Este artículo se publicó hace 4 años.
Dimisión Borja SémperLa dimisión de Sémper desbarata la estrategia de moderación del PP de Casado
Fuentes de la dirección 'popular' lamentan la marcha de su portavoz en el Parlamento vasco: "Aunaba muchas cualidades, encanto, compromiso político y una imagen moderna que nos hace buena falta".
Madrid-
"Aquí no hay un PP duro y uno blando. Hay un único PP", aseguraba el líder de los 'populares', Pablo Casado, durante la Junta Directiva Nacional celebrada este lunes. El conservador prometió distanciarse de "la bronca y los gritos", en referencia a Vox, situando a su partido en el "centro" y la "moderación": "No voy a liderar un PP bronco, pero tampoco ingenuo ni incauto", señaló frente a la plana mayor de su partido, que reunió a dirigentes territoriales y cargos de peso en la sede de Génova 13. "Quieren hacernos el retrato de la derecha dura, crispadora, pero lo peor que podemos hacer en este momento es asumir las divisiones que nos quieren crear para neutralizar nuestra posición".
Sin embargo, la dimisión de Borja Sémper, portavoz del PP en el Parlamento vasco apenas un día después del encuentro, pone de manifiesto que esas divisiones continúan y que las dos "almas" del PP no acaban de confluir. Sémper llevaba ya varios meses mostrando sus discrepancias con el giro del partido hacia posiciones más extremas tras la irrupción de Vox y lamentaba que "el populismo reaccionario" arrastrara a su formación: "Si continúa esta política de decir la cosa más fuerte, yo no pinto nada en política. No me sentiré útil. En el barro siempre gana el populista", aseguraba en declaraciones a El País hace un año.
Este martes el llamado "verso libre" del PP vasco se ha despedido de la política: "25 años después de un compromiso político inquebrantable, cambio mi vida y dejo mis responsabilidades políticas", señaló.
En la rueda de prensa hubo guiños hacia la convivencia dentro de su partido, en cuyo seno mantuvo enfrentamientos en los últimos meses con la portavoz en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, después de que esta acusara de "tibieza" ante el nacionalismo a los representantes del PP vasco. En su despedida, Sémper afirmó que "un partido político no es una secta", sino "un lugar donde personas que comparten principios fundamentales se unen para defender el interés general". En este sentido, apuntó: "Que haya matices, discrepancias, incluso choques, debería ser saludado como algo sano, si no estamos convirtiendo los partidos en cajas de resonancia que pretenden convencer al ya convencido". En otro tramo de su intervención apeló directamente a huir de las "broncas" y del "enfrentamiento".
Sémper ha asegurado que hoy puede "pasear tranquilo" por su ciudad. Sin embargo, el PP nacional sigue utilizando el fantasma de ETA para atacar a Sánchez
Sémper, que estuvo amenazado durante muchos años por la banda terrorista ETA, ha declarado que hoy puede "pasear tranquilo" por su ciudad. Sin embargo, en el PP nacional siguen utilizando el fantasma de ETA para cargar contra el Gobierno. La última vez, durante la investidura, cuando las bancadas 'popular' y la de los ultraderechistas de Vox acusaron a la portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, de ser una "terrorista" y "asesina", a la vez que lamentaron las "cesiones" de Sánchez a la banda terrorista.
La posición oficial de la dirección del PP es que Sémper ha dimitido por "cuestiones personales" que no tienen que ver con la deriva más derechista de Casado ni con la dureza empleada durante la investidura de Pedro Sánchez la pasada semana, que provocó incomodidad entre las filas conservadoras. El líder de los 'populares' le ha agradecido, a través de su cuenta de Twitter, el trabajo realizado todos estos años: "Gracias por estos 25 años de entrega a San Sebastián, al País Vasco y a España, incluso arriesgando tu vida para defender la libertad frente a los terroristas. El Partido Popular siempre será tu casa y te deseamos lo mejor en esta nueva etapa para toda la familia".
No obstante, hay voces del PP que deslizan a Público en privado que Sémper había "llegado a su límite" y estaba "quemado" con la actitud de Génova. En la última campaña electoral el presidente del PP guipuzcoano prefirió mantenerse a un lado, sin aparecer en los actos de bajo impacto realizados por el candidato impuesto por Casado en Gipuzkoa, Íñigo Arcauz. El motivo: su absoluto distanciamiento de Arcauz, fiel a la línea más conservadora. "No ha sido solo por sus discrepancias con la dirección de Madrid, porque en ese caso habría tomado la decisión antes, pero sí que está relacionado", apuntan. "Él quería estar más cerca de su familia y, con este trabajo —director de relaciones institucionales en la consultora Ernst and Young— unido a su desencanto con la política, se le ha presentado la oportunidad".
"Representa una imagen moderna que nos hace falta"
Fuentes de la dirección 'popular' lamentan la "pérdida" que supone la marcha del portavoz vasco: "Me parece una pérdida en un territorio, además, donde esas pérdidas son más sensibles aún, porque no tenemos tanta gente valiosa y comprometida", señalan a este diario. "Es una pérdida también para Alfonso Alonso. Era su portavoz ahora mismo y una persona difícilmente sustituible porque aunaba muchas cualidades, encanto, compromiso político y una imagen moderna que nos hace buena falta", subrayan.
En la campaña del 26-M, Sémper optó por desligarse precisamente de la línea más conservadora del partido, evitando utilizar las siglas del PP en sus vídeos y carteles propagandísticos. En uno de ellos aparecía versionando una canción del compositor vasco (y amigo) Mikel Erentxun, que reconoció en una entrevista en ABC que le había cedido la canción porque iba sin las siglas 'populares'. Como parte de la misma campaña, nadó en la bahía de la Concha, tiró penaltis en un campo de fútbol o montó un coche encima de otro para denunciar la escasez de aparcamiento en la capital donostiarra. Finalmente, logró mantener los tres ediles que obtuvo el PP en 2015, al concitar el apoyo de 10.340 donostiarras, un millar más que en los comicios anteriores.
En el PP vasco son conscientes del momento que enfrentan. Tras recuperar por la mínima su representación en el Congreso, los populares de Euskadi buscarán en 2020 evitar que continúe la sangría de votos y al menos mantener su representación actual en el Parlamento vasco, donde cuentan con nueve representantes.
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