Dominique Pélicot, que durante años drogó repetidamente a su esposa para violarla, tanto solo como junto a otros hombres a los que invitaba, ha relatado este martes ante el Tribunal Penal de Vaucluse (Francia) sus prácticas como agresor, incluso en momentos en que sus nietos estaban en casa.

En su declaración, Pélicot ha recordado un día en particular cuando su esposa, Gisèle Pélicot, permaneció inconsciente hasta las 18.00 horas  debido a que la había drogado con ansiolíticos, mientras sus nietos estaban presentes. Ha admitido que la agredió en esa ocasión y ha añadido que si no llevaba a cabo estas barbaridades con mayor frecuencia se debía a los inconvenientes logísticos que implicaban.

Desde 2011, Pélicot drogaba a su esposa y la violaba dos o tres veces por semana. A partir de 2013, comenzó a invitar a otros hombres a participar en las agresiones. De hecho, en el juicio se procesan 50 hombres, 49 por haber agredido sexualmente a Gisèle y uno por copiar los métodos de Dominique para violar a su propia esposa.

Los registros encontrados por la Policía en 2020 muestran un aumento en el número de violaciones grabadas a medida que pasaban los años. Pélicot ha negado haber manipulado a los hombres que invitaba, argumentando que ellos conocían perfectamente su modus operandi y que sabían que su esposa no era consciente de estas agresiones

"Soy un violador, como todos los acusados en esta sala, que al venir conocían su estado", ha remarcado el procesado este martes. El agresor ha subrayado que todos los hombres lo hacían voluntariamente. También ha asegurado que no recibió dinero ni forzó a nadie a pagar por estos abusos.

Pélicot ha enfatizado que su esposa no fue cómplice en ningún momento, y que siempre actuó sin su consentimiento, lo que contrasta con las declaraciones de algunos coacusados que afirman haber creído que ambos esposos estaban de acuerdo en estas prácticas.

La "plena confianza" de la víctima

Dado el carácter masivo y repetitivo de las violaciones a Gisèle Pélicot durante casi diez años, uno de los aspectos que se ha puesto en el punto de mira es cómo ella no se dio cuenta. Una respuesta es que su marido pedía a los otros hombres que se desnudaran en otra habitación y limpiaba a su esposa después de las agresiones para que no sospechara nada.

Gisèle, por su parte, se había dado cuenta de que le pasaba algo raro, pero pensaba que padecía una forma de alzhéimer en fase inicial. También tenía problemas ginecológicos: abundante sangrado regular en la vagina e inflamación repetida en el cuello del útero.

En una reacción a las declaraciones de su exmarido y agresor, la superviviente ha afirmado este martes que en los 50 años que vivieron juntos no pudo imaginarse que la violara y que no dudó de él "ni un solo segundo". Además, ha añadido que "amé a este hombre, pese a algunas fases" y que tenía tal confianza en él que le habrían podido "cortar las dos manos" por creer lo que le decía.

Pélicot niega haber violado a su  hija

En el juicio, Pélicot ha intentado convencer a su hija Caroline de que no había abusado de ella como lo hizo con su madre, pese a unas fotos de ella desnuda y aparentemente dormida que el procesado guardaba. "Mientes", le ha confrontado Caroline, que ha salido de la sala entre náuseas.

Dominique Pélicot ha dado diferentes explicaciones sobre esas fotos que han contribuido a sembrar dudas. Por una parte ha afirmado que no las había tomado él, pero en otro momento ha indicado que las hizo para presentar la comparación entre la madre y la hija a un hombre que estaba tentado de hacer 200 kilómetros para violar a Gisèle.