Este artículo se publicó hace 2 años.
La dirección del PSOE da por cerrado el debate sobre la ley trans pese a las dudas que vierte Carmen Calvo
Desde Ferraz y Moncloa pasan página tras las polémicas enmiendas que introdujeron a la norma impulsada por el Ministerio de Igualdad. Dirigentes socialistas e integrantes del Gobierno aclaran la posición oficial del partido pocas horas después de que la e
Madrid--Actualizado a
Meses de ruido. De tensiones. De debates, la mayoría de veces de no visibilizados de forma clara. De "ruido", como lo califican algunos. Pero salvo sorpresa mayúscula y un giro de los acontecimientos no previsto, el PSOE da por zanjado un asunto que ha copado la actualidad política durante muchos meses. Habrá ley trans. Además, no incluirá la enmienda más polémica introducida a posteriori por los socialistas y que había soliviantado tanto a Unidas Podemos como a otros grupos políticos aliados del Gobierno y a los colectivos LGTBI.
Más que el PSOE en sí, quien da por cerrado el asunto de la ley trans es su dirección. También, obviamente, la parte mayoritaria del Gobierno de Pedro Sánchez. Las declaraciones públicas realizadas desde primera hora de este martes fueron muy elocuentes. Los socialistas aceptan la derrota parlamentaria que sufrieron el lunes en la Comisión de Igualdad. Algo que no estaba tan claro al término de la mencionada Comisión.
La exvicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, ha sido una de las principales caras visibles del rechazo del PSOE a la ley tal y como salió del Consejo de Ministros. Representa además a un sector del feminismo que tampoco comparte la autodeterminación de género. Calvo sembró muchas dudas sobre los pasos que daría su partido a partir de ahora. Tanto al salir del Congreso como poco después en el programa Hora 25 dejó abierta la posibilidad de que la enmienda sobre la autodeterminación de género en menores de 14 a 16 años se volviera a presentar en el Pleno del Congreso. Pese a la constatación de que nadie la apoyaba.
Pero Calvo no forma parte de la dirección del partido. Ni del grupo parlamentario. Ni, por supuesto, del Gobierno desde que saliera del mismo hace año y medio. Sí que es la presidenta de la Comisión y una diputada más. Aunque ejerce una fuerte influencia todavía en el partido, especialmente a nivel simbólico. Pero fue la secretaria de Igualdad de la dirección del partido, Andrea Fernández, la que marcó posición oficial. "Apoyaremos la ley tal y como ha salido de la Comisión de Igualdad porque es lo legítimo y lo propio", afirmó a los medios.
También lo había hecho el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, minutos antes en una entrevista televisiva. Y más adelante el portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López. El mensaje fue el mismo en todos ellos. Una muestra de unidad clara de acción en contraposición con la indefinición de Calvo horas antes.
La Comisión Ejecutiva Federal de los socialistas, reunida el lunes, abordó el asunto. Según las fuentes consultadas el mensaje de Sánchez desde hace unas semanas, también el mismo lunes, fue de acelerar los trámites para que la ley saliera adelante pasara lo que pasara. Quedaba la incógnita de con qué apoyos contarían las enmiendas del PSOE y hubo cierta tensión latente hasta las votaciones de la Comisión de Igualdad.
Tampoco quiso Calvo en el mencionado programa de radio explicar si votaría en contra o a favor de la ley el próximo jueves 22, fecha prevista para su aprobación definitiva en el Pleno del Congreso. "De aquí a una semana pueden pasar muchas cosas", afirmó. Pocas horas después, la corrección pública fue evidente. "El tema está zanjado", insisten fuentes de Moncloa. No se palpa temor alguno en el partido sobre la posibilidad de que haya ruptura de la disciplina de voto para aprobar la ley. "En todo caso serán decisiones individuales y cada cual tendrá que explicarlo", afirman las fuentes consultadas.
El objetivo ahora de los socialistas, tras cierta separación con los colectivos LGBTI, es asumir también la importancia de la ley. "Todas las leyes que salen del Consejo de Ministros corresponden a todo el Gobierno", destacó hace unas semanas el presidente respecto de la polémica de la ley 'sólo sí es sí'. La máxima del PSOE es ahora similar. Y así además lo reflejaron en sus redes sociales algunos cargos relevantes del partido al aprobarse el dictamen del lunes.
Para defender el sello socialista en la ley se ha estado en contacto permanente con los colectivos LGTBI con el objetivo de tratar de acercar posiciones y no perder el predicamento que tiene el partido con muchos de ellos. Pese a las manifestaciones en las calles contra el papel del PSOE, fuentes del partido consultadas consideran que se terminará valorando la ley como muy positiva y otro avance más en la hoja de servicios del socialismo.
Lo que está menos claro es que las asociaciones feministas alineadas con las tesis de Calvo y otras figuras externas al actual PSOE no se revuelvan. La beligerancia de algunos sectores del feminismo con la ley ha sido muy visible en redes sociales. La asociación de Feministas Socialistas ya ha calificado de "anomalía democrática sin precedentes" la tramitación de esta norma. La entidad denuncia que "en la elaboración y tramitación" del texto "se haya impedido el debate democrático" y se haya "negado de modo sistemático la interlocución con el feminismo organizado". Y han anunciado movilizaciones.
"A otra cosa", destacan en la dirección socialista de Ferraz sobre un tema que se había atascado y cuyo fin ansiaban en el partido. Por el camino han perdido además a una activista tan representativa como Carla Antonelli. Y esas "cosas" a las que mira el PSOE son ahora, si miramos a las tramitaciones parlamentarias pendientes, asuntos como la ley de bienestar animal, la ley de Vivienda o la ley mordaza. Todas ellas con diferencias palpables entre los dos socios de coalición.
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