sevilla
El 16 de junio pasado, casi un año después de la muerte de Iliass Tahiri en el centro de menores infractores de Tierras de Oria (Almería), público, de la Junta de Andalucía, pero gestionado por la asociación Ginso, tres técnicos del Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura acudieron sin previo aviso y elaboraron un informe en el que se constata que en el centro se practican sujeciones mecánicas sin necesidad, cuando "los menores no estaban alterados ni violentos" y con una duración excesiva.
La sujeción mecánica es un eufemismo que oculta lo que se hace en realidad: atar a un menor a una cama de pies y manos con correas para inmovilizarlo, o bien boca arriba o bien boca abajo. Tahiri murió mientras le practicaban una de esas sujeciones que, en España, son legales, pero solo cuando todos los métodos de tranquilizar a alguien fracasan, como último recurso. El caso de Tahiri fue archivado en primera instancia, pero la familia y la fiscalía han recurrido para que se reabra.
De la lectura del informe, muy contundente y, por momentos, escalofriante, se extrae la conclusión de que la muerte de Tahiri no ha hecho que cambien las cosas en Tierras de Oria. Además de las sujeciones, para las que tienen previstas dos camas, por si "la otra está siendo utilizada", "de las entrevistas realizadas a la dirección y a los menores, se toma conocimiento de una práctica consistente en mantener sentado en una silla con los brazos engrillados por detrás a los menores, custodiado por un vigilante de seguridad". "Tal práctica se lleva a cabo en una de las habitaciones de la zona de comunicaciones. Esta actuación no queda registrada en ningún documento", se puede leer en el informe.
Los técnicos del Defensor, que en España ejerce las funciones contra la tortura, recogieron las siguientes conclusiones en la ficha de seguimiento de la visita: "Los responsables del centro no visualizan las grabaciones de las contenciones mecánicas realizadas"; "la calidad del sonido es deficiente"; "se observó en las inmovilizaciones supervisadas que los menores no estaban alterados ni violentos en el momento previo a la aplicación de la sujeción mecánica, aplicándose la misma de todos modos".
En el informe se puede leer también que "las sujeciones mecánicas tenían una duración media de entre dos y tres horas". "Se constató la aplicación reiterada de sujeciones mecánicas a menores que se encuentran en el centro con una medida de internamiento terapéutico en salud mental, y que estaban en el centro en el momento del fallecimiento de su compañero en la unidad de salud mental", añaden los especialistas de la oficina del Defensor.
Además, "en una de las sujeciones inspeccionadas, se ve al menor que está muy agitado. Una vez finaliza la colocación de las cintas de sujeción, el menor se tranquiliza. No obstante, la sujeción mecánica se prolonga durante una hora y media más, pese a que el menor está todo el tiempo tranquilo", recogen los técnicos.
El informe prosigue: "En algunas de las grabaciones se aprecia que el médico no aparece en la habitación de la sujeción mecánica hasta pasados 20 minutos del comienzo de la misma"; "los menores se duelen cuando les aprietan las cintas en los tobillos y en las muñecas. También se observó en las grabaciones que les colocan los pies por fuera de la cama quedando en una posición muy forzada".
Los técnicos aseveran también: "Los menores se duelen cuando les aprietan las cintas en los tobillos y en las muñecas. También se observó en las grabaciones que les colocan los pies por fuera de la cama quedando en una posición muy forzada". Y rematan: "Los menores entrevistados que han sufrido sujeciones mecánicas consideran más válido el aislamiento en un espacio adecuado".
El Defensor, además de constatar todas esas prácticas, ha comprobado que "no se preserva suficientemente la intimidad en las consultas médicas" ni en la sala de comunicaciones familiares, donde hay instalado un sistema de videovigilancia y grabación. Tampoco "se entrega copia del parte de lesiones a los menores sistemáticamente, solo salvo explícita petición por parte del menor" ni se ha "instalado un buzón para que los menores puedan hacer llegar de forma anónima cuestiones que les afecten".
Nuevo directo
Los diputados de Adelante Andalucía, Maribel Mora y Diego Crespo, visitaron este viernes el centro y allí, pudieron, según indicaron en un comunicado, comprobar sobre el terreno "parte de las conclusiones del Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura". Por un lado, Mora constató que las medidas de sujeción no son nada excepcionales. La cifra oficial que da el centro dice que ya van 44 en lo que va de año.
Por otro, Mora aseguró que existen otras deficiencias: "Falta de supervisión médica previa; ausencia de formación específica para el personal sobre la aplicación los protocolos de aplicación de estas medidas y evitar así malas praxis, y ausencia de formación del personal en procedimientos de desescalada, previos a la sujeción mecánica, para tratar de evitar tener que aplicar esta última".
"Una de las grandes preocupaciones es haber constatado que la formación de la seguridad privada del centro, para la aplicación de una medida que ata de pies y manos a los chicos, y evitar así malas praxis se deja en manos de la empresa", abundó Mora.
"Nos parece muy preocupante que una medida que mal aplicada puede ocasionar la muerte de un chaval, como sucediera el año pasado en este centro, se deje en manos de una empresa privada sobre la que no sabemos nada de cómo forma a sus vigilantes, vigilantes que son los encargados finales de aplicar la contención mecánica en el centro", manifestó la parlamentaria.
Adelante Andalucía indica en su nota que mantiene su postura, coincidente con la del Defensor del Pueblo, de erradicar el uso de las sujeciones mecánicas en los centros de menores infractores. "Es inhumana y no acorde con lo que supone un espacio educativo: igual que no se nos ocurre en un colegio, o en una familia, que ante un comportamiento agresivo de un menor atarlo de pies y manos a una cama, no tiene sentido que en un espacio como un centro de menores infractores, que es un espacio educativo y de reinserción se aplique. Va en contra del sentido común", dijo Mora.
La diputada remachó: "Continuaremos luchando para que las sujeciones sean erradicadas de todos los centros de menores infractores, hoy hemos podido constatar que hay muchos profesionales en el centro que se preocupan por el bienestar de los niños y jóvenes allí internos, y que tienen gran interés en que este espacio sea un espacio que logre sus objetivos educativos: asimismo la llegada de un nuevo director, tras la dimisión del anterior hace un mes, abre una ventana de oportunidad para corregir cierto tipo de actuaciones en el centro. Esperamos que así sea".
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