Este artículo se publicó hace 6 años.
Caso AltsasuBilbao denuncia la "injusticia" del caso Altsasu a menos de un mes de que empiece el juicio
La capital vizcaína acoge una manifestación en solidaridad con los ocho jóvenes acusados de terrorismo por una pelea de bar. "Estas movilizaciones nos dan fuerzas para seguir adelante", afirman sus padres. La Audiencia Nacional juzgará a sus hijos a partir del 16 de abril.
Bilbao-
No son días fáciles en casa de los Arnanz. Cada vez que miran el calendario contienen la respiración. Koldo resume lo que siente en apenas tres palabras. “Menos bueno, todo”, afirma este hombre hasta ayer anónimo. Hoy es uno de los denominados “padres de Altsasu”, esos mismos que se han visto envueltos en una pesadilla que parece no tener fin. Su hijo se llama Oihan, está acusado de terrorismo por una pelea de bar y un fiscal de la Audiencia Nacional quiere condenarle a 62 años de cárcel. Ya lleva 16 meses encerrado, esperando un juicio que arrancará el 16 de abril. También están presos –en cárceles separadas- Adur Martínez de Alda y Jokin Unamuno. La Fiscalía pide 50 años para cada uno de ellos.
Este viernes, las calles del centro de Bilbao fueron escenario de una nueva demostración de solidaridad con Oihan, Adur, Jokin y los otros cinco imputados por la reyerta nocturna del 15 de octubre de 2016 en un bar de Altsasu. En la trifulca se vieron involucrados dos guardias civiles sin uniforme que se encontraban junto a sus parejas. De ahí las acusaciones de terrorismo contra los ocho jóvenes, quienes en total enfrentan unas peticiones de condena que alcanzan los 375 años de cárcel.
“Se trata de una absoluta injusticia”, afirmó a Público el abogado vasco Ibon Altuna –quien además es vocalista del grupo Itziarren Semeak-, uno de los convocantes de la manifestación que ha partido a las 20.00 desde la Plaza Elíptica de la capital vizcaína. La movilización ha contado con el respaldo de distintos rostros del mundo de la cultura, la abogacía o el activismo social. “Nos pusimos en contacto diferentes personas, y casi de forma natural se planteó apoyar a los familiares”, explicó Altuna. Así nació esta manifestación por el centro de Bilbao, en la que han participado cientos de personas.
Entre los manifestantes que portaban la pancarta se encontraba Antxon Martínez de Alda, el padre de Adur. “Hay una receptividad muy grande hacia nuestro caso, y la gente lo está interiorizando: cada vez son más las personas que ven todo esto como si fueran sus hijos o hijas”, comentó a este periódico. Junto a Antxon estaban los padres de Aratz Urrizola, uno de los acusados que se encuentra en libertad provisional. El representante del Ministerio Público también pide medio siglo de cárcel para él.
Por delante de la pancarta iban varios momotxorroak, unos personajes míticos de los Carnavales de Altsasu. Junto a ellos, tres jóvenes portaban carteles con los rostros dibujados de Adur, Jokin y Oihan, los tres que continúan encarcelados.
“Esto nos da fuerzas”
Los ecos de la movilización bilbaína se sintieron en la mismísima Altsasu. “Sólo tenemos palabras de agradecimiento para quienes nos están apoyando. Todo esto nos da fuerzas para seguir hacia delante”, afirmó desde la localidad navarra Koldo Arnanz, quien hace algunos días estuvo en Bilbao para participar en la presentación de esta movilización, la primera de gran calado que se realiza en la capital vizcaína por este polémico caso. La primera, pero quizás no la última.
“Aquí se sabe cuándo vas a la Audiencia Nacional, pero no qué día vuelves”, dijo Altuna, quien no ocultó su escepticismo ante el juicio que empezará dentro de menos de un mes en el tribunal madrileño. “Historias como estas hay miles en todos los pueblos, pero aquí se pone como delito de terrorismo y se piden unas penas desorbitadas”, remarcó.
En ese contexto, las madres y padres de los jóvenes acusados ya están organizando la manifestación del próximo 14 de abril en Pamplona. Justo dos días antes de que empiece el juicio, volverán a salir a la calle para pedir justicia. “A pesar del cansancio, aún tenemos ilusión y fuerza de sobra”, afirmó Antxon Martínez de Alda. Un rato después se subió al coche y regresó a Altsasu. Al llegar a casa, volvió a encontrarse la cama de su hijo vacía. Tan vacía como los últimos y largos 16 meses.
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