Este artículo se publicó hace 2 años.
Casteleiro buscó el favor de Villarejo para dirigir el CNI a cambio de solucionar los problemas judiciales del comisario
Villarejo y Olivera, entonces director del CITCO, contaron en 2016 a Esperanza Casteleiro que si alguien intentaba detener al comisario ya jubilado harían pública la información que este decía tener sobre Corinna Larsen y el rey emérito.
Pilar L. González de Lara
-Actualizado a
La actual directora del CNI, Esperanza Casteleiro, mantuvo al menos, dos reuniones con Villarejo y el amigo y socio de aventuras de este, el comisario José Luis Olivera, en las que se habló del futuro de ella en los servicios secretos y de cómo se podía aliviar la presión que la Justicia y algunos miembros de la Policía ejercían sobre Villarejo.
Los dos encuentros acreditados tuvieron lugar en sendos momentos clave. La primera reunión se produjo el 6 de octubre de 2015, justo en la época en la que el juez Zamarriego –que instruía el caso del Pequeño Nicolás (Nicolay)– citaba a declarar a la cúpula policial por la grabación y difusión de una conversación entre agentes del CNI y dos agentes de Asuntos Internos. La segunda se celebró el 3 de noviembre de 2016, el día que el entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, anunció su nuevo Ejecutivo.
En este último encuentro, que duró casi seis horas y que adelantó el portal cercano a Villarejo Fuentes Informadas, los tres protagonistas demuestran a lo largo de sus conversaciones que esperan que Rajoy nombre ministra de Defensa a la que en aquel momento era secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, y que coloque el CNI bajo su mando.
Una hora y media antes de que acabe el almuerzo, comienzan a conocer, a través de TVE, los nombres del nuevo Gobierno de Rajoy. Hasta ese momento, los tres aprovechan la comida para hacer planes que reconduzcan el tenebroso horizonte judicial de Villarejo. La idea que sobrevuela en todo momento es que Cospedal acabe controlando el CNI y nombre a Casteleiro como nueva directora en sustitución de Félix Sanz Roldán.
Empatía sin reservas con Villarejo
Durante la larga espera, Villarejo va desgranando uno por uno sus problemas judiciales. La actual directora de los servicios secretos españoles empatiza con cada una de las situaciones que describe el comisario y con las falsas historias que va narrando. Además, Casteleiro entra al trapo y critica a los que denuncian las fechorías de Villarejo llamándoles incluso "principiantes".
Toda la charla se produce en un momento en el que ya es conocido que Villarejo graba todos sus encuentros y conversaciones telefónicas. Tanto en esta reunión como en la de octubre de 2015, Casteleiro ya podía saber que el comisario la estaría grabando, por lo que el hecho mismo de que existan los audios supone que la actual directora del CNI no tomó ninguna medida de precaución para evitarlo.
También califica de "alucinante" y describe como algo "fortísimo" situaciones como, por ejemplo, la detención programada de Villarejo y el registro de su domicilio y oficinas por el juzgado que instruía el caso Nicolay y el de las grabaciones ilegales al CNI. Hay que tener en cuenta que esta comida se celebra el 3 de noviembre de 2016, exactamente un año antes de que Villarejo fuera finalmente detenido. Sin embargo, no era la primera vez que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado intentaban echarle el guante al comisario.
En mayo de 2016, el juez del caso Nicolay y de la grabación ilegal a agentes del CNI organiza la detención de Villarejo. Pero en el último momento se aborta la operación, a pesar de que los agentes ya estaban esperando la señal del juez apostados en el garaje de la oficina del comisario en Torre Picasso. El fracaso del dispositivo fue posible gracias, entre otros, al fiscal del caso, Alfonso San Román.
Casteleiro, destinada en el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) que dirigía Olivera, no muestra el menor atisbo de sorpresa ni disgusto ante la revelación del comisario acerca del chivatazo sobre su detención.
El fracaso de esta operación permitió a Villarejo maniobrar en su defensa y eliminar o manipular todas las pruebas que quiso para que, en caso de ser efectivamente detenido, se encontrara lo que el comisario quisiera y en la forma que él hubiera decidido.
Un chantaje a la jefatura del Estado, ninguna consecuencia
En esta comida, aparte de Villarejo, se encuentran dos personajes muy relevantes para la inteligencia del Estado. Por un lado está el entonces comisario Olivera, director del CITCO en ese momento, y Esperanza Casteleiro, que era la persona designada por el CNI para coordinar una de las áreas del propio CITCO y que, según ha podido confirmar Público, tenía "dependencia funcional" del CITCO y, por tanto, en los momentos que mantuvo estos dos encuentros trabajaba a las órdenes de Olivera y no de Sanz Roldán (entonces director del CNI).
La actual directora de los servicios secretos escuchó en aquella comida de 2016 cómo Olivera y Villarejo explicaban de forma amenazante y chulesca el escudo-chantaje que habían organizado contra la Casa Real como elemento de disuasión ante una posible detención o registro de las oficinas de Villarejo.
Este chantaje se basaba en amenazar con revelar la información que Villarejo decía tener sobre Corinna Larsen, la examante del rey emérito y a la que el comisario jubilado describe como "su cliente". Se trata de la misma estrategia que Villarejo describe, casi con las mismas palabras y añadiendo el nombre de Corinna, al periodista Daniel Montero en una conversación que tiene lugar dos meses después, el 15 de febrero de 2017; el audio de este encuentro forma parte del tomo 7 de la pieza Kitchen.
Del chantaje no trascendió una palabra. No se sabe si Casteleiro denunció esta actitud de su entonces jefe José Luis Olivera y de Villarejo. Pero lo que sí está claro es que Olivera siguió en su cargo hasta julio de 2018, cuando fue cesado.
El CITCO es un organismo fundamental para la seguridad del Estado. Este centro tiene entre sus funciones, como se indica en su web oficial, recibir, almacenar, analizar y coordinar todos los datos relevantes de las investigaciones que se lleven a cabo por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad dependientes del Ministerio de Interior.
Por lo tanto, se trataba de una estructura sensible que estaba en manos de Olivera, quien siguió siendo su director a pesar de plantear ese chantaje frente a una ex alto cargo del CNI (en el pasado Casteleiro fue secretaria general del CNI entre 2004 y 2008). Además, Olivera era la persona que, según se comprueba en las agendas de Villarejo y en el sumario de la macrocausa Tándem, creó junto a Villarejo una empresa de gestión de crisis en 2008, como ya develó Público.
Se trata de la firma Servicios de Investigación y Detección SL, una sociedad pensada para funcionar con datos policiales reservados y para la que se contrató, a propuesta del propio Olivera, al policía en segunda actividad Antonio Giménez Raso.
Pero es que, además, esta no fue la única vez que un alto cargo policial puso encima de la mesa este chantaje frente a agentes del CNI. En enero de 2017 Público ya informó de cómo el ex director adjunto operativo de la Policía, Eugenio Pino, planteó al CNI y a la Casa Real la misma amenaza con información de Corinna Larsen que estaría en manos de Villarejo.
"A quien le toque" desde el CNI tiene que "reconducir" la situación con Villarejo
Después del apoyo sin reservas ante cada problema judicial que relata Villarejo en ese almuerzo, Casteleiro plantea cómo deberían hacerse las cosas "tras lo que viene" (el nombramiento de Cospedal en Defensa y su eventual control del CNI). Además, la actual directora de los servicios de inteligencia propone una futura "colaboración" con Villarejo en base al manido relato del comisario sobre su supuesta red de contactos en lugares como Libia o Arabia Saudí o gracias a sus buenas relaciones con Putin y Estados Unidos.
De hecho, cuando se produce esa comida quedan apenas cinco días para que se celebren elecciones presidenciales en Estados Unidos. Esos serán los comicios en los que vencerá Donald Trump, que acude a las urnas como candidato de los republicanos con el apoyo de Paul Manafort, entre otros. Manafort es el artífice de la financiación y ejecución de su campaña electoral, pero también es socio-cliente de uno de los compinches de Villarejo: Adrián de la Joya, del que también se habla durante el almuerzo y al que, según explica el comisario jubilado, Olivera y él lo llaman "el artista".
Casteleiro, como Olivera y Villarejo, esperan con impaciencia los nombramientos de Rajoy en esa comida. Ante la posibilidad planteada por el comisario jubilado de que pueda volver a haber una nueva orden de detención contra él por el caso Nicolay o por la grabación ilegal a agentes del CNI, Casteleiro expone "que confía" en que "a quien le toque" dirigir el CNI sea capaz de "tener cabeza" para "reconducir" las relaciones con Villarejo.
El ofrecimiento a Casteleiro tras el anuncio de Cospedal a Defensa
A las 19 horas de la tarde, TVE comienza a anunciar la composición del nuevo Gobierno de Rajoy y se confirma que María Dolores de Cospedal asume la cartera de Defensa.
En ese mismo momento, Villarejo da por hecho que el CNI pasará a estar gestionado por su amiga Cospedal, quitándole el control de los servicios secretos a Soraya Sáenz de Santamaría. Para el comisario ya jubilado no puede haber otra opción porque, si no fuera así, Cospedal habría optado por el otro ministerio que, según él, le habría ofrecido Rajoy: el Ministerio del Interior.
Villarejo también apunta a que será él quien le recomiende a Cospedal personas para dirigir los servicios secretos porque conoce "mucho, pero mucho" a la hasta entonces secretaria general del PP. Ante eso, Casteleiro les asegura que irá con ellos "a morir".
Una vez que se saben todos en el mismo barco, comienzan a hablar sobre el nombramiento de un nuevo director para el CNI. Mientras, Villarejo envía un sms de felicitación a Cospedal y trata de hablar por teléfono con el marido de esta, el empresario Ignacio López del Hierro, también amigo suyo. López del Hierro comunica y se oye cómo Casteleiro le sugiere que, cuando contacte con él, le diga que puede contar con ella: "...si fuéramos honrados, realmente… que supiera que cuenta con la gente ¿no?".
Pocos segundos después Villarejo recibe una llamada de alguien que identifica como López del Hierro y comienza una charla en la que el comisario jubilado recomienda a "gente muy valiosa y honrada para el CNI".
Tras colgar, Olivera recrimina a Villarejo no haberle mencionado a Casteleiro a las claras. El comisario jubilado calma a ambos y argumenta que "han quedado el lunes para hablar tranquilos".
En ese instante, cuando el encuentro está a punto de finalizar, Casteleiro asegura que "es el momento" y que existen serias posibilidades de poder darle la vuelta a los problemas judiciales que Villarejo tiene, como el magistrado Zamarriego por el caso Nicolay y por las grabaciones ilegales a agentes del CNI.
A lo largo del almuerzo existen más referencias a asuntos personales, otros destinos como República Dominicana (que no han podido ser verificados) o, incluso, acerca de la identidad de supuestos agentes del CNI. Por todo ello, Público ha decidido no exponer íntegramente los audios de ese encuentro ni los momentos en los que aparecen fragmentos no verificados por este medio.
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