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Yehuda Shaul, exsoldado y activista israelí: "Netanyahu quiere alargar la guerra con la esperanza de que Trump gane en EEUU"

Yehuda Shaul,
Yehuda Shaul, exoldado y activista israelí. Público / Público

En 2004, un grupo de soldados israelíes que combatieron durante la Segunda Intifada sacaron a la luz cientos de testimonios anónimos de militares que denunciaban los abusos que el ejército sionista cometía contra la población palestina. Uno de estos exsoldados era Yehuda Shaul (Jerusalem, 1982), cofundador de la ONG Breaking the Silence, nacida de aquella exposición. Shaul se desvinculó de esta organización en 2020 y actualmente dirige Ofek, un think tank que aborda posibles soluciones al conflicto entre Israel y Palestina.

Público habla con Shaul cuando se cumplen nueve meses del atentado perpetrado por Hamás contra la población israelí y que acabó con la vida de cerca de 1.200 personas, la mayoría de ellos civiles, y el secuestro de otras 250. Tras aquel evento, el Gobierno de Benjamín Netanyahu (Likud) inició una mortífera campaña militar contra la Franja de Gaza. A inicios de julio, ya han sido asesinados más de 37.000 palestinos, la mayoría menores de edad, a los que se les suman los más de 500 muertos en Cisjordania y Jerusalén Este. El pasado 8 de julio, la revista Lancet elevó estas cifras totales a los 186.000 asesinados.

Shaul retrata una sociedad israelí profundamente traumatizada y polarizada que, sumergida en una la escalada de violencia, busca infructuosamente encontrar responsables de los atentados en el poder legislativo y castrense, mientras discute cuáles deben ser sus siguientes pasos. Un debate que, en cualquier caso, deja fuera del ojo público los abusos cometidos contra la población palestina, y por los cuales la Corte Penal Internacional y la Corte Internacional de Justicia investiga al Estado sionista y a sus dirigentes por genocidio.

Nueve meses después del 7 de octubre, ¿en qué punto se encuentra la sociedad israelí respecto a la masacre?

Tras los horribles ataques de Hamás, Israel estaba en shock. Se impuso la sed de venganza y había muy pocas voces disidentes. Hoy no estamos ahí debido a tres cuestiones claves. La más importante es que la población israelí se ha dado cuenta de que los rehenes no volverán debido a una intervención militar, sino mediante una negociación. Por eso necesitamos llegar a un acuerdo inmediatamente. Lo segundo es que a día de hoy esta es, sobre todo, una guerra de Benjamín Netanyahu por permanecer en el poder. Esto encaja con la polarización que existía previamente al 7 de octubre, donde hubo una movilización masiva en las calles de Israel contra la reforma judicial que Netanyahu estaba promoviendo. Y la tercera cuestión es la evidencia de que los objetivos militares no se están cumpliendo y la frustración que ello genera.

"Ni los rehenes han vuelto ni Hamás ha sido eliminado"

Ni los rehenes han vuelto ni Hamás está siendo eliminado. Por ello, hay una creciente comprensión entre la población israelí de que la forma de lograr estos objetivos es yendo más allá de la operación militar, a través de la diplomacia. Una parte de ese cambio incluye también críticas a lo que está pasando en Gaza y lo que se está haciendo a los palestinos, aunque no es el centro de las protestas en Israel.

¿Existen también voces críticas dentro del eEjército?

Hace unas semanas, docenas de reservistas que se habían presentaron para servir después del 7 de octubre, publicaron una carta oponiéndose a la operación en Rafah. Criticaban que el Gobierno priorizara la operación en Rafah sobre el regreso de los rehenes y se negaron a participar en esa intervención. Creo que eso es un indicador de que cierto disenso está creciendo, aunque está lejos de ser la corriente principal.

¿Qué ocurre si un soldado israelí rechaza una orden o deserta?

Es muy raro que soldados a sueldo del FDI [Fuerzas de Defensa de Israel] se nieguen a cumplir una orden. Puedo contar menos de cinco ejemplos en los últimos 20 años. Entre la gente de izquierdas hay casos de reservistas que ya hicieron su servicio militar y ahora rechazan acudir al frente. Para ellos, el castigo suele oscilar entre nada y un mes de prisión. Entre la izquierda más radical también los hay que rechazan hacer el servicio obligatorio. En este caso la respuesta puede ser más seria. Los adolescentes conscriptos pueden pasar varios meses de prisión hasta que se rindan. Pero nada de esto es mayoritario en la sociedad israelí.

¿Cómo ha afectado el 7 de octubre y la posterior intervención militar a la percepción que tienen los israelíes sobre su Ejército?

"La mayoría de la sociedad israelí no ve desproporcionada la intervención militar"

Tristemente, desde mi punto de vista, la mayoría de la sociedad israelí no ve desproporcionado el uso de las FDI. Pero en mi opinión hemos cruzado casi todas las líneas rojas. Lo que estamos haciendo en Gaza es inaceptable. Pero esta sigue siendo una posición minoritaria en la sociedad israelí, aunque no marginal. Actualmente, la sociedad israelí está muy polarizada, y el debate principal gira en torno a cómo debía ser la respuesta al 7 de octubre y a quién culpabilizar.

El centro y el centro izquierda culpan a Netanyahu de no haber conseguido los objetivos inicialmente fijados con la intervención militar. Señalan que esto se debe a que el primer ministro se niega a hablar de diplomacia, del "el día después", o a presentar una alternativa a Hamás para que gobierne Gaza. Todo esto también ha hecho que hayamos perdido parte del inmenso apoyo internacional que recibimos después de los atentados.

"Las derechas creen que los militares no han sido lo suficientemente agresivos"

Por su parte, la derecha y extrema derecha israelí culpan a los militares de no usar suficientemente la fuerza, de no ser lo suficientemente agresivos. Realmente creen que no hemos alcanzado los objetivos porque tenemos que ser más despiadados. Este es el lugar donde estamos, lo único que comparte la mayoría de la población es la frustración por no haber alcanzado los objetivos militares que se propusieron inicialmente.

Pero no se está poniendo en duda el impacto de la intervención militar en la sociedad palestina…

Una de las cosas más preocupantes es que, como militares y sociedad, hemos ido muy lejos sin siquiera prestarle atención. Lo impensable se ha vuelto pensable, y lo inmoral, aceptable. Hace más de 20 años [en 2002], las FDI bombardearon un edificio para asesinar a Salah Shehade, entonces líder del ala militar de Hamás. Junto a él murieron 15 personas, entre ellas mujeres y niños. El ataque despertó una gran indignación en Israel, hubo varias protestas y se pidieron responsabilidades. Finalmente, un comité de investigación argumentó que hubo un error de Inteligencia y que, de haber sabido que morirían tantos inocentes, no hubiesen llevado a cabo el ataque.

"El deterioro moral que hemos atravesado es alucinante y vergonzoso"

Aquel era un ataque contra la cabeza de Hamás. Los ataques actuales están dirigidos contra comandantes de nivel medio. Ahora las víctimas inocentes para acabar con uno de ellos tienen tres dígitos. Desde 2002, el deterioro moral que hemos atravesado es alucinante y vergonzoso. Aún así, hoy muchos israelíes piensan que esto no es lo suficientemente malo. Nos encontramos en este punto no sólo debido al horror vivido el 7 de octubre, sino a la acumulación de un proceso de deshumanización de los palestinos, de corrupción moral, de 57 años de ocupación, que se aceleró con la masacre.

En 'El libro negro de la ocupación' (El viejo topo, 2015) que publicó Breaking the Silence cuando usted todavía formaba parte de la organización, argumentan que el derecho a la propia defensa de Israel se ha convertido, de facto, en una estrategia ofensiva. ¿Qué resultados ha dado esta estrategia?

Lo que tratamos de decir con ese libro, que se publicó hace una década, es que para mucha gente la ocupación israelí es un evento histórico que ocurrió en 1967: hubo una guerra e Israel ocupó un territorio. Pero esto es un gran malentendido. La ocupación israelí es una campaña ofensiva contra la independencia de los palestinos que comenzó en junio de 1967 y que no se ha detenido desde entonces. A cada segundo que pasa, los territorios están siendo reocupados. Y no me refiero sólo a la ocupación física mediante asentamientos o a las tierras que se les arrebata a los palestinos y son declaradas "estatales". Sino también a cada checkpoint aleatorio, a cada patrulla que merodea y que lleva a cabo restricciones arbitrarias para dificultar la vida de los palestinos, algo que militarmente se conoce como "destruir la rutina diaria". Eso también es ocupar el territorio. También lo es cada allanamiento aleatorio de un hogar palestino en mitad de la noche, con el que las FDI buscan "hacer sentir nuestra presencia", es decir, que cada palestino tenga el sentimiento de que estamos en su nuca, y de que nunca va a saber cuándo vamos a llegar, qué vamos a hacer, cuándo va a empezar, cuándo a acabar… Todo esto es una campaña ofensiva para prevenir la independencia palestina.

"La ocupación israelí es una campaña ofensiva contra los palestinos que comenzó en 1967 y no ha parado desde entonces"

Esta es la manera en la que controlamos Cisjordania, mientras que en Gaza tenemos el bloqueo y, cada tantos años, una operación masiva como la de 2014. Pero el 7 de octubre cambió esta guerra debido a la masacre de Hamás. Personalmente, creo que el comienzo de esta guerra estaba completamente justificada. Sí, Israel tiene el derecho y la obligación de defenderse, pero siempre dentro de los límites del derecho internacional, cosa que no está haciendo. Se está llevando a cabo de manera completamente inmoral.

Ante este panorama, ¿cómo se percibe la posibilidad de la apertura de un nuevo frente en el Líbano?

Ni siquiera sé cómo empezar a pensar en ello. Creo que deberíamos aspirar a resolver esto a través de la diplomacia, porque una guerra con el Líbano será catastrófica para todos y dudo que [si comienza], pueda contenerse. Puede ser el camino para una guerra regional. Por otro lado, me pregunto cómo, después del 7 de octubre, el Gobierno va a llevar de vuelta a sus hogares a los israelíes que viven en la frontera y que están ahora desplazados. Es una cuestión en la que intento no hacer especulaciones.

Lo que sí me parece obvio es que el camino para resolver los problemas con el Líbano pasan por un alto al fuego en Gaza. Esto es lo más importante para nosotros en estos días, conseguir un alto al fuego que traiga de vuelta a los rehenes, que inunde la Franja de Gaza con ayuda humanitaria y que se comience a hablar de reconstrucción.

"Resolver los problemas con el Líbano pasa por un alto al fuego en Gaza"

Una cosa que nos enseñó el 7 de octubre es que cualquiera que quiera proteger las vidas judías y palestinas, tiene que optar por una resolución diplomática del conflicto que aborde las profundas causas de la violencia. La sostenibilidad de la autodeterminación judía está interrelacionada y es interdependiente del logro de una política de autodeterminación de Palestina. Y eso es lo que debemos perseguir.

Para llevar a cabo intervenciones militares como las que vemos en Gaza, es preciso cierto nivel de ideologización de los israelíes y de deshumanización de los palestinos .¿Cómo se lleva a cabo este proceso y qué papel tiene el servicio militar obligatorio en esto?

No creo que después del 7 de octubre uno tuviera que inyectar demasiada ideología en la mente de los soldados. Somos una sociedad con un profundo trauma y estamos muy lejos de superarlo, aún estamos en el 10 de octubre. Esto, sumado a la culpa por el fracaso de los rangos superiores por los atentados, tienen sin duda un enorme impacto en la forma en la que los militares luchan en Gaza. Dicho esto, la destrucción en Gaza no es sólo resultado de esta rabia, sino de otras muchas doctrinas militares que se han desarrollado durante años y que ya en 2008, 2009 y 2014 eran inaceptables.

¿Y cómo puede pararse?

 "Necesitamos que nuestras potencias amigas sean la voz de la razón, pero no lo están siendo"

Creo que la rabia y la sed de venganza es una reacción natural cuando pasas por el trauma que hemos pasado. Eso no significa que estén bien, tenemos que luchar contra esos instintos naturales. Puedes llenar el agujero de tu corazón con ira y venganza, o con humanidad, compasión y deseo de reconciliación. Tristemente, la mayoría de nuestra sociedad ha optado por la primera opción. Hay unos pocos que han hecho lo contrario y creo que es alentador y admirable ver que hay gente que perdió a sus familiares el 7 de octubre que aspiran a una resolución pacífica. Tener la sangre hirviendo es muy humano, por eso necesitamos que nuestras potencias amigas sean la voz de la razón, pero no lo están siendo.

Parece difícil que Joe Biden, actual presidente de EEUU, y menos aún Donald Trump, en el caso de que gane las elecciones, retire su apoyo a Israel. ¿Es posible una salida del conflicto con el apoyo de la comunidad internacional pero sin el de EEUU?

"Netanyahu alargará la guerra hasta que Trump llegue a la Casa Blanca"

Tenemos claro que esta guerra se ha convertido en una guerra de Netanyahu por mantenerse en el poder y lo va a arrastrar todo el tiempo que pueda. Su asesor de Seguridad Nacional, Tzachi Hanegbi, dijo hace semanas que a la guerra le quedan siete meses más por delante. Esta es una estimación política, porque las elecciones estadounidenses son en noviembre. Eso es lo que está esperando Netanyahu, que Trump llegue a la Casa Blanca.

Si eso pasa, podrían ir más allá en Cisjordania. Ya lo hemos visto. Este año se han batido récords de asentamientos, declaraciones de tierras palestinas como estatales, etc. A finales de mayo, el General del Comando Central israelí, quien básicamente es quien detenta el poder soberano en Cisjordania, firmó una orden especial transfiriendo los poderes civiles que tenía sobre miles de palestinos a la administración de los asentamientos. Esto es, básicamente, una anexión de Cisjordania. Todo esto ha sucedido con Biden en el poder. Imagina cómo será con Trump en la Casa Blanca.

 "Necesitamos que EEUU y Europa intervengan y aseguren un alto al fuego cuanto antes"

Así que, en aras de detener la anexión, y por el bien de los rehenes, de los palestinos en Gaza y por el bien del día después, porque el uso desproporcionado de la fuerza sólo está sembrando semillas de odio en las generaciones venideras, necesitamos que nuestros amigos de EEUU y Europa intervengan y se aseguren de que tengamos un alto al fuego lo antes posible.

¿Cuál es el panorama si Trump gana las elecciones?

Apostar por Trump es un movimiento nefasto para todos nosotros. Hay muchas razones. Una de ellas es que la potencial mayor donante de su campaña es Miriam Edinson, cuyas opiniones sobre Israel y Palestina representan a la facción de más extrema derecha, incluso exigiendo la anexión. No tengo dudas de que esto afectará al segundo mandato de Trump. Probablemente, uno de los que abordarían el conflicto palestino-israelí sería David Friedman, quién se ha manifestado a favor de expulsar masivamente a los palestinos hacia países árabes vecinos.

¿Cree que se está llevando a cabo un genocidio en Gaza?

No he visto aún la evidencia de un ataque deliberado de destruir a un grupo, que es la definición de este crimen. Pero no hay duda de que la incitación al genocidio está en el foco de los medios israelíes, de los políticos y de la sociedad israelí, y sus autoridades no están haciendo nada para detenerlo. Creo que eso ya es lo suficientemente negativo.

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