Madrid
Actualizado:El ministro de Consumo y coordinador federal de IU, Alberto Garzón (Logroño, 1985), regresaba de su permiso por paternidad en el momento más convulso de la legislatura. Las discrepancias en el seno del Gobierno entre PSOE y Unidas Podemos son evidentes, una tensión que se llevó al límite a principios de marzo por la ley del 'solo sí es sí'. La legislatura se agota, las municipales y autonómicas se aproximan y el electoralismo toma protagonismo. Esta semana, la izquierda fracasaba en la reforma de la 'ley mordaza', seguirá la norma de Mariano Rajoy una legislatura más.
Las diferencias también se evidencian en el propio espacio de la izquierda, Yolanda Díaz lanzará "pronto" su candidatura a presidenta del Gobierno por su plataforma Sumar y las tensiones con Podemos están cada vez más a flor de piel. En este contexto, Garzón recibe a Público para dar su primera entrevista desde su reincorporación, reflexionar sobre el futuro de la izquierda y hacer balance de lo que ha hecho y queda por hacer desde la cartera de Consumo.
¿Qué ha ocurrido con el Real Decreto de la publicidad sobre el consumo de alimentos dirigidos al público infantil? ¿Va a salir adelante?
Es una norma destinada a proteger a los niños y a las niñas de la invasión de la publicidad de alimentos dirigidos al público infantil que se sabe por la ciencia, por la acumulación de evidencia científica, que son nocivos para la salud en su consumo continuado en el tiempo. Este es un real decreto que cuenta con un apoyo enorme, no solo en la comunidad científica, también entre la población, pero que encuentra algunas oposiciones de naturaleza política dentro del propio seno del Gobierno de coalición, razón por la cual nos quedan unos pocos días para poder aprobarlo en esta legislatura. Por eso hemos instado al PSOE a que se tome en serio esto. Es una norma que protege a los niños, a las niñas, a la población más vulnerable y por lo tanto protege la salud pública. Creo que esta es la síntesis de lo que viene ocurriendo desde hace dos años
¿Cuando habla de bloqueo político, se refiere al Ministerio de Agricultura?
"Debe prevalecer la salud de los niños y niñas frente a los legítimos beneficios empresariales"
Bueno, se sabe perfectamente que existe un informe negativo del Ministerio de Agricultura. Es obvio que es un gobierno de coalición, que podemos tener diferencias. Esas diferencias hemos tratado de pulirlas y no hemos conseguido nuestro objetivo porque hay un paradigma distinto. El PSOE tiene un paradigma diferente respecto a esta cuestión. Nosotros entendemos que es legítimo que haya empresas que obtienen unos beneficios vendiendo productos que se sabe que son perjudiciales para la salud, pero entendemos también que regular la publicidad ayudaría a esos niños y niñas. Nuestro criterio es que debe prevalecer la salud de los niños y de las niñas frente a los legítimos beneficios empresariales. Ese es nuestro paradigma. El paradigma del PSOE es otro y por eso no hemos alcanzado un acuerdo. Como viene ocurriendo en otros ámbitos del Gobierno de coalición, puede que esta ley, desgraciadamente, no salga.
Ha habido más enfrentamientos durante la legislatura con el ministro Luis Planas de Agricultura, como por la regulación de 'Nutriscore'. ¿Saldrá esta adelante en lo que queda de legislatura?
"Para nosotros, la alimentación es un derecho, hay otros paradigmas que la consideran como una mercancía más"
Nosotros, en general, estamos tratando de abordar un problema complejo, que es un problema que afecta a todo el conjunto de la población, que tiene que ver con las formas de alimentación y problemas de salud derivados, pero muy especialmente afecta a los niños y a las niñas. Sabemos que un problema complejo no tiene una solución simple. Por eso, hemos intervenido a través de la fiscalidad, a través de la información de campañas de sensibilización, a través de la regulación publicitaria, como estamos intentando en ese Real Decreto, y hemos intervenido también en el ámbito del etiquetado. Hemos tratado de proporcionar la máxima información a la gente. No nos casamos con ningún etiquetado en concreto, lo que decíamos es que en el caso de Nutriscore, si alguna empresa lo quiere utilizar, lo debe hacer en todos sus productos y no solo en aquellos en los que la señalización es positiva.
Está en los supermercados y, por lo tanto, la gente tiene que conocer cómo funciona para poder usarlo adecuadamente. ¿También eso encontró la oposición del ministro de Agricultura? Efectivamente, fue público y nosotros, durante mucho tiempo, hemos trabajado negociando con ellos en muchos ámbitos. Pero al final, no seamos ingenuos, es un problema de paradigma. Para nosotros, la alimentación es un derecho y hay otros paradigmas que consideran la alimentación como una mercancía más que se desentiende de los efectos que tiene sobre el planeta y la salud humana. Ese paradigma ha sido dominante durante mucho tiempo y es el que estamos combatiendo.
Acaba de publicar un nuevo decreto sobre seguridad en el juego. ¿Ha cumplido con el objetivo de la lucha contra la ludopatía esta legislatura?
"Otro avance, prohibiendo la posibilidad de endeudarse con tarjetas de crédito en el juego 'online'"
Todo lo que hemos avanzado en esta legislatura es un paso de gigantes, al menos así nos lo han transmitido quienes llevan mucho tiempo luchando contra la ludopatía, los trastornos del juego en general y el efecto perverso que tiene sobre las relaciones económicas y sociales de las familias que se ven afectadas por este tipo de problemas.
La última gran competición deportiva de fútbol, creo que fue el mundial, no tuvo anuncios publicitarios de casas de apuestas a diferencia de la anterior y a diferencia de lo que ocurre en otros países. Creo que eso es una forma de proteger a la población y, particularmente, a las familias trabajadoras, que son las más expuestas a este tipo de actividad que tiene unos riesgos sobre la salud muy importantes.
Eso es un avance enorme. Hemos dado otro avance, por ejemplo, prohibiendo la posibilidad de endeudarse con tarjetas de crédito en el juego online. Dentro de nuestras competencias, hemos avanzado muchísimo, hemos dado un paso de gigante, pero no podemos ser complacientes. El problema sigue existiendo y hay ámbitos que nosotros no hemos podido abordar porque no están en nuestras competencias, como son las casas de apuestas físicas, presenciales, que son competencia de las comunidades autónomas y es lo que vemos sobre todo en los barrios populares, donde siguen siendo un problema importante para la gente joven. Por tanto, sin ser complacientes, creo que hemos cumplido con nuestros objetivos, aunque queda mucho que hacer.
El límite de los precios de los alimentos ha vuelto a subir este mes más de un 16% respecto al año anterior. La bajada del IVA propuesta por el Gobierno parece que no funciona. ¿Qué propone, ministro, para bajar la presión económica sobre las familias?
"La inflación no tiene un origen salarial, sino vinculado a los márgenes de beneficios empresariales"
Nosotros aquí hemos trabajado, como espacio político de Unidas Podemos, en propuestas. La inflación de los alimentos creció por los precios energéticos en un primer momento y el Gobierno actuó con el tope energético, el llamado mecanismo ibérico que ha funcionado y que ha sido la envidia de Europa. Sin embargo, desde un determinado momento, la inflación y la subida de los precios de los alimentos tienen unas causas distintas. Es ahí donde nosotros hemos sido claros. Las instituciones que estudian y hacen seguimiento de la inflación han llegado a la misma conclusión de que la inflación no tiene un origen salarial, sino un origen vinculado a los márgenes de beneficios empresariales, que no tienen freno.
"El libre mercado actual está generando racionamiento"
Nos hemos encontrado siempre con una política económica que pedía moderar los salarios, pero nunca se atreve a pedir la moderación de los beneficios. Y también los beneficios son parte del precio. Por eso, nosotros, desde Unidas Podemos, ya desde septiembre, hemos solicitado medidas al PSOE para que pudiéramos aprobarlas como Gobierno y por la vía de acuerdos con las empresas distribuidoras, algunas de las cuales quisieron y demostraron que se podía y otras no quisieron.
Tenemos un serio problema y espero que todos seamos conscientes de lo que está sucediendo. En primer lugar, es falso que haya un libre mercado pleno, no hay una competencia perfecta. Hay operadores que tienen una cuota de mercado suficiente para imponer márgenes muy grandes sobre los productores, pero también sobre el conjunto del ecosistema. En segundo lugar, el libre mercado actual está generando racionamiento. Cuando nosotros propusimos poner un tope a determinadas cestas de consumo, algo que la ley nos habilita para ello en determinadas circunstancias, nosotros nos encontramos con la oposición de gente que decía que íbamos a provocar racionamiento. El racionamiento ya se está generando, porque cuando los precios suben el libre mercado reacciona de manera natural dejando fuera a la gente que no puede pagarlo. Por lo tanto, ya se está produciendo un racionamiento, solo que es el que sufren las familias con menos recursos.
Las medidas que hemos aplicado hasta ahora podemos decir que han sumado, son positivas, pero son insuficientes. Ya lo dijimos, medidas como la bajada del IVA son medidas imperfectas que no funcionan porque pueden ser absorbidas por los beneficios empresariales. Bien, yo creo que llega ya el momento de darse cuenta de que efectivamente, si en otros países, como en Francia, han puesto medidas incluso pactadas con los supermercados, en España también se puede hacer. Vamos a seguir insistiendo en la línea que veníamos trabajando.
La ministra y secretaria general de Podemos, Ione Belarra, está siendo muy contundente respecto a la necesidad de intervenir los precios de los alimentos. ¿Qué le parece el tono con el que se refiere a su propio Gobierno?
"Tenemos que desacralizar lo que llaman el libre mercado"
En este caso, no es una cuestión de tono. Tenemos que desacralizar lo que llaman el libre mercado. Nos decían que poniendo un tope ibérico a la energía, el llamado mecanismo ibérico, se iba a producir el acabose, una crisis brutal y un desabastecimiento de energía. No ha ocurrido nada de eso porque los mercados no funcionan como los modelos que están en la cabeza de muchos economistas y que nos obligamos muchas veces a estudiar en las propias facultades. La realidad es que puedes intervenir en los mercados, que los mercados de facto suelen estar intervenidos. La pregunta es cómo debemos regularlos y sobre qué objetivos. Mi objetivo es que la gente pueda tener acceso a una alimentación saludable en estos momentos y eso es lo que tenemos que conseguir. Por eso hay que poner en marcha todo tipo de medidas.
Si hay quien se aferra a la idea de que el libre mercado, entre comillas, es intocable, pues entonces está en un paradigma distinto que yo creo que la realidad está demostrando que ha fracasado. Ha fracasado en el ámbito de la energía y ha fracasado en el ámbito de la alimentación. Tenemos mucho que hacer y efectivamente, yo creo que la ministra Belarra tiene razón en el contenido de sus quejas y en el contenido de sus planteamientos.
Otra vez las diferencias entre las izquierdas son protagonistas. ¿No se pueden hacer las cosas de otra manera?
"Se llama republicanismo: entender que somos distintos, pero trabajamos en el mismo espacio"
Se pueden hacer de otra manera y se deben hacer de otra manera. Yo siempre he dicho de manera jocosa, desde que estoy en política, que mi película favorita es La vida de Brian, pero nunca lo he dicho con la intención de reproducir en la vida real lo que ocurría en La vida de Brian, sino más bien para no hacerlo. Sin embargo, tendemos al final a reproducir esquemas en los que no nos damos cuenta. Los desnortados perdemos la brújula de lo que nos trajo hasta aquí. Aquí nos trajo la defensa de las familias trabajadoras, proyectos políticos ideológicos que pueden ser diversos, pero que tenemos que encontrar
la fórmula para compartir espacios. Y yo siempre he pensado eso.
Yo soy miembro del PCE, pero hago política en IU, soy coordinador de IU, he trabajado durante muchos años para trabajar con Podemos y hemos construido Unidas Podemos. Ahora existe un proyecto que se llama Sumar. Lo primero que tenemos que darnos cuenta, y yo creo que solo con lo que acabo de relatar sale automáticamente, es que los partidos políticos somos instrumentos, que son útiles para unas cosas y no lo son para otras, y, por lo tanto, tenemos que encontrar siempre el instrumento adecuado, porque lo importante es el fin. Y el fin es el objetivo ideológico de mejorar la sociedad y el proyecto ideológico que se perfila de defensa de las clases trabajadoras. Por eso, mi defensa de la unidad no es una defensa en el vacío, es una defensa de que reconozcamos que hay diferencias, que no somos iguales, pero reconozcamos que los retos son tan grandes que estamos obligados a entendernos por encima incluso de las legítimas discusiones personales o políticas.
La izquierda es muy plural y no pasa nada. Al contrario, eso es muy rico. Nos permite discutir, deliberar entre diferentes y sacar muchos aprendizajes. Pero tenemos que romper con esta idea de la política donde solo existen amigos o enemigos, del concepto de lealtad, del concepto de traición. Todo eso tenemos que combatirlo. Creo que eso en mi tradición política se llama republicanismo: entender que somos distintos, pero trabajamos en el mismo espacio y que se puede y se debe. Respondiendo a la pregunta, ese es el reto que tenemos de cara a las elecciones generales, pero probablemente también para después.
¿Cuáles son, según usted, las discrepancias entre Sumar e IU, por un lado, y Podemos, por otro?
"Sumar no es la suma de partidos, es algo mucho más grande"
En este momento, Sumar es el instrumento político más adecuado para el contexto actual. Es un instrumento que encarna Yolanda Díaz. Yolanda tiene un bagaje, una experiencia, un liderazgo que está siendo un éxito, que está trabajado, que está merecido, que se ve en los actos a los que acude mucha gente. Sumar tiene la potencialidad de movilizar a mucha gente que ha sido desmovilizada en los últimos años. Sumar no es la suma de partidos, es algo mucho más grande. Lo ha construido y se está construyendo, empujado por gente sencilla, gente diferente, profesionales de diferentes ocupaciones que sencillamente ven que los retos que tenemos por delante –retos ecológicos, retos de la amenaza de la extrema derecha, retos económicos como los que hemos comentado– tienen que ser abordados con un instrumento llamado Sumar. Yo creo que ahí está el potencial, y los partidos políticos que preexistían a esta experiencia tenemos mucho que contribuir.
IU tiene un bagaje muy específico, son más de 35 años de historia. Tenemos mucha militancia curtida en mil batallas en todas las partes del país que queremos que contribuya a ese espacio. Podemos tiene su propia contribución, tiene una historia distinta, tiene una militancia también de oro, una presencia en los territorios muy importante y también están Más País, Compromís y los Comunes y de otros partidos que existen. Creo que todos podemos contribuir.
Lo importante es entender que Yolanda, hasta cierto punto, está recogiendo lo mejor de todo lo que ha pasado en la última década. Está poniendo en marcha un proceso que va más allá de los partidos, que ha aprendido de lo que ocurrió en Galicia en 2012, de lo que fueron las demandas del 15M, de las llamadas ciudades del cambio del 2015. Ha aprendido mucho de Podemos, del Podemos original que estalló con tanta fuerza y está tratando de que ese instrumento permita no solo reproducir el Gobierno de coalición, sino tener unos resultados que pueden rivalizar perfectamente con el PSOE y ganarle.
Yolanda puede ser presidenta del Gobierno, las izquierdas no podemos despistarnos de esta oportunidad y, por eso, la clave está en proteger ese espacio político, facilitar que pueda madurar, que pueda crecer y proteger, sobre todo, a quien si ella quiere, va a ser nuestra candidata, la candidata de todos, la candidata de todos los partidos, siempre y cuando los partidos entendamos que efectivamente esto es un proceso que va más allá de nosotros, de nuestro ombligo. Así que es una cuestión de enfoque, más que de discrepancia política o programática.
Y sin embargo, en estas autonómicas y municipales habrá más acuerdos Podemos-IU que nunca...
"Esto va de cómo somos capaces de hacer frente al reto ecológico, la extrema derecha, la restricción de libertades"
Entiendo que la cristalización de lo que acabo de describir es complicada. Me decía un compañero de Podemos: "Es que, claro, Más País es una escisión nuestra". ¿Y qué? Y gran parte de Podemos viene de IU. Y parte de Más País, de Compromís vienen de IU, de comunes... A lo mejor es que hemos tenido diferencias en el pasado, pero la clave está en que esto no va de nuestras relaciones personales, ni siquiera de nuestras relaciones individuales o bilaterales políticas, esto va de cómo somos capaces de hacer frente al reto ecológico, a la amenaza a la extrema derecha, a la restricción de libertades económicas, sociales, civiles. Y para eso hay que juntarse entre gente diferente y que a lo mejor no nos llevamos del todo bien y no te vas a tomar unas cervezas con ellos en el ámbito de tu ocio, pero es que no estamos para eso. Nosotros, que hemos tenido esa lógica, somos los que hemos marcado una línea a nuestras organizaciones en los territorios de hacer todos los pactos que se puedan hacer, y así hemos conseguido un resultado mejor que hace cuatro años y hemos conseguido muchos más acuerdos con Podemos, pero también hemos conseguido más acuerdos con Más País y hemos conseguido acuerdos con otras fuerzas.
Nosotros jugamos un papel que creemos que es el que nos corresponde e invitamos al resto a que tenga la misma actitud. En mi opinión, en eso que a veces hemos llamado de forma un poco rimbombante 'bloque histórico' cabe todo lo que es Irene Montero, Ione Belarra, Yolanda Díaz, Ada Colau, pero también Íñigo Errejón, Joan Baldoví, Mónica García y todo lo que representan sus espacios políticos y, por supuesto, Izquierda Unida. Ya sé que entre ellos a lo mejor hay algunas diferencias, pero, hay que superarlas.
Una de las principales batallas políticas de mayo será la del País Valencià. Ahora mismo podría haber tres listas de izquierdas, la de Compromís, la de Podemos y la de IU ¿Habrá acuerdo entre Podemos e IU?
"Se ve en redes sociales cómo se va imponiendo esta lógica de amigo-enemigo, de lealtad-traidores"
Tengo esperanza y el deseo de que así sea. Primero, porque es como una especie de principio y porque es nuestro objetivo. Hay lugares en los que no se consigue. No lo hemos conseguido en Asturias por diferentes razones, por ejemplo, pero en València creo que se puede conseguir. Además, es que es importante para poder revalidar un gobierno de izquierdas allí y que no vuelva a gobernar el Partido Popular de la Corrupción de la Comunidad Valenciana.
Este es quizás un ejemplo muy claro de cómo los partidos tenemos que ser responsables frente a la labor histórica que nos corresponde. Esto significa ser capaces de dialogar, de encontrarnos, de pactar y de evitar algo que a mí me está dando bastante miedo en este tiempo, que es un clima asfixiante. Incluso se ve en redes sociales cómo se va imponiendo esta lógica de amigo-enemigo, de lealtad-traidores que no sólo me desagrada como principio político, sino que me parece peligroso. Porque si, en estos momentos, entre los que lo que debemos conformar una izquierda amplia y plural, empiezan las acusaciones de traición o de cualquier tipo de lógica de ese tipo, se están creando unas condiciones muy difíciles para el entendimiento posterior y quizás hay quien lo hace queriendo, pero desde luego creo que eso no nos sirve.
No sirve porque, después, aunque se alcanzase un acuerdo en el último minuto, no va a servir, porque lo que necesitas son procesos que movilicen y que permitan a la gente decir que este es un instrumento útil. Por eso decía antes sobre el proceso de Sumar que hay que protegerlo. Y protegerlo significa no meter ruido, significa permitir que la gente de nuestros barrios entienda que Sumar es un proceso que le va a permitir, como ha permitido la propia Yolanda, subir el salario, la reforma laboral o mayores conquistas sociales. Creo que necesitamos que la gente sienta eso. Si empujamos a la gente a la desmotivación, porque lo único que ve es una especie de jaula de grillos, entonces, nuestra capacidad se reduce y eso es lo que tenemos que evitar.
Sumar culminará en los próximos días, previsiblemente, el proceso de escucha de Yolanda Díaz y esta anunciará que se presenta a las generales. ¿Asistirá Alberto Garzón al acto?
"Desde IU tenemos mucho que aportar sabiendo que somos uno más"
Sí, por supuesto que sí. Si el plan es que vayan también los líderes nacionales porque así se considera de Sumar, hay que ir. Como decía, desde IU tenemos mucho que aportar sabiendo cuál es nuestro papel, nuestra fuerza, sabiendo que somos uno más. Esto es lo importante. Y sabiendo que nos vamos a encontrar con gente independiente, con mucha gente que se está politizando ahora, con mucha gente desmotivada que se quiere incorporar otra vez en la política.
Y también con Podemos, con Más País, con Compromís, con muchas más fuerzas políticas. Nosotros estamos ahí y vamos a seguir empujando y, además, tenemos buena relación con todos, es decir, jugamos un papel que puede ayudar. Sabemos que no es suficiente con esta ayuda y, por eso, invitamos a todo el mundo a que recapacite sobre este estado de ánimo que se está poniendo en marcha.
Ahora mismo, no tiene pinta que Podemos acuda a ese acto. ¿Cómo lo valora?
"Podemos es una fuerza política que nos ha enseñado mucho y su militancia ha sufrido mucho"
Podemos es una fuerza política que nos ha enseñado mucho a todos durante todos estos años y que tiene una militancia que, durante todos estos años, ha sufrido mucho, ha sufrido probablemente más que ningún partido político en la democracia el acoso de las fuerzas reaccionarias, de las fuerzas reaccionarias que están dentro de las fuerzas mediáticas, de las fuerzas judiciales y de otros lugares del Estado. Y creo que eso lo han sufrido más que nadie, en persona, tanto Pablo Iglesias como Irene Montero, y ha condicionado, lógicamente la forma en la que ven la política.
Por eso también, Podemos y toda su militancia son una fuerza necesaria para toda esta construcción y Yolanda, con muy buen criterio, lógicamente, quiere ser también la candidata de toda la gente de Podemos. Y, además, es lógico, hemos estado trabajando juntos, no hay apenas diferencias ideológicas... Pero Yolanda sabe que para que el proceso de Sumar pueda movilizar a la suficiente gente en las elecciones tiene que ser un proceso mucho más amplio, tiene que ir más allá de Podemos, tiene que ir más allá de IU, tiene que ir más allá de las fuerzas preexistentes. Y eso lo ha aprendido de Podemos de la experiencia. Por eso es muy importante que exista un entendimiento.
Va a haber una coalición de partidos porque los partidos vamos a formar parte. Tiene que haber primarias, porque además el proceso de Sumar es coherente con las primarias. Y en esas primarias debemos participar todos de manera cooperativa. Ese es el modelo que nosotros hemos ofrecido a todos y me da miedo el clima que se está imponiendo, porque, insisto, lo que tenemos que
hacer es lo contrario: no generar ruido hacia afuera y que podamos tener eventos donde estemos todos, y digo todos. Ya sé que algunos estarán más cómodos con unos y con otros con otros, pero la clave está en que entendamos lo que dije al principio: si lo que queremos es proteger a las familias trabajadoras, nuestras relaciones de amistad o enemistad personales no deben
importar a todo el mundo en el espacio.
Todo el mundo en el espacio quiere primarias. ¿Qué primarias propone IU? ¿Podría explicarlas?
Lo que proponemos es, básicamente, lo que tiene más consenso. Unas primarias donde habría un censo único, lógicamente, pues por una cuestión legal, es la única posibilidad. No se pueden utilizar los censos de las diferentes fuerzas preexistentes, no puedes volcarlos por protección de datos. Entonces, hace falta un censo que permita a la ciudadanía inscribirse, tener un tiempo suficiente para inscribirse y participar.
Y en esas primarias, los partidos tienen la posibilidad de pactar también las listas, como se ha hecho en las mejores experiencias del 2015. También tenemos lógicamente en Izquierda Unida un modelo muy similar. Creo que esto es la propuesta más razonable, pero es Sumar quien tiene que decidir finalmente qué mecanismo pondrá en marcha. Creo que nuestra propuesta es razonable, que
permite que los partidos políticos tengan un papel, que Podemos tenga un papel, que IU tenga un papel... que toda la ciudadanía no adscrita a los partidos políticos pueda participar y sentir que es un instrumento útil para elegir a los que considera mejores candidatos y desechar a quienes considera que no lo son.
Esto es un instrumento republicano, es un instrumento útil y eso es lo que nosotros proponemos. Habrá que esperar, no queda mucho, a que se vaya
clarificando cuál es el modelo final.
A ver, Yolanda Díaz número uno, Irene Montero número dos y se acaban las peleas internas. ¿Lo firmaría?
"Esto no es una cuestión de egos, de números, esto es una cuestión de si quieres que el proceso funcione o no"
No estoy en condiciones de responder a esa pregunta. Eso sería un posible resultado y lo importante es el proceso, que la gente entienda que es un proceso abierto, donde todo el mundo puede participar, que no está pensado para sacarse los ojos entre las fuerzas preexistentes.
Es un proceso pensado para multiplicar y a mí, honestamente, no me importa lo de los números. Yo, como IU, con el llamado 'Pacto de los botellines' -nunca le quisimos llamar así, pero vamos a asumir que se utiliza y se generaliza así- cuando pactamos eso, yo me fui al número cinco. Yo acepté ser el número cinco por Madrid y los cuatro primeros fueron de Podemos, lo acepté. Entendía que nuestra responsabilidad con el país estaba por encima y que todo el mundo entendía que era de sentido común; que si había dos partidos que pactaban, el partido pequeño, como mínimo iría al tercero. Fue un trauma para mucha de mi gente de Izquierda Unida. Fue muy duro que su coordinador tuviera que ir el quinto, detrás de cuatro de Podemos, pero yo entendía que era lo más razonable. Posteriormente, de hecho, incluso me fui a presentar por Málaga.
Esto no es una cuestión de egos, de números, esto es una cuestión de si quieres que el proceso funcione o no, de si quieres tener un instrumento para que la derecha política no gobierne en este país. Si lo que quieres es que la derecha política gobierne este país, porque has asumido las tesis de cuanto peor, mejor o cualquier otra tontería de ese tipo, eso es otra cosa. Pero creo que toda la izquierda en este país tiene que aspirar a tener el mejor resultado posible, y para eso los egos suelen ser un obstáculo. En ese sentido, tenemos que hacer un
proceso cómodo para todo el mundo, fácil para todo el mundo y que el
resultado permita que casi todo el mundo esté bastante contento. Vamos a decirlo así, porque lo importante no es que nos vayamos a casa felices, sino que sirva para transformar la realidad.
¿El nombre de la coalición que se presente a las elecciones será un problema para IU? ¿Les parece mal que aparezca 'Podemos' en la papeleta de las generales?
"Entiendo que hay un elemento de emocionalidad que hay que tener presente y que hay que cuidarlo"
Yo lo dije desde el principio, desde el 2011, como participante en el 15M y un militante de base IU y, justo a finales del 2011, ya entrando en el Parlamento, una frase que molestó a mucha de mi gente: dije que no me importaban las siglas que llevaran a cabo la revolución o la transformación, sino la transformación y la revolución en sí misma. Y mucha de mi gente decía que Izquierda Unida llevaba más de 30 años de historia y el Partido Comunista iba a hacer 100 años y que eso tenía que estar reflejado en las siglas. Las siglas tenían que estar en todas partes, aparecer en todo, en ese chorizo de siglas donde podría haber 12, 13, 14 o 15 siglas. ¿Para qué? ¿De verdad esto era fundamental para cambiar la vida, para mejorar los salarios, para que la gente tenga acceso a la vivienda, para proteger la sanidad pública es necesario esto?
Entiendo que hay un elemento de emocionalidad que hay que tener presente y que hay que cuidarlo. Cómo no lo voy a entender, si represento un partido que tiene más de 35 años de historia, dentro del cual está un PCE con más de 100
años. Ya sé que, efectivamente, la emocionalidad hay que tenerla presente. Entiendo a Podemos cuando dicen "nuestra marca, nuestro logo". Lo entiendo perfectamente y hay que protegerlo y hay que hacer gestos y hay que
ayudar a que todos ellos, que son importantísimos, se sientan cómodos, pero no es lo más importante. Lo más importante es que el proceso salga bien y por lo tanto todas estas discusiones sobre las siglas y los nombres son secundarias.
Lo que tenemos que transformar es un instrumento, eso sí, donde todos estemos cómodos. Pero nosotros hemos predicado con el ejemplo, hemos estado una coalición llamada Unidas Podemos, donde no aparece el nombre 'Izquierda Unida'. De hecho, el grupo parlamentario se llamaba 'Unidas
Podemos-Galicia en común-En Comú Podem¡ y no salía Izquierda Unida y eran fuerzas nuevas. Eso a nuestra gente le dolió, pero nosotros entendíamos que lo importante es que podamos conseguir avances sociales.
Hay que cuidar la emocionalidad, pero sabiendo que la emocionalidad no puede ser nunca obstáculo para que el proceso salga bien y aprender de la historia para no tener que repetirla, como está pasando ahora.
Esta semana la izquierda no ha conseguido negociar una reforma de la 'ley mordaza' de Mariano Rajoy. ¿Es un fracaso del Gobierno? ¿De quién?
"En la historia de la política, el victimismo cohesiona, pero no sirve para transformar la realidad"
Es un fracaso, sin duda, sin paliativos. Estamos hablando de una ley represiva aprobada en el Gobierno de Mariano Rajoy con un solo objetivo claro, evitar que la gente se manifieste, reducir los incentivos para que la gente se movilice con esa ley. Mi hermano, por ejemplo, fue a una manifestación y yendo por la acera, le paró un policía, le identificó, le dijo que no pasaba nada y le llegó una multa de 500 euros. Fue un proceso que afectó a más de 100 personas ese día. Ese es el tipo de mensaje que manda la 'ley mordaza'.
Eso se podría haber derogado. ¿Por qué no se ha hecho? Yo creo que tiene razón Enrique Santiago, que ha sido el portavoz nuestro en la comisión, cuando dice
que hay quien prefiere que cuanto peor, mejor. Eso tendrá sus lógicas, sus argumentos, pero yo no lo comparto. No comparto que cuanto peor, mejor. Yo comparto que cuanto mejor, mejor. Y si puedes facilitar que la gente se manifieste, mejor. Si puedes aumentar los derechos laborales, mejor. Si puedes aumentar todos los derechos civiles, mejor. Y, por lo tanto, ese juego de maximalismo es bueno para la narrativa. Para la retórica puede estar bien, para la política de nicho, para ver quién es más rojo, para ver quién es más izquierdista puede estar bien, pero no funciona para transformar la realidad. Y la realidad, desgraciadamente, nos lo va a demostrar
En esa votación. se podrían haber derogado muchos aspectos lesivos de la 'ley mordaza' y finalmente nos ha conducido a seguir teniendo la misma ley de Mariano Rajoy cinco años después, lo que significa que es un fracaso de la izquierda y en particular, en mi opinión, de una izquierda que entiende que cuanto peor, mejor. Y creo que en la historia de la política, el victimismo cohesiona, pero no sirve para transformar la realidad.
¿Qué espera de la recta final de la legislatura, que queda por hacer desde el Ministerio de Consumo?
"Hemos conseguido que se entienda que la persona consumidora tiene capacidad de transformar el día a día"
Tenemos un ministerio que siempre ha sido, en términos presupuestarios, humilde pero que hemos encontrado vías de intervención social muy importantes desde el punto de vista, por ejemplo, de ampliar el enfoque del consumo. Tradicionalmente, se vinculaba una relación técnica o comercial, yo compro este producto y, si luego no estoy a gusto o hay algún tipo de proceso incorrecto en el camino, tengo una hoja de quejas o de reclamaciones. Yo creo que hemos hecho bien al ampliar ese foco y entender el consumo como una relación social y que cuando vas a un supermercado o a cualquier tienda, el producto no está ahí porque ha caído del cielo, sino que detrás de ese producto hay un proceso que involucra relaciones laborales, costes ecológicos...
Hemos conseguido que se visibilice todo esto, con la famosa polémica del chuletón, la reducción del consumo de carne, de las macrogranjas, que se entienda que la persona consumidora tiene también mucha capacidad de intervención para transformar el día a día. Y eso también se ha traducido en muchas normas, en muchas regulaciones. Nos queda en el tintero, por ejemplo, el real decreto de regulación de la publicidad de alimentos dirigida al público infantil. Nos queda en el tintero también la ley de los boxes, relacionada con lo que es una especie de apuestas dentro de las cajas de los videojuegos, queda la Ley de Servicio de Atención al Cliente, que está ya en el Parlamento, a punto de
de terminar, que va a ayudar a que la gente no tenga que enfrentar las doce pruebas de Asterix cada que va a reclamar algo a una gran empresa, nos quedan
algunos reales decretos importantes como el de comedores escolares, para promover una alimentación más sostenible y sana para los niños y para las niñas, y nos quedan otra serie de normas de carácter menor que son las que iremos aprobando en los últimos meses.
Yo creo que el resultado es bueno, podría haber sido mejor si tuviéramos menos obstáculos, lo cual nos lleva a la conclusión de que en la siguiente legislatura ojalá tengamos más diputados y más fuerza para tener más capacidad de intervención, pero creo que, al menos yo, estoy satisfecho con el trabajo realizado en un ministerio que lógicamente es humilde, pero que tenido una gran capacidad de intervención social.
Es la primera vez que ha habido un Ministerio de Consumo, ¿cree que se va a volver a repetir con un Gobierno de izquierdas o de derechas?
No lo sé, pero debería, porque el consumo es la otra parte de la producción. El consumo no es solo la hoja de reclamaciones, el consumo es una relación social, como decía antes, y el consumo nos afecta a todos, pero a todos, incluido el planeta, a como afecta la vida el hecho de que consumamos una manzana de proximidad en vez de una manzana de muy lejos, o el hecho de que consumamos una manzana en vez de un producto ultraprocesado, o que reduzcamos el consumo determinados productos como puede ser la carne, todo eso tiene implicaciones sobre nuestra salud, sobre el planeta, y cada vez más gente es consciente de ello. Por lo tanto, el consumo cada vez juega más un papel importantísimo en los retos que tenemos por delante. Así que debería, no sé lo que va a pasar, pero debería.
La legislatura está en la recta final. ¿Se presentará una legislatura más? ¿Cuál es el futuro político de Alberto Garzón tras una década aproximadamente en primera línea?
"Primero van los procesos y luego van las personas"
Más de una década, son ya 11 o 12 años en primera línea. La clave aquí está en lo mismo que decía antes, no es una cuestión de personas. Las personas importamos, tenemos nuestras propias singularidades y aportamos adicionalmente. En algunos casos restamos, pero lo importante son los procesos y creo que ahora es el momento de hablar de los procesos.
Está claro que tenemos que conseguir que Yolanda sea nuestra candidata, vamos a empezar por ahí y que el proceso salga bien y, a partir de ese momento, irán viniendo los demás en la línea de la coherencia con lo que había descrito antes. Hay que estar donde la gente crea que somos que somos útiles. Primero van los procesos y luego van las personas, en mi cultura, al menos.
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