La Asociación Periodistas por la Igualdad reivindica a Juana Rivas como símbolo de valentía y resistencia
La organización denuncia la narrativa machista difundida durante años por algunos medios, que desacreditaron a Rivas mientras enfrentaba violencia institucional y judicial.
Madrid--Actualizado a
La reciente imputación por parte de la Justicia italiana a Francesco Arcuri por "violencia física, psicológica y vejaciones hacia sus hijos" ha reabierto el caso de Juana Rivas, su exesposa, quien durante años fue víctima de una persecución mediática. La Asociación de Periodistas por la Igualdad (API) ha reivindicado su figura como un ejemplo de valentía y resistencia frente a las múltiples formas de violencia que sufrió: machista, institucional, judicial y mediática.
Rivas, quien llegó a pasar por prisión tras intentar proteger a sus hijos de un padre maltratador, se enfrentó durante años a un sistema que, según API, falló en garantizar su seguridad y la de su familia. "Finalmente, el tiempo le ha dado la razón", afirman desde la asociación, recordando su apoyo a Rivas desde 2018.
El papel de los medios en la desinformación
Durante años, algunos medios de comunicación contribuyeron a desacreditar a la mujer, difundiendo bulos y narrativas que la presentaban como una "secuestradora" o "despechada". Estos enfoques, denuncian desde API, minimizaron los antecedentes de violencia de su exmarido y distorsionaron su lucha, proyectando una imagen que polarizó a la opinión pública. En programas y tertulias, se entrevistó incluso a clientes del negocio que Rivas compartía con Arcuri para reforzar la idea de una "relación normal".
La asociación critica que, tras la imputación de Arcuri, estos mismos medios se limiten ahora a reproducir despachos de agencias sin reconocer su responsabilidad en el daño causado a Rivas. "Transformaron a una víctima en verdugo durante cinco años", denuncian, destacando la necesidad de justicia y reparación para Rivas y sus hijos.
El debate sobre la 'ideología de género'
El caso de Juana Rivas se convirtió en un campo de batalla ideológico, donde sectores conservadores cuestionaron las políticas de género y la legitimidad de su lucha. La API destaca que "opiniones como la de Arcadi Espada en El Mundo llegaron a sentenciar públicamente a una Juana Rivas indefensa y vulnerable, condenándola no solo al alejamiento de sus hijos, sino también al escarnio público".
La asociación subraya que estos discursos perpetúan estigmas que no solo afectan a las víctimas directas, sino también a toda la sociedad, al normalizar actitudes machistas y deslegitimar la violencia de género.
Reconocimiento a un periodismo responsable
En contraposición, la asociación ha reconocido la labor de periodistas que abordaron el caso de forma rigurosa y ética. Nombres como Marisa Kohan, Patricia Reguero, Andrea Momoitio y otros han ofrecido una cobertura veraz, contextualizada y respetuosa, resaltando la importancia de un tratamiento mediático que ponga en el centro a las víctimas.
También recibe especial mención el trabajo de periodistas de Granada, quienes alertaron sobre la realidad que Rivas enfrentaba desde el inicio del caso. Su compromiso, aseguran desde API, fue clave para que esta historia trascendiera.
"La lucha por un periodismo digno y transformador sigue siendo esencial", remarcan desde la asociación. "Hacemos un llamado a la reflexión sobre el papel de los medios en la perpetuación o erradicación de las violencias machistas", añaden.
"Esta no es solo una cuestión de justicia para las víctimas, sino una responsabilidad ética hacia toda la sociedad", concluyen, subrayando la necesidad de un periodismo digno y transformador que respalde los valores de igualdad y derechos humanos.
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