Opinión
Las consecuencias de las equivocaciones: el cambio climático
Por Nacho García Alonso
-Actualizado a
Nacho García Alonso
En este momento en nuestra historia no es tan importante saber quién tiene razón en el asunto de creerse o no creerse el cambio climático sino quién se está equivocando. En general, la gente (y los políticos en concreto) actúa en función de sus creencias y no se para a pensar demasiado en las consecuencias de sus actos. El problema surge cuando las creencias son erróneas y las consecuencias de sus actos pueden llegar a ser irreversibles.
El ejemplo más utilizado en la discusión de la teoría de errores y sobre las consecuencias de las equivocaciones es la condena de un inocente o, el error contrario, la liberación de un culpable. Ambos errores tienen consecuencias graves pero el primer error tiene consecuencias más graves que el segundo. Del mismo modo, la detección de una droga prohibida en la orina de un atleta que no había tomado drogas es mucho más grave que la no detección de esta droga en la orina de otro atleta que si la había tomado. Está claro que equivocarse en un sentido tiene consecuencias más graves que equivocarse en el sentido contrario. Por tanto, hemos de minimizar la probabilidad de cometer el error cuyas consecuencias son más graves y, en muchos casos, irreversibles.
Si aplicamos la teoría de errores al cambio climático podemos definir dos escenarios de error:
1. Los que NO se creen un cambio climático que SÍ estaría ocurriendo.
2. Los que SÍ se creen un cambio climático que, en realidad, NO está ocurriendo.
Asumiendo que en ambos escenarios habrá grupos de personas actuando según sus creencias podemos especular sobre las consecuencias de sus actos. Los negacionistas del cambio climático no quieren hacer ningún cambio en la forma en como generamos nuestra energía. Por tanto seguiremos quemando combustibles fósiles y la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera seguirá aumentando. Lo más importante para ellos es mantener el crecimiento económico y eso requiere una energía barata como la proporcionada por los combustibles fósiles y la energía nuclear. Cuando las energías renovables sean más baratas que las convencionales se aceptarán dentro del mix energético pero solo en el caso de la generación centralizada.
Los creyentes en el cambio climático pretenden revolucionar la forma en la que generamos nuestra energía eliminando los combustibles fósiles tanto de la generación de electricidad como en el transporte. El objetivo es la generación 100% renovable y descentralizada. Parece claro que actuar en este sentido aumentará el coste de la generación energética disminuyendo de alguna manera el crecimiento económico, al menos, a corto plazo. La energía nuclear no tiene hueco en el mix energético de este colectivo (por un estudio de errores similar al que estamos discutiendo aquí). Por otro lado, mejorará nuestra independencia energética y tecnológica en un campo en el que éramos pioneros (energía eólica y solar de concentración) y probablemente lleguemos a ser exportadores de esta tecnología.
Pero ¿qué pasa si se equivocan?
Si los negacionistas del cambio climático se equivocan entonces es posible que el aumento de la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera provoque un aumento irreversible de la temperatura del planeta con lo que subirá el nivel del mar por el deshielo de los polos y grandes zonas costeras se inundarán. Habrá movimientos de población masivos y probablemente una recesión económica grave. Obviamente, habrá otras consecuencias climáticas globales difíciles de predecir en estos momentos pero el futuro no parece del todo halagüeño.
Si, por el contrario, son los creyentes en el cambio climático los que se equivocan lo más grave que podría pasar es una breve crisis energética y una reducción del crecimiento económico a corto plazo. A largo plazo nos encontraremos con una revolución tecnológica en el cual la energía será 100% renovable y nuestro país tendrá independencia energética y tecnológica. El coste de esta equivocación sería únicamente económico y a corto plazo. Es difícil predecir el coste económico a largo plazo pero es de esperar que el coste de los paneles solares fotovoltaicos caiga drásticamente cuando se fabriquen en grandes cantidades por lo que el precio de la energía se reducirá en un futuro renovable.
En conclusión, parece que las consecuencias de las equivocaciones con el tema del cambio climático no son las mismas en uno u otro sentido. Por tanto, aunque no nos lo creamos del todo debemos actuar ya contra el cambio climático. Nuestros hijos y nietos nos lo agradecerán. ¿Tan mala es la independencia energética y tecnológica en España? Seguro que el coste para la sociedad española es asumible si se explica en estos términos.
Nacho García Alonso es Catedrático de Química Analítica en la Universidad de Oviedo
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