Este artículo se publicó hace 5 años.
BrexitLos trabajadores españoles en Gibraltar denuncian presiones para mudarse a cambio de mantener el empleo
Un mes después de que se materializara la ruptura entre el Reino Unido y la Unión Europea, el brexit ha acabado con más de 450 puestos de trabajo, tres cuartas partes ciudadanos andaluces. Se prevé que la cifra aumente mientras no se formalice un nuevo tratado comercial que logre poner fin a la incertidumbre.
![Trabajadores andaluces a punto de cruzar la verja para ir a trabajar en Gibraltar. (Foto: Efe) Trabajadores andaluces a punto de cruzar la verja para ir a trabajar en Gibraltar. (Foto: Efe)](https://imagenes.publico.es/files/image_horizontal_mobile/uploads/2024/11/16/6738b8793b8dc.jpeg)
Patricia H. Montenegro
Madrid--Actualizado a
Nada ha cambiado y, sin embargo, ya nada será igual. Con esa sensación cruzan cada día los ciudadanos andaluces que trabajan en el Campo de Gibraltar desde que el 1 de febrero Reino Unido se desvinculara definitivamente de la Unión Europea. La situación en la frontera hasta ahora es de aparente normalidad. El tránsito de personas y vehículos entre ambos lados de la verja continúa siendo fluido y no se han registrado graves problemas burocráticos. Como venía sucediendo hasta ahora, basta con mostrar un DNI o pasaporte de España o de cualquier otro país de la UE para continuar la marcha hacia territorio británico. Pero la situación es más compleja que un simple trámite burocrático para los trabajadores andaluces de La Línea de la Concepción (Cádiz).
Además de los problemas habituales que se registran a nivel laboral como la falta de reconocimiento de accidente in itinere (en trayecto) o los abusos salariales por el cambio de divisas, el brexit ha destapado otros que permanecían ocultos como las presiones empresariales para que los trabajadores tengan empadronamientos ficticios bajo la amenaza de no renovarles los contratos.
Juan (nombre ficticio) es uno de los trabajadores que acaba de perder su empleo después de que, tras el brexit, su jefe le sugiriera que cambiara su domicilio. "Hace menos de un mes me propusieron cambiar mi domicilio a Gibraltar, pero les dije que no. Y no es una cuestión de no querer. Yo tengo a mi madre enferma y si nos mudamos allí no tendría acceso a los cuidados que le facilita la Seguridad Social aquí en Cádiz". Juan llevaba trabajando en la construcción "toda la vida" y en la colonia británica desde 2012. A pesar de su situación, Juan quiere confiar en la palabra de los empresarios: "Me han dicho que es algo temporal, que me llamarán en cuanto las cosas se estabilicen pero que ahora mismo no pueden hacer más".
María (nombre ficticio) trabaja como limpiadora en un grupo de oficinas del campo de Gibraltar y, al igual que Juan, ha decidido utilizar un nombre ficticio: "No quiero problemas con mis jefes ahora que es posible que me amplien el contrato", explica. Lleva seis años cruzando la verja que separa Algeciras y Gibraltar y, "salvo algún pequeño susto", no ha tenido mayores percances. "Tan solo una vez me torcí un tobillo cuando estaba llegando a la frontera, pero no fue nada, esos días cruzaba un poco cojeando y ya está". Nadie se hizo cargo de su baja.
El dilema de cambiar de residencia
Ahora María se plantea cambiar su domicilio a Gibraltar ante la sugerencia de sus jefes. "Me han hablado de las ventajas laborales que puedo tener si empiezo a vivir permanentemente allí; incluso podrían hacerme un contrato más largo". Desde que llegó hace diecinueve años de su Rumanía natal, María ha residido en la provincia de Cádiz, primero en Rota y ahora en La Línea: "No tenía ninguna intención de moverme, yo ya me siento muy de aquí, muy andaluza, ¿sabes?, mi hija nació aquí". María ni siquiera tiene claro cuáles son los trámites que tendría que seguir en caso de que tomase la decisión de trasladarse: "Ahora con el brexit nadie sabe nada, preguntas por cualquier cosa y te dicen que vayas o llames otro día, cuando esté algún responsable. Pero creo que ni ellos mismos conocen a ese responsable".
María representa el 24% de los trabajadores andaluces cuyos empleos dependen directamente de la economía gibraltareña. Para ellos, la Junta de Andalucía aprobó, en septiembre del pasado año, un plan de contingencia ante el brexit con 112 medidas generales y 50 específicas para paliar tanto las posibles pérdidas económicas (la propia Junta las cifraba entre los 500 y los 1.200 millones) como la situación de los más de 9.000 trabajadores transfronterizos que actualmente viven a caballo entre Reino Unido y España. Según el Informe de Seguimiento del brexit, que vela trimestralmente por la puesta en marcha de dichas medidas, menos del 50% de estas se han visto implementadas en los momentos previos e inmediatamente posteriores al 1 de febrero, fecha en la que se materializó la ruptura.
"Tengo compañeros que un día me hablaron de que les habían hecho esta propuesta [cambiar de domicilio] y a la semana siguiente estaban en la calle porque no la aceptaron", explica Antonio, otro de esos trabajadores que han visto como el brexit ponía en peligro su puesto de trabajo. Es albañil en una empresa de construcción y lleva 17 años trabajando en la colonia y 32 años cotizados en empresas tanto de España como de Reino Unido. El brexit significó un mazazo a su tranquilidad: "He visto que a muchos compañeros que llevan trabajando aquí años ya no los están llamando. Yo todavía tengo contrato pero rezo cada día para no ser el siguiente". La gente, explica Antonio, "se plantea tener un domicilio en Gibraltar porque si vives a 500 metros [en la Línea de la Concepción] las empresas se lo piensa antes de llamarte o renovarte".
La Asociación de Trabajadores Españoles en Gibraltar, a través de su portavoz Juan José Uceda, corrobora estas prácticas: "Se están produciendo irregularidades en la contratación. Se les está pidiendo a aquellas personas que necesitan trabajar de forma puntual en Gibraltar que cambien su domicilio y se hagan residentes. Ya hay personas que lo están haciendo, especialmente en el sector sanitario o en el sector del cuidado a personas con minusvalía. Algunas de ellas ya han perdido sus empleos y otras muchas están asustadas pensando que pueden ser las próximas". La organización confirma que en su mayoría se trata de colectivos especialmente vulnerables. En muchos casos son trabajadores del sector de la construcción o la limpieza que se enfrentan a salarios bajos o muy bajos e inestabilidad laboral.
Por su parte, Antonio Canal, presidente de la Asociación de Empresarios Impulsa, defiende que a los empresarios no les "consta" que existan este tipo de medidas de presión. "Nos encontramos ante un momento de gran incertidumbre sobre el futuro de las relaciones entre España y Gibraltar que genera incertidumbre tanto para los trabajadores como para las empresas", asegura. El líder de los empresarios apela a la altura de miras de los políticos para alcanzar pronto un acuerdo entre la Unión Europea y Reino Unido: "Gran parte del éxito o fracaso de esta situación va a depender de nuestros políticos y de hasta donde quieran llegar". En cualquier caso, no cree que existan grandes cambios en el nivel de contrataciones tras el brexit.
De confirmarse, estas medidas de presión supondrían uno de los daños colaterales más evidentes en el sur de España de la reciente ruptura entre Europa y Reino Unido. Un brexit que supone ya un limbo legal y un banco de pruebas para los derechos de los trabajadores y trabajadoras andaluzas en el Campo de Gibraltar.
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