Este artículo se publicó hace 3 años.
PPCasado pide tiempo para consolidar su liderazgo tras las advertencias de Aznar
El líder del PP es consciente de que su formación no pasa por su mejor momento; pero una cosa es asumir el desgaste y otra aguantar que hasta los tuyos te cuestionen públicamente. Especialmente si quien lo hace es tu padrino político.
Marta Monforte Jaén
Actualizado a
Es evidente que el Partido Popular no pasa por su mejor momento; la derrota histórica de la formación que preside Pablo Casado en Catalunya sigue resonando en Génova, pese a los intentos de la actual dirección de desviar el foco de atención con el anuncio del cambio de sede, la renovación del Consejo General del Poder Judicial o el informe no vinculante del Consejo de Estado sobre las ayudas europeas. Pero una cosa es asumir el desgaste y otra aguantar que hasta los tuyos te cuestionen públicamente. Especialmente si quien lo hace es tu padrino político, aquel que te aclamaba como futuro presidente ya en el año 2015, como le pasó a Casado el martes con José María Aznar.
En aras de aliviar las tensiones internas y con una clara intención de congraciarse con su antiguo jefe, Casado quiso dejar claro desde el primer momento que sí reivindica el legado de Aznar —y también el de Mariano Rajoy— días después de asegurar que ese antiguo PP vinculado a la corrupción "ya no existe". "Pinchan en hueso aquellos que pretendan dividir a la nueva generación del PP con nuestros predecesores", dijo. "Es esencial estar orgullosos de un legado que es patrimonio de todos los españoles".
El expresidente del Gobierno dirige el Aula de Liderazgo de la Universidad Francisco de Vitoria y hace dos semanas invitó a Casado a participar en un coloquio sobre —teóricamente— España, la Constitución y la Libertad. Pero el acto se convirtió en una disertación del pasado, presente y futuro del PP, en el que no faltaron las advertencias —disfrazadas de consejos— a Casado, y que acabó con el líder del PP justificándose todo el tiempo. "Es mucho más difícil la reunificación del espacio electoral ahora que antes", le lanzó a un Aznar que no parecía demasiado cómodo en su presencia.
Casado trazó paralelismos y apuntó diferencias entre la situación actual del "centroderecha" con la época de sus antecesores. "Aznar y Rajoy tuvieron siete años uno y siete años y medio otro, para consolidar un proyecto", remarcó, dejando claro que sus dos años y medio al frente del PP son del todo insuficientes para medir sus logros y tratando de acallar las voces que critican su falta de liderazgo. No es la primera vez que Casado pide tiempo a sus críticos para reivindicarse, sucede cada vez que el PP sufre una derrota electoral.
El líder del PP también argumentó que en la época del bipartidismo, la formación de la oposición llegaba al poder casi por inercia. "Prácticamente era cuestión de cuando le tocaba a la otra parte", dijo. Una afirmación que no pasó desapercibida a Aznar, que apenas unos minutos antes había presumido de haber trabajado muy duro para unir a la derecha, de su tarea como líder de la oposición y de su capacidad para definir un proyecto. Sin embargo, para Casado, Aznar tuvo más facilidades que él para refundar la derecha porque las formaciones que absorbió no eran "grandes partidos" como lo son Vox y Ciudadanos.
Aznar comparte diagnóstico con Álvarez de Toledo
En vísperas del 25 aniversario de su victoria electoral, Aznar apremió a Casado a "dar la batalla de las ideas", porque si no se tienen ideas, "no se encuentran las recetas" que hay que aplicar. El expresidente del Gobierno también recomendó a Casado que se centre en forjar una alternativa. "La consolidación de la alternativa, el convertirte en un polo de atracción, para evitar que los extremos crezcan, me parece una cuestión esencial. Y una de las lecciones más importantes que se pueden extraer".
Aznar cree que su pupilo encadena errores desde hace meses y no está sabiendo defender con firmeza la posición del PP. Entre esos errores se encuentra el hecho de apartar a Cayetana Álvarez de Toledo de la portavocía del PP. La todavía diputada está muy vinculada al expresidente del Gobierno y a la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), que éste preside.
La diputada por Barcelona insiste una y otra vez en la importancia de dar la "batalla de las ideas" a la izquierda y tras ser cesada el pasado mes de agosto argumentó que Casado le dejó claro que a él no le "interesaba" esa "batalla cultural". En una reciente entrevista, Álvarez de Toledo culpó al presidente del PP de la debacle en Catalunya: "Pablo Casado ha defraudado las esperanzas depositadas en él", dijo, y le apremió a "buscar la manera de resolver su vacío de proyecto y su vacío de liderazgo".
Críticas en el PP a la falta de personalidad de Casado
Hay quien señala que a Casado le falta "personalidad" para liderar el PP porque "se mimetiza con el entorno", es decir, "dice lo que el interlocutor quiere oír". En el PP no pocos creen que el principal problema que tiene son sus continuos bandazos, que provocan una sensación de desconcierto en sus votantes. Varias voces del partido apremian a Casado a que elija qué tipo de estrategia quiere seguir y defina claramente su proyecto.
Casado se defiende de esas críticas y afirma que él sí tiene un proyecto definido y un equipo económico potente, pero ha asegurado que el Gobierno crea "globos sonda" que capitalizan la discusión pública y apenas le dejan espacio a él para "contestar", unido a la presión constante de los medios y tuiteros que "parece que no escuchan los mensajes no polarizados". "Ahora un partido serio y responsable no está de moda", han sido sus palabras en el acto junto a Aznar.
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