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Von der Leyen concentra poder y se deshace de los contrapesos para su nuevo mandato

El próximo Colegio de Comisarios elimina a figuras claves como Breton o Borrell, que se han mostrado críticos con la gestión de la conservadora alemana.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en una conferencia de prensa, a 20 de septiembre de 2024.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en una conferencia de prensa, a 20 de septiembre de 2024. Christoph Soeder / dpa-ENR-Pool / dp / Europa press

"Hace unos días, en la recta final de las composiciones sobre el futuro Colegio de Comisarios, usted (Von der Leyen) pidió a Francia que retirase mi nombre −por razones personales que nunca habló directamente conmigo− y ofreció, como contrapartida política, una cartera supuestamente más influyente para Francia". Era la carta bomba que el francés Thierry Breton enviaba a la presidenta de la Comisión Europea, que respondió con un escueto "tomo nota y acepto su dimisión". "Te deseo lo mejor para tu próximo proyecto", le dedicaba un mucho más cálido Josep Borrell. Este movimiento de fichas refleja mucho de las intenciones para la Comisión Von der Leyen 2.0. La alemana se rodea de políticos de perfil más bajo y se deshace de los contrapesos más fuertes en su recién designado Colegio de Comisarios.

Von der Leyen presentó esta semana en Estrasburgo la composición de su nuevo equipo para el próximo lustro. Contará con seis vicepresidencias ejecutivas. Una de ellas va a parar a la española Teresa Ribera, que tras asumir las carteras de transición ecológica y de competencia se convierte en uno de los sillones con más influencia en el Berlaymont.

La exministra de Defensa de Angela Merkel es una equilibrista y midió al milímetro cada movimiento de cara a conformar un equipo teniendo en cuenta los balances de género, carnet político y procedencia geográfica. A la Italia de Giorgia Meloni le concedió, por ejemplo, la primera vicepresidencia para la ultraderecha en la historia del Ejecutivo comunitario. El "pero" es que Raffaele Fitto gestionará la cohesión y el fondo de recuperación post-pandémico, que ya vivió su momento álgido. Por su parte, la Hungría de Víktor Orbán repite cargo con Olivér Várhelyi, que pasa de llevar las riendas de Ampliación y Vecindad a asumir las de Sanidad y Bienestar Animal (si pasa el filtro y examen de la Eurocámara).

No repetirá Josep Borrell

Durante el inicio del primer mandato de Von der Leyen, el neerlandés Frans Timmermans −que renunció años después para trasladarse a la política nacional− y la danesa Margrethe Vestager −que dejará la cartera de Competencia tras diez años al frente− se proyectaban como figuras muy fuertes. Incluso sonaron en su momento como candidatos para la presidencia de la Comisión Europea. Sin embargo, su presencia, especialmente la del socialdemócrata encargado de Clima, quedó menguada y descafeinada.

Breton, uno de los comisarios con más poder y carisma de la presente legislatura, era el candidato designado por Emmanuel Macron para repetir como representante francés en el "Gobierno" europeo. Sin embargo, de forma sorpresiva, el artífice de la ley de Servicios Digitales de la UE anunció abruptamente su dimisión tras acusar a Von der Leyen de presionar al Elíseo para que cambiase al nominado. Otra prueba más, según el ex comisario de Mercado Interior, de la "gobernanza cuestionable" de la política alemana. Tampoco repetirá Josep Borrell. El jefe de la diplomacia europea ha sido uno de sus grandes contrapesos chocando frontal y públicamente en varias ocasiones, especialmente en lo referente a la política de la UE con la masacre israelí en Gaza con la que Von der Leyen ha sido una de las líderes comunitarias más laxas con el Estado hebreo. A quien sí premia a fieles como Valdis Dombrovskis, el letón tendrá línea directa con el piso 13º del Berlaymont, donde trabaja y habita la presidenta reelecta.

"El primer mandato de Von der Leyen deja un legado repleto de críticas en términos de control, protagonismo y transparencia"

El primer mandato de Von der Leyen deja un legado repleto de críticas en términos de control, protagonismo y transparencia. Pública ha sido siempre la terrible relación personal que ha mantenido con el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel. Pero también ha generado muchas tensiones en sus propias filas. La alemana ha intentado siempre hacer sombra a sus propios comisarios, a los que no ha dejado brillar. Si había que trasladar un anuncio importante, ya fuese relativo al pacto verde o a las compras de vacunas, lo avanzaba ella misma desde su equipo o de sus redes sociales.

La pandemia del coronavirus configuró el marco perfecto para que la rendición de cuentas o la información de medidas importantes se transmitiese a golpe de vídeos grabados, sin opción de preguntas de los periodistas. Una práctica que ha normalizado progresivamente la presidenta de la Comisión Europea, que ha levantado muchas críticas entre los profesionales de la comunicación en Bruselas. La mayoría han visto limitado el acceso a las preguntas a una Von der Leyen que hizo de encuentros reducidos con periodistas limitados y de grandes medios una práctica habitual.

Para el nuevo ciclo que arrancará a finales de este año y se prolongará hasta 2029, Von der Leyen ha confeccionado una estructura interconectada, lo que provoca que el reparto, sobre todo de las carteras prioritarias, divisivas o influyentes, quede diseccionado evitando que nadie acumule demasiado poder. Por ejemplo, lo referente a la transición verde es compartido por Ribera, el español Wopke Hoekstra y el francés Stéphane Séjourné. Von der Leyen da este golpe sobre la mesa en un momento en el que los liderazgos flaquean, especialmente en el eje franco-alemán donde Emmanuel Macron y Olaf Scholz agonizan por el auge de la extrema derecha.

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