La alcaldesa de Catarroja muestra su indignación por la visita de los reyes sin avisar: "Es una falta de respeto"
Lorena Silvent ha criticado que acudieran a una zona "operativa" para dar una apariencia de normalidad, mientras en otra parte de la localidad aún trabajan más de mil efectivos tras el paso de la DANA.
La alcaldesa de Catarroja, Lorena Silvent (PSPV-PSOE), ha expresado su malestar por la visita sorpresa de los reyes Felipe VI y Letizia, acompañados por sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, al municipio valenciano este domingo. Silvent ha criticado que la familia real haya acudido a una zona "más operativa" para dar una apariencia de normalidad, mientras en otra parte de la localidad aún trabajan más de mil efectivos del Ejército en labores de limpieza y recuperación tras el paso de la DANA.
En declaraciones recogidas por EFE, Silvent ha afirmado que no fue informada ni avisada de la visita, que incluyó un recorrido por el mercado municipal, donde los reyes conversaron con vecinos, participaron en actividades prenavideñas y tomaron un aperitivo.
"Mientras la gente está trabajando, ellos están tomándose un refresco", señaló Silvent. A su juicio, lo suyo hubiera sido que los reyes hubieran visitado a los efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME), que llevan más de 50 días realizando tareas de limpieza como la extracción de lodos de garajes y el rescate de vehículos y enseres. "Tendrían que haber hablado con ellos (...) están haciendo lo que nadie quiere hacer", añadió.
Silvent también ha cuestionado la falta de comunicación por parte de la Casa Real. "No han avisado a la alcaldesa, ni a la Policía. A la Delegación del Gobierno les informaron cuando ya estaban aquí", ha expresado. La visita se concentró en la zona alta de Catarroja, que ha comenzado a recuperar cierta actividad, mientras que la parte más afectada, donde residen más personas y se concentran los trabajos de emergencia, no fue incluida en el recorrido.
La alcaldesa ha señalado que recibió noticias de la visita mientras gestionaba una reparación en el Ayuntamiento y que, aunque se encontraba a menos de cien metros del lugar, decidió no acercarse porque consideró la situación una "falta de respeto".
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