Este artículo se publicó hace 3 años.
Aragonès sitúa el traspaso del Cercanías de Barcelona como ariete de las demandas al Gobierno estatal en pleno caos ferroviario
El Govern desplega una ofensiva política para reclamar al Estado la competencia del servicio ferroviario de proximidad que gestiona Renfe y una inversión potente para realizar las mejoras necesarias a raíz del caos generado por la huelga de maquinistas. L
Barcelona-
El servicio ferroviario de Cercanías de Renfe vuelve a ser "caballo de batalla político" (en palabras de un destacado miembro del Govern) en la relación entre la Generalitat y el Gobierno español. Esta deficiente infraestructura es para el debate político catalán como los viejos hits musicales, que siempre vuelven aunque sea al estilo de ABBA, en hologramas.
Y es que hay la sensación en Catalunya que más allá de las políticas de confrontación del PP y de la sentencia del Tribunal Constitucional recortando el Estatut, el principal vertebrador del crecimiento exponencial del independentismo viaja en tren. Una desafección que tienen mucho que ver con el deficiente servicio de Cercanías a causa de la dejadez permanente de los distintos inquilinos de la Moncloa en las últimas décadas.
Ahora, la caótica situación generada desde el jueves pasado por la huelga de maquinista en toda la red de Cercanías ha vuelto a poner en la diana uno de los servicios públicos más importantes y a la vez más cuestionado. Y desde la presidencia de la Generalitat y el conjunto del Govern no han desaprovechado la ocasión para situarlo como epicentro de las demandas y reivindicaciones de la Generalitat respecto al Gobierno estatal de Pedro Sánchez.
Ofensiva reivindicativa
El president de la Generalitat, Pere Aragonès, ha dado la orden de situar el tema de Cercanías (las Rodalies en catalán) como ariete en la estrategia negociadora con el Gobierno español. "Este es un tema fundamental porque afecta a las condiciones de vida del día a día de millones de ciudadanos en sus desplazamientos para ir a trabajar, a estudiar, volver a casa o cualquier otra cosa", aseguran desde la presidencia de la Generalitat.
La media de usuarios de Ceracanías es de 400.000 viajeros diarios en Barcelona y la cifra es superior si se suman los regionales a otros puntos de Catalunya fuera del área metropolitana.
Las mismas fuentes certifican que tanto el Govern, a partir de la Comissió Bilateral Generalitat-Estat, como Esquerra en el Congreso (con el presumible apoyo de Junts y de la CUP), van a hacer pivotar este tema como eje central de las relaciones entre los dos ejecutivos en lo que queda de legislatura.
Carta de Aragonès a Pedro Sánchez
La primera andanada al respecto ya salió este martes del Palau de la Generalitat en forma de carta del president Pere Aragonès al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez. En la carta, Aragonés se muestra "preocupado" por la situación de los últimos días con la gestión del operador Renfe del servicio de Cercanías, "y por la necesidad urgente" de contar con un servicio ferroviario "regular, puntual, seguro y fiable".
El president argumenta en la misiva al Palacio de la Moncloa que la ciudadanía de Catalunya sufre "un agravio histórico" por el mal funcionamiento del servicio ofrecido por Renfe. "Reclamamos asumir la gestión del servicio, fundamental para nuestro país, y que, mientras no se produzca este traspaso, el gobierno del Estado ponga las soluciones necesarias para poder dar el mejor servicio a los usuarios de este transporte público, así como la voluntad y disposición", subraya el president en esa carta.
“¿Dónde está ahora la ministra de Transportes?”
Por si quedaba alguna duda de la dimensión política que el tema está cogiendo, este miércoles, ni 24 horas más tarde de su carta, Aragonès arremetía en el Parlament: "La situación inaceptable de Cercanías sólo se revertirá con un traspaso completo y financiado adecuadamente".
Y no dudaba en señalar al Ejecutivo de Pedro Sánchez con dureza: "¿Dónde está ahora la ministra de Transportes?" exclamaba en sede parlamentaria el president refiriéndose a la socialista catalana Raquel Sánchez, a la cual le ha reprochado que fuera muy rápida en comparecer para dar por suspendido el proyecto de ampliación del aeropuerto del Prat y en cambio frente al caos que se vive estos días en miles de estaciones catalanas de "el silencio por respuesta", según Aragonès.
La ministra Raquel Sánchez se ha limitado a responder a Aragonès que tiene una "implicación total desde el primer día" en la búsqueda de una solución a la huelga de maquinistas de Renfe. Lo ha dicho en una entrevista en Onda Cero este miércoles, añadiendo que está haciendo "todo lo posible para solucionar la situación de conflictividad" y trabaja para resolverla "lo antes posible".
La huelga y las deficiencias estructurales
La huelga de los maquinistas está en el origen del caos de estos días, especialmente acrecentado por el supuesto incumplimiento de los servicios mínimos, según denuncia la dirección de Renfe pero niega el sindicato Semaf. Fuentes de la presidencia de la Generalitat recuerdan que esta situación coyuntural "se suma a un déficit estructural de hace muchos años".
El president destaca que esta situación "genera una desconfianza hacia el sistema de transporte público que, en plena emergencia climática, es una grave irresponsabilidad". Estos días el mal servicio ferroviario ha incrementado exponencialmente los atascos en las carreteras de acceso a Barcelona, habitualmente ya congestionadas en las horas punta.
Aragonès señala la inversión presupuestaria, junto con "la necesidad de actualizar las infraestructuras", como los dos temas claves donde centrar las negociaciones para obtener el traspaso. Un traspaso en que se ha comprometido a "garantizar los derechos de los trabajadores de Renfe, en cuanto a salarios y posibilidades de movilidad geográfica y funcional". En un intento de apaciguar los temores del colectivo ferroviario que rechaza de lleno el traspaso. Reticencias que el Gobierno español aprovecha para justificar la dificultad del traspaso del servicio a la Generalitat.
Negociación presupuestaria
La tercera andanada del día ha sido la presentación este miércoles de dos peticiones de comparecencia para dar explicaciones al Parlament por parte del grupo parlamentario de ERC. La primera al presidente de Renfe, Isaías Táboas, y la segunda para el coordinador del Pla de Rodalies, Pere Macías.
Pero la cosa no se quedará ahí, y fuentes de ERC aseguran que el partido, fundamental para la aprobación de los Presupuestos Generales, redoblará la presión en la negociación para que se incluya, "y sobre todo se ejecute", la inversión necesaria para las mejoras que debe hacerse en el obsoleto servicio ferroviario de Renfe en Barcelona. Enfatizando el verbo ejecutar ya que el propio Aragonès recuerda que solo se ha ejecutado un 15% del Pla de Rodalies de Barcelona 2008-2015 aprobado por el Consejo de Ministros en 2009 con un presupuesto de 4.000 millones.
Respecto al traspaso, desde la presidencia de la Generalitat se acepta que esta fase necesitará más tiempo pero advierten que este tema se priorizará en los trabajos de la Comissió Bilateral Generalitat-Estat que empezaron el pasado 2 de agosto con una primera reunión. El traspaso cuenta con el apoyo de ERC, Junts y En Comú Podem. También el de la CUP pero con la exigencia de los anticapitalistas que el servicio ferroviario continuará siendo exclusivamente público si es traspasado.
Consenso total en el Govern
La demanda del traspaso de Cercanías como eje prioritario de las reivindicaciones al Gobierno estatal cuenta con el consenso del conjunto del Govern. Así, el vicepresident y conseller de Polítiques Digitals i Territori, Jordi Puigneró, asegura también que será un empeño prioritario de su departamento conseguir la competencia ferroviaria durante esta legislatura.
"Será nuestro caballo de batalla" asegura Puigneró que reclama un traspaso real, ya que el anterior acordado durante la etapa del tripartito con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero lo considera un "traspaso fake" ya que no incluyó ni las vías e infraestructuras, ni el personal, ni la financiación. "Se traspasaron los horarios" dijo Puigneró en una entrevista reciente.
La huelga aún en marcha de los maquinistas ha puesto de relieve una vez más lo que en el funcionamiento diario ya es un cúmulo de deficiencias en el estratégico servicio ferroviario de Cercanías. Con continuos retrasos, averías y suspensión de trenes. Unas deficiencias, la responsabilidad de las cuales se achacan mutuamente Renfe y Adif (la operadora estatal de la infraestructura ferroviaria) de forma sistemática. En una espiral sin fin que no aporta nunca soluciones al problema de fondo. Entre otra cosa el hecho de que líneas como la R3 que conecta Barcelona con Vic tarda lo mismo ahora en plena siglo XXI que a principios del siglo XX.
Comparativa con los eficientes FGC
La valoración entre los usuarios de Renfe es pésima y además contrasta con la buena nota que recogen los Cercanías que gestiona la Generalitat en zonas muy pobladas como el Vallès o el Baix Llobregat con los Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC). Considerados un ejemplo de extrema puntualidad. Una diferencia que da argumentos al Govern para exigir el traspaso que aseguran mejoraría sustancialmente el servicio.
Según el conseller Puigneró, si alguien tiene alguna duda de la diferencia de cómo gestiona la Generalitat y el Estado un mismo servicio, "sólo tiene que subir a un tren de Renfe y de FGC para ver la diferencia". Para muestra un botón. En la línea de Cercanías de Renfe del Baix Llobregat que conecta Martorell con Barcelona el crecimiento de usuarios se mantiene fijo alrededor de los cinco millones de pasajeros anuales, mientras que la misma línea de FGC se ha más que cuadriplicado con más de 20 millones de usuarios anuales.
La reivindicación respecto al tema de Cercanías ya protagonizó algunas de las primeras movilizaciones multitudinarias que convocó el independentismo antes del Procés. Ahora la reivindicación vuelve con fuerza y será uno de los temas candentes que tendrá que afrontar, casualmente, una ministra como la de Transportes. Raquel Sánchez es exalcaldesa de Gavà, municipio del Baix Llobregat, una de las comarcas más afectadas por el pésimo funcionamiento de Cercanías Renfe.
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