Opinión
La Federación ya tiene la final que quería
Por Jorge Yusta
Portadista y redactor de última hora.
Llevaba años, concretamente 21, esperando la Federación poder ver una final de Copa entre Barcelona y Real Madrid. Pues aquí la tiene. El fútbol español podrá ver enfrentarse a sus dos mejores equipos por conquistar el torneo del KO. Ese que tanto ha despreciado durante años su propio organizador. Hace unas temporadas parecía condenado a morir en el ostracismo tanto por la incompetencia de las autoridades como por la desidia con la que lo afrontaban los grandes clubes.
Los cambios continuos de formato de la competición, los horarios intempestivos de los partidos y un calendario supeditado al poder de las televisiones provocaron que los técnicos consideraran la Copa un torneo menor. Solo un regalo, no una obligación. Hubo un tiempo que hasta los equipos modestos, cuando se jugaban las eliminatorias a un solo partido en casa del de menor categoría, daban sorpresas y alcanzaban finales.
Eso se acabó. Primero porque la Federación decidió dar ventaja a los grandes recuperando el injusto formato de eliminatorias a ida y vuelta. Y segundo por la llegada de Guardiola al Barça. El de Sampedor volvió a tomarse la Copa en serio, trató a todos los equipos por igual y se olvidó de las malditas rotaciones. Desde entonces las finales han sido Barcelona-Athletic, Sevilla-Atlético y Barcelona-Real Madrid.
Y si a todo esto le añadimos la diferencia que existe en la actualidad entre Barcelona, Real Madrid y el resto de equipos nos topamos con esta final. El Almería poco ha podido hacer ante el mejor equipo del mundo y el Sevilla ha estado más pendiente de quejarse de los fallos arbitrales que de elaborar un fútbol capaz de desarmar al Madrid. El Barça sigue a lo suyo, a jugar como los ángeles y a ganar, ganar y ganar. Los de Mourinho ya tienen un clavo al que agarrarse, por lo menos hasta el 20 de abril. El portugués ya está aprovechando la ocasión para recordar a sus predecesores eliminaciones pasadas.
Caprichos del calendario la finalísima se disputará el miércoles santo, solo cuatro días después del clásico liguero en el Bernabéu. Y eso sin contar que Madrid y Barça podrían encontrarse también en abril en la Champions. Este año, que resulta que no hay ni Mundial ni Eurocopa, la RFEF eclipsa el acontecimiento situándolo en un mes bastante cargado. Sería recomendable que se plantearan, al menos, si esa fecha es la más conveniente.
El otro interrogante es el escenario. Parece que Mestalla parte con ventaja, tanto por su situación geográfica como por su capacidad. Pero seguro que el asunto se atasca, como siempre. ¿No sería mejor optar por una sede fija como en Inglaterra? A bote pronto se me ocurren La Cartuja o La Peineta. Pero bueno, ese debate lo dejaremos para otro día.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.