Entrevista a David Minoves"Para alcanzar la autodeterminación de Catalunya hace falta predisposición de los soberanistas a entenderse entre sí"
Barcelona--Actualizado a
Entrevistamos al presidente del CIEMEN, David Minoves, con motivo del 50 aniversario de la entidad que trabaja por el "conocimiento, reconocimiento y difusión de los derechos colectivos de los pueblos y los derechos lingüísticos".
David Minoves (Barcelona, 1969) es presidente desde 2015 del Centre Internacional Escarré per a les Minories Ètniques i les Nacions (CIEMEN), una entidad que este septiembre celebra su 50 aniversario. Lo entrevistamos para hacer un balance de la organización fundada por Aureli Argemí en 1974, con la voluntad, según Minoves, de hacer frente al "desconocimiento absoluto que había en el mundo sobre la realidad de Catalunya" y al "desconocimiento general sobre los diferentes pueblos que no son estados".
El actual presidente afirma que el CIEMEN sigue siendo "muy necesario", especialmente en una "época de regresión" en la que los discursos xenófobos y la extrema derecha ganan terreno a través de las redes sociales. En cuanto al camino hacia la autodeterminación de Catalunya, Minoves señala que es imprescindible cerrar el periodo de "represión" mediante la aplicación de la amnistía y, a partir de ahí, tejer complicidades entre los diferentes sectores del independentismo. En otras palabras, estar "predispuestos a entenderse" con los compañeros de lucha.
¿Qué balance hace de la trayectoria del CIEMEN?
Muy positivo, porque las motivaciones que tuvo el fundador y presidente emérito fallecido este año, Aureli Argemí, continúan vigentes. El CIEMEN es una entidad, un lugar de encuentro para la tarea de conocimiento, reconocimiento y difusión de los derechos colectivos de los pueblos y los derechos lingüísticos.
¿Cuáles eran las motivaciones de Argemí que continúan vigentes?
Aureli fundó la entidad desde el exilio porque en ese momento era el secretario del abad Escarré, que tuvo que marcharse de Catalunya por imposición del régimen franquista. En ese momento tomó conciencia del desconocimiento absoluto que había sobre la realidad de Catalunya en el mundo, así como del desconocimiento general sobre los diferentes pueblos que no son estados.
Esta voluntad sigue vigente porque, hoy en día, aún no se han reconocido como se debería los derechos colectivos de varios pueblos que luchan por su liberación y que no han tenido la oportunidad de aparecer en el mapa ni de formar parte de los debates internacionales.
Por otro lado, la situación lingüística ha empeorado muchísimo. Las grandes lenguas están ganando terreno a las minoritarias, y por este motivo, existe la necesidad actual de protegerlas.
Por lo tanto, la misión del CIEMEN sigue siendo imprescindible.
Aureli apostaba por la solidaridad internacionalista desde el reconocimiento de las lenguas sin estado. El mundo ha cambiado en estos 50 años, la diversidad también forma parte de Catalunya. Aquí hay personas de todas partes y se hablan multitud de lenguas, también de minoritarias, como el amazig.
El CIEMEN también es necesario porque es un espacio donde el soberanismo civil puede encontrarse y poner en marcha todo tipo de iniciativas. En los últimos tiempos, el catalanismo ha evolucionado hacia el independentismo. Hay muchas entidades que trabajan por la liberación nacional y la defensa de la democracia. Sin embargo, también ha aumentado la polarización y la segmentación, y por eso se necesita un lugar transversal como el CIEMEN, que haga un papel aglutinador de diferentes sensibilidades donde todos se sientan cómodos.
¿A qué se refiere?
Hay personas con pensamientos muy diferentes que continúan trabajando por los derechos colectivos de los pueblos. Un ejemplo muy claro es que, en un año, tras toda la situación de desorientación que hemos vivido desde 2017, el CIEMEN vuelve a formar parte de las movilizaciones del 11 de septiembre, que se convocan de forma unitaria. Es un mensaje significativo de la voluntad de llamar a las calles a todos, no solo a aquellos que se han sentido cómodos en los últimos dos o tres años.
Es evidente que el contexto ha cambiado mucho desde 2017. ¿Cuál considera que es el camino para lograr la autodeterminación de Catalunya?
Hace falta una predisposición de los soberanistas para entenderse entre sí. Diferentes entidades hacen su propuesta sobre cómo poner en marcha el proceso de emancipación. Para nosotros, el conflicto sigue existiendo, otra cosa es que haya terminado lo que popularmente llamaron el procés. La represión no se cerrará hasta que se aplique al 100% la ley de amnistía. Una vez pasada esta página, habrá que reconstruir complicidades.
"La represión no se cerrará hasta que se aplique al 100% la ley de amnistía"
Nosotros no entramos en debates sobre los liderazgos. Hace falta predisposición para entenderse entre sí. El único límite son los derechos humanos. En Catalunya ha surgido una nueva extrema derecha independentista, y esa es la única línea que no se puede traspasar.
¿Cómo valora el cambio de Govern?
No entraré a valorar el Govern. Me manifesté abiertamente en un artículo. Decía que, particularmente, era un error negociar un acuerdo de investidura para el presidente Illa con una fuerza con la que no se comparte un proyecto político. Las razones que ponían sobre la mesa dependían básicamente de Madrid y no de la fuerza que se tiene en Catalunya. Creía, por otro lado, que las urnas debían verse como una oportunidad y no como un riesgo.
Se ha constituido un nuevo Gobierno y el soberanismo en general debe aprovechar la actual coyuntura, ya que es la que es. Deberían cumplir todo lo acordado, especialmente en lo que respecta a todas las medidas vinculadas a la emergencia lingüística y a la financiación de Catalunya. Además, la Convención para resolver el conflicto político que se acordó debería ser una oportunidad. En cualquier caso, insisto en que no debería ser motivo de controversia partidista dentro del independentismo. Avance o no, es necesario volver a tejer complicidades entre el soberanismo.
Illa pidió a la Conselleria de Política Lingüística un informe sobre el estado del catalán. ¿Qué papel juegan la cultura y la lengua en la preservación de la identidad de las naciones sin estado?
Es evidente que sin estructuras políticas que protejan las lenguas minoritarias, estas no podrán superar la sustitución lingüística y la minorización permanente. Se necesitan acciones políticas positivas a favor del catalán, mucho más audaces de lo que se ha hecho hasta ahora en el Govern, no solo en Catalunya, sino para recuperar todo el terreno perdido ante las agresiones de la extrema derecha contra la lengua en el País Valencià y las Illes Balears. El Estado español también tiene una responsabilidad porque se ha comprometido con la preservación del vasco, el catalán y el gallego, no solo en la Unión Europea, sino con la nueva Ley de Lenguas.
"Se necesitan acciones políticas positivas a favor del catalán, mucho más audaces de lo que se ha hecho hasta ahora en el Govern"
Independientemente de la evolución del proceso de liberación de la nación, la lengua catalana no solo debe ser conocida, que lo es mucho, sino reconocida y de uso social predominante. Mientras Catalunya no disponga de un estado propio en el que la protección de la lengua sea una de las prioridades, seguimos teniendo derechos lingüísticos que deben respetarse.
Ahora se vuelven a escuchar discursos similares a los del franquismo, cuando se creó el CIEMEN. ¿Estamos retrocediendo en derechos?
Estamos en una época de regresión y, además, los medios de comunicación y las redes sociales influyen en la construcción de un marco comunicativo que tiene un impacto diferente en función de la generación. Mucha gente joven se informa a través de las redes y la casi inexistencia del catalán tiene un impacto muy negativo, tanto para el conocimiento como para el uso.
Pero no solo hablamos de lengua, sino también de los contenidos. Es toda una estrategia de la extrema derecha para incidir en determinados sectores de la sociedad. Hay una ola involutiva a todos los niveles, de derechos y libertades.
Tenemos discusiones que no tienen mucho sentido. El CIEMEN ha sido muy claro y, a veces, poco entendido: solo es posible la construcción de una identidad catalana a través del injerto de las personas llegadas de otros países. Ni demográfica ni lingüísticamente sería posible mantener la identidad nacional catalana si no tuviéramos la capacidad de agregar y crear una identidad colectiva a través de las personas recién llegadas.
¿El CIEMEN ha recibido muchas críticas por esta afirmación?
"El catalán hoy en día es más conocido que nunca, pero no se utiliza socialmente"
Una de las potencialidades que tiene el catalán es que es una lengua minorizada que se ha mantenido en el tiempo gracias a la gran capacidad de aprendizaje que han tenido las personas que la han adoptado. Si no hubiera sido así, tendríamos un problema mucho mayor. El catalán hoy en día es más conocido que nunca, pero no se utiliza socialmente. Si, ante este hecho, tuviéramos la tentación absolutamente errónea y antinatural de iniciar un proceso de cierre nacional, de adoptar un discurso xenófobo, nos estaríamos haciendo daño y dificultando la capacidad de la nación catalana de preservarse y tener futuro.
Has mencionado la filtración de los discursos xenófobos a través de las redes sociales. ¿Cómo afrontáis estos nuevos retos desde la entidad?
Hace un tiempo iniciamos una campaña para garantizar los derechos civiles y políticos de las personas extranjeras que viven y trabajan en Catalunya. Es una realidad que vemos en las elecciones municipales, donde solo pueden votar ciertas personas sin nacionalidad española, que son de países con un convenio de reciprocidad. Hay gente extranjera que lleva 10 o 20 años viviendo aquí y no puede elegir a su alcalde. Esto es una gran anomalía que dinamita la democracia y dificulta la construcción de una identidad nacional abierta a todos.
También hemos lanzado una campaña para enfatizar que los catalanoparlantes deben poder hablar catalán en todas partes porque tienen derecho a hacerlo. Es una acción dirigida tanto a la administración como a la ciudadanía.
¿Cómo proyectáis el futuro?
Las entidades civiles somos fundamentales para cualquier sociedad. Las que no las tienen son muy pobres y cuentan con pocas herramientas de resistencia en momentos de cambio y desorientación. La mera existencia del CIEMEN es una necesidad porque nuestro objetivo sigue siendo muy vigente. No obstante, queremos actualizar nuestro corpus doctrinal y dar respuesta al envejecimiento y la desconexión de las nuevas generaciones con estas realidades. Queremos buscar nuevas vías para seguir teniendo incidencia en la vida social y política de Catalunya.
Además, hay muchas situaciones de vulneración como la invasión de Ucrania por parte de Rusia, el genocidio en Palestina, la situación en el Sáhara Occidental o en el Kurdistán que nos motivan a seguir trabajando y mostrar esta solidaridad del pueblo catalán hacia otros pueblos que también luchan por su liberación.
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