Entrevista a Conchi Abellán (Podem Catalunya)"Nos daban por muertas, pero el electorado nos ha dado el espacio para seguir"
Barcelona-
En febrero, Conchi Abellán (1984) fue reelegida como coordinadora autonómica de Podem en Catalunya, cargo que ocupa desde junio de 2020. El último medio año ha sido vertiginoso para la formación, que ha celebrado primarias, ha roto su tradicional alianza electoral con los Comuns, ha renunciado a participar en los comicios al Parlament del 12 de mayo y ha logrado sobrevivir políticamente tras sumar dos diputadas en las europeas del 9 de junio.
En la última cita con las urnas incluso superó por 8.000 votos a sus antiguos socios en Catalunya, un resultado que sacude el tablero político de la izquierda no independentista. Por todo ello, la formación ha decidido que si, como parece probable, hay repetición de los comicios autonómicos en octubre, esta vez concurrirá. Entrevistada por Público, Abellán afirma que ahora mismo trabajan como "si lo fuéramos a hacer en solitario", si bien no cierra la puerta a sentarse a negociar con los Comuns -u otras fuerzas-, aunque subraya que "tampoco es una prioridad".
En febrero fue reelegida coordinadora autonómica de Podem en Catalunya. En aquel momento manifestó que tenía la voluntad de reforzar orgánicamente al partido y defenderlo. Tras cinco meses, ¿qué han podido hacer?
Hemos estado haciendo asambleas con los círculos como base para ver dónde estaban las carencias, hicimos asambleas comarcales para escoger a los enlaces comarcales, una figura que entendíamos que nos faltaba y era importante tenerla. Y luego tenemos un encuentro con toda la militancia en el que podremos hacer un debate sobre la situación y ver dónde lo estamos haciendo bien y dónde estamos fallando, una asamblea que culminaremos el día 13. Esto teniendo en cuenta que hemos pasado por las elecciones catalanas y por unas europeas.
¿Están notando una reactivación de la militancia?
Sí, está más animada. En las elecciones europeas se ha implicado muchísima más gente, incluso gente que se había marchado porque estaba desilusionada con la situación política que se vivía en Catalunya y, sin embargo, han vuelto para quedarse.
Han anunciado que, si hay una repetición electoral en Catalunya, Podem va a participar. ¿Qué ha cambiado desde el 12 de mayo, cuando optaron por no concurrir y argumentaron que en un "momento de incertidumbre e inestabilidad política en Catalunya, escogemos no colaborar en la fragmentación de la izquierda?
Han cambiado dos cosas, que para nosotras son importantísimas. En aquel momento veíamos muy necesario no fragmentar a la izquierda. Pero cuando tuvimos el resultado sobre la mesa, vimos que no se movilizó a la izquierda. Hubo una gran abstención y lo que queríamos conseguir con el no presentarnos no tuvo el efecto deseado, porque la izquierda y las fuerzas progresistas no supieron movilizar a todo su electorado, mientras que la derecha sí que lo consiguió hacer. Por lo tanto, las otras fuerzas políticas no consiguieron arreglar esa desafección política por parte de la izquierda. Dimos el espacio para que lo hicieran, pero como esto no pasó, pues nos vamos a presentar si hubiera una repetición electoral, teniendo claro que tenemos que movilizarnos y conseguir que la izquierda tenga mayoría y no tener que depender de estrategias simplistas de partido.
La inestabilidad actual es todavía peor de lo que pensábamos, ya no es un problema solo de la izquierda, es generalizado, la derecha y la extrema derecha avanzan y creemos que Podem puede ser una pata que movilice a esa izquierda que está ya muy cansada de que se digan cosas y a la hora de la verdad no se hagan. El otro tema es que acabábamos de salir como dirección, no estábamos estructurados todavía, pero ahora ya lo estamos, hemos tenido unas elecciones europeas y estamos listos y preparados para afrontar el reto si hubiera repetición.
En este sentido, ¿los resultados en las europeas, en las que lograron dos eurodiputadas y en Catalunya superaron por 8.000 votos a Comuns Sumar han sido determinantes?
Son muchas cosas las que analizamos y con relación a los resultados vemos que Se Acabó la Fiesta está por delante nuestro en todos los territorios, pero no en Catalunya. Por lo tanto, se ha notado que hemos hecho un freno a esa extrema derecha, pero tenemos que seguir organizándonos y haciéndonos fuertes para que no avancen estos partidos que no tienen ninguna intención de mejorar la vida de la gente. Para nosotros fue un buen resultado entre comillas, porque la derecha ganó, la extrema derecha avanza y un partido autodenominado progresista como el PSOE sigue pactando con el PP para que nada cambie y para que sigan los mismos jueces y las mismas formas de actuar y permite que la extrema derecha siga avanzando. No vamos a cambiar esta situación si dependemos de que Pedro Sánchez se haga de izquierdas. Hay que seguir. Con todo, los resultados fueron mejores que los esperados, porque nos daban por muertas y en algún momento nos lo creímos. El electorado nos quiere ahí, nos ha dado ese espacio para seguir y que hagamos políticas para defender a la gente trabajadora y vamos a seguir haciéndolo.
Han comentado que no cierran la puerta a pactar con los Comuns. ¿Esto implicaría ir en coalición? Y, si es así, ¿qué condiciones se tienen que dar para que sea posible?
No estamos en contra ni a favor, porque no es un debate que se haya hecho todavía. Evidentemente la situación no es igual que antes de las elecciones europeas y a la hora de llegar a acuerdos nos sentaremos en otras condiciones. No nos cerramos la puerta a sentarnos, pero tampoco es una prioridad [llegar a un acuerdo con los Comuns]. Nuestra prioridad es seguir rearmándonos como partido y seguir organizándonos internamente por si se da la repetición electoral. Nuestra meta es tener a los grupos de trabajo funcionando y que la gente esté trabajando de cara al programa y todo lo que conlleva una campaña electoral. A partir de aquí, si nos tenemos que sentar [con los Comuns] lo haremos y valoraremos, pero en la situación en la que estamos es difícil afrontar una posible reunión con otras fuerzas, porque vamos a poner en valor el trabajo que ha hecho Podem y el que va a seguir haciendo.
¿Entiendo que hasta ahora no ha habido contactos?
No, no hay ningún contacto porque no han querido.
¿La disyuntiva sería ir en solitario o con los Comuns o también existe la posibilidad de buscar un acuerdo con otras formaciones?
Ahora mismo no estamos por negociar nada, tenemos clarísimo que nos vamos a presentar y, de momento, estamos trabajando como si lo fuéramos a hacer en solitario. Si en el último momento hay algún acuerdo con otra fuerza de izquierdas, eso lo veremos con el tiempo y lo abordaremos entonces.
¿Pese a todo, cree que sería positivo algún tipo de acuerdo que evite la repetición electoral?
Todo lo que sea seguir generando inestabilidad a la gente no es positivo. No es bueno seguir teniendo en Catalunya la falta de Govern, de presupuestos, de instituciones que estén pendientes de la ciudadanía y que realmente hagan medidas concretas al servicio de la gente. Hay partidos a los que parece que les encante ir a elecciones, pero lo que ha demostrado este proceso de diez años de ir tantas veces a elecciones es que Catalunya cada vez tiene menos. ¿Y qué se está haciendo? Porque no está haciendo nada, se está trabajando siempre en base al momento, no hay mayorías suficientes ni estables para conseguir tener un Govern que ponga sobre la mesa propuestas concretas que se pueden hacer a corto, medio o largo plazo y eso se tiene que acabar.
Ir a una repetición electoral implica más desafección, no es bueno para la ciudadanía. Pero si la hay, nuestra responsabilidad como partidos políticos es conseguir la máxima participación posible. Aunque al final, lo que genera desafección y malestar es que la gente vaya a votar y vea que no ha cambiado nada. Necesitamos que la izquierda salga a votar y tengamos unas mayorías suficientes para acabar con la inestabilidad que lleva viviendo Catalunya.
Con los matices que quiera, pero los tres partidos más a la izquierda del Parlament, que son ERC, Comuns y CUP, el 12M pasaron de sumar 50 diputados a solo 30. ¿A qué atribuye la caída?
Es normal, porque ¿de qué sirve ser de izquierdas si luego las políticas que haces no lo son? ERC puede decir que lo es, pero ha seguido manteniendo las políticas pujolistas, como la privatización de la sanidad público-privado, la concertación de la educación mientras tenemos colegios en barracones... Hemos tenido personal de sanidad y de educación movilizándose en las calles y eso ya dice que la capacidad que has tenido como Govern no ha sido útil para la ciudadanía. Pero, además, lo que estamos haciendo con, por ejemplo, los bomberos voluntarios, que están en fraude de ley y el Govern dice que esto tiene que seguir así. Eso no es política de izquierdas, lo es ir fortaleciendo los servicios públicos e ir acabando con los privilegios de los conciertos.
En el caso de Comuns creo que su problema es que más allá de que su política ha tenido un perfil bastante flojo, el no haber ido con nosotros también les ha perjudicado, mucha gente nuestra no les ha votado. Y el problema de la CUP es que no ha conseguido movilizar a su propio electorado, porque en la legislatura anterior no ha sido capaz, con sus nueve diputados, de hacerse útil de cara a la ciudadanía. También está el hecho de no tener un proyecto sólido detrás, porque les pilló en un mal momento en el que estaban rearmándose. Que tengamos el mismo nivel de participación electoral que en la pandemia significa que desde entonces la gente no ha visto cambios.
¿Qué tendrían que hacer las izquierdas para volver a movilizar a su electorado y frenar y revertir el avance de la extrema derecha?
Se pueden hacer varias cosas. En las europeas ha avanzado la extrema derecha y en parte es porque cuando no haces políticas de izquierdas o cuando compras ciertos discursos de la derecha y la extrema derecha les estás abriendo el camino. Al final, a la extrema derecha y a la derecha se las para con derechos. Si tienes un gobierno que no hace nada, que no está llevando a cabo leyes transformadoras, la gente considera que no está siendo útil y no le sirve y, por lo tanto, o no va a votar o al final opta por el mensaje fácil, que es el que usa la extrema derecha. En parte se lo está entregando el PSOE porque seguimos sin la derogación de la ley mordaza, con la reforma laboral anterior, pactando con el PP para reformar el CGPJ y ya se ha dicho que no tiene ningún problema para pactar con él la ley de extranjería. Si al final todo tu camino político es tener que pactar con la derecha, implica que le estás dejando todo el camino abierto para hacer políticas.
La única forma de frenar a la extrema derecha es no dejar las calles, que se las están quedando. En mi barrio, que soy del Bon Pastor (en el distrito de Sant Andreu, en Barcelona), no nos ven y ven cómo un gobierno supuestamente de izquierdas no les está mejorando la vida. Siguen teniendo falta de acceso a la vivienda, no llegan a final de mes... Si no le resuelves necesidades reales a la gente trabajadora, esta no se siente representada y acaba votando lo que le perjudica porque tiene un mensaje fácil y porque le estás demostrando que no eres útil.
Pero, además, si la gente no te ve a pie de calle, no te tendrá en cuenta, y cierta izquierda no sabe estar en la calle, es un problema si no nos sentamos con los colectivos. En el anterior Gobierno nos decían que hacíamos ruido y ahora estando fuera nos dicen que hacemos mucho ruido. Es que sin ruido no habrían salido adelante la ley de vivienda, la ley trans, la ley del solo sí es sí o la subida del salario mínimo interprofesional... Y es importante que el ruido exista también en la calle para avanzar. En Podem y en Podemos tenemos claro que sin la calle no se va a conseguir nada, porque al PSOE solo lo mandas a la izquierda si la gente está en la calle diciendo que por ahí tiene que tirar y con un Pepito Grillo en el consejo de ministros haciendo ruido. Para frenar a la extrema derecha se necesitan avances reales en derechos.
¿Para afrontar ámbitos básicos y complejos como el acceso a la vivienda sería necesario trabajar puntualmente en frentes amplios que impliquen a varios partidos, organizaciones y movimientos sociales?
Esto es imprescindible. Es evidente que hemos llegado tarde con el reconocimiento del Estado palestino en España y se ha logrado porque había muchas fuerzas políticas que lo pedían y mucha gente en la calle que lo estaba reclamando en cada manifestación. El PSOE sabe que el reconocimiento de Palestina no va a servir de nada si no se cortan relaciones con Israel, pero hace un queda bien y la gente se piensa que ha conseguido alguna cosa. Nos falta esa conexión entre los partidos y la gente organizada de la calle para entender que solo juntas vamos a dar un golpe al sistema capitalista que nos quiere destruir y que va contra nosotras, no contra la derecha y la extrema derecha. Por eso también es importante acabar con la ley mordaza, porque frena a la ciudadanía de izquierdas por miedo a represalias, hay que derogarla.
Ahora veo a un PSOE muy fuerte en el Gobierno, que no quiere caminar a la izquierda, y veo a otra fuerza política que no está haciendo nada realmente efectivo, no los veo para empujar leyes y esto lo que hace es en parte desmovilizar a la gente de la calle. Y sí, es vital organizar a la gente de la calle y también hablar con otras fuerzas políticas y ponernos a hacer una hoja de ruta sobre qué podemos hacer para que los colectivos puedan tirar adelante. En temas de justicia social tenemos que ponernos de acuerdo para trabajar la CUP, Podemos, Comuns, ERC y hasta el Partido Socialista si quiere para conseguir mejoras, pero sin organización no se va a conseguir ningún cambio.
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