Intolerancia. "Cuando fui elegido alcalde, el problema persistía y denuncié que no eran unos simples gamberros, sino que estaban organizados", recuerda.

"El gobierno actual debería hacer lo que hicimos nosotros: reconocer el problema. Sin embargo, no quiere verlo. Insisto: no hablamos de algunas personas, sino de grupos organizados. Hay que poner los hechos en conocimiento de la Guardia Civil para que investigue las pintadas y las pegatinas, porque incurren en un delito de odio", recomienda Carlos García-Gelabert. "Es importante organizarse y luchar para frenarles", reza un comunicado del PCE en la Sierra de Guadarrama. "Son una minoría en el pueblo", escribe el partido en X.

El alcalde del Partido Popular, Juan Rodríguez, ha condenado la acción y afirmado que no refleja "el sentir de la gran mayoría de los vecinos" —tratándose de una esvástica, menos mal—. Sin embargo, García-Gelabert cree que desde su pacto con Vox ha habido un "repunte neonazi" y que "esta pintada [ya eliminada] ha supuesto un salto cualitativo" en su escalada propagandística, que se suma a la presencia de una "bandera ultra en un espacio municipal", como denunció Más Madrid en diciembre.

Meses después, PP y Vox quitaban los nombres de Paco Rabal y Asunción Balaguer de una plaza y un centro cultural. Ambos partidos mostraban sus cartas, pero la ciudadanía salió a la calle a protestar. "La manifestación fue un éxito. Sin embargo, ante las decenas de personas concentradas, allí estaban los nazis, desafiantes, como diciéndonos que tuviéramos cuidado", concluye García-Gelabert. "Y así hemos amanecido hoy…".

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