Opinión
BlackRock y los señores de la guerra: ¿quién se lucra con el gasto militar?


Por Marga Ferré
Presidenta de Transform Europe
-Actualizado a
Ante el grito "necesitamos más dinero para comprar armas" que vociferan las élites europeas, cabe la pregunta de a quién beneficia semejante cifra: 800.000 millones de euros que pretenden sacar de los bolsillos de los ciudadanos europeos.
Argumento que a) no hacen falta más armas, y b) ese dinero va a ir a parar, en buena medida, a empresas y fondos de inversión estadounidenses muy cercanos a Donald Trump, cuando se supone que es para reforzar la autonomía europea. Créanme que es sencillo de demostrar, ya que la concentración de capital en la industria militar en Occidente es tan alta que hace fácil estudiarla; es lo único bueno que tiene que el sector esté en tan pocas manos.
Europa no necesita más armas, ya es la segunda potencia militar del planeta, con un gasto anual de 360.000 millones de euros (sin Ucrania). En el mundo, solo Estados Unidos tiene un presupuesto mayor. El gasto militar se sitúa en su nivel más alto desde la caída de la Unión Soviética tras años consecutivos de aumento, que no han servido, como resulta patente, para hacer del mundo ni de Europa un lugar más seguro.
En 2023, el 63% de todos los pedidos de defensa de la Unión Europea se hicieron a empresas estadounidenses (datos de la propia UE). Si la mayoría del dinero europeo va a empresas armamentísticas estadounidenses, me parece pertinente preguntarnos quiénes son sus dueños, o, dicho de otra manera, quién se beneficia del estratosférico aumento de gasto militar que proponen bajo la excusa de una amenaza inminente tan aterradora que nos exige dejar de gastar en hospitales y escuelas para comprar armas.
Las cinco mayores empresas de armamento de EEUU son Lockheed Martin, Raytheon Technologies, Northrop Grumman, Boeing y General Dynamics. Todas ellas se han revalorizado en bolsa un 416% en los últimos 10 años y se han beneficiado descaradamente de la guerra en Ucrania; solo Lockheed Martin distribuyó 6.800 millones de dólares en efectivo a sus accionistas en 2024. Todas ellas son propiedad de fondos de inversión estadounidenses: otro sector tan concentrado que encontramos los mismos fondos en las grandes empresas militares de EEUU y Europa: BlackRock, Vanguard, Fidelity, Street State o Capital Group. Les pongo un ejemplo, pero es una pauta: Lockheed Martin, uno de los mayores conglomerados militares del planeta, pertenece en casi un 70% a State Street, Vanguard y BlackRock.
¿Empresas militares europeas?
No son europeas, el capitalismo no funciona así. Ni siquiera las que tienen participación pública, como Indra o Leonardo, son europeas. Lo resume este gráfico realizado por Investigate Europe en el que vemos cómo los mismos fondos de inversión estadounidenses tienen enormes participaciones en empresas militares de EEUU y de Europa indistintamente:
En medio del gráfico ven ustedes los fondos de inversión estadounidenses y el flujo de inversiones que estos hacen en empresas norteamericanas y europeas del sector militar.
Leo, atónita, cómo la élite belicista argumenta que los fondos de inversión estadounidenses no toman decisiones en las empresas en las que participan. A quien sea lo suficientemente ingenuo para creérselo les recuerdo que el 5 de marzo una llamada de teléfono de Larry Fink (CEO de BlackRock) a Donald Trump hizo que le cediera la compra de los puertos del Canal de Panamá. Por supuesto que toman decisiones políticas y me temo que también en España.
Poca gente sabe que en nuestro país el 80% del sector de defensa está en manos de cinco empresas, así que es fácil ver quiénes son sus dueños, quiénes se benefician de la exigencia irracional del aumento de gasto militar. Son estas:
1. Airbus. un conglomerado internacional en el que el 40% de su accionariado son fondos de inversión.
2. Navantia, única empresa pública.
3. Indra, en la que el Estado posee el 30%, pero en la que otro 30% lo poseen tres personas: Ángel Escribano, presidente de Indra (14,3% de acciones), Jokin Aperribay, presidente de la Real Sociedad (7,9%) y Joseph Oughourlian, presidente del Grupo Prisa (7.2%). Saquen ustedes sus propias conclusiones.
4. GDELS-SBS, la antigua Santa Bárbara, hoy propiedad de General Dymamics, multinacional estadunidense muy participada por fondos de inversión.
5. EXPAL, propiedad de Rheinmetall, antigua empresa alemana que hoy pertenece, a ver si lo adivinan, a: BlackRock, Bank of America, Goldman Sachs, Société Générale, Capital Group y Fidelity.
El complejo militar estadounidense en el que han invertido los grandes fondos de inversión son los dueños de buena parte del sector militar en Occidente y es donde van a ir, si no lo paramos, una parte sustantiva de esos 800.000 millones de euros que la élite europea exige de una forma absolutamente irracional e irresponsable, porque de lo que estamos hablando es de armas, de guerras, de industria para matar gente.
Me resulta tan obvio que lo que pretenden es imponer la austeridad por la vía militar que me revuelvo, como tanta gente en Europa y les pido que nos opongamos seriamente a una carrera armamentística que nos lleva a una economía de guerra que solo beneficia a la élite que la promueve. Si quieren ganar dinero con más guerras, más armas y más muertos, que no sea en nuestro nombre, ni con nuestro dinero.
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