Este artículo se publicó hace 11 años.
Víctimas de los 'drones' en Pakistán testifican por primera vez ante el Congreso de EEUU
"Nosotros no damos el trato que da EEUU a la gente de Waziristán ni a nuestro ganado", asegura un superviviente a los ataques de EEUU. Según AI, los aviones no tripulados mataron a 2.200 personas en este país en la &uacut
Los familiares de una víctima civil de un ataque de aviones no tripulados o drones de Estados Unidos en Pakistán testificaron este martes ante el Congreso por primera vez para pedir el fin de esos ataques, que según Amnistía Internacional y Human Rights Watch en algunos casos constituyen verdaderos crímenes de guerra.
Rafiq ur Rehman, un profesor de enseñanza primaria en la región de Waziristán del Norte, fronteriza con Afganistán, y sus dos hijos, Zubair, de 13 años, y la pequeña Nabila, de 9, testificaron hoy en el Capitolio sobre la tarde en que la abuela de los niños falleció por un bombardeo con drones.
Con el tradicional pakul -sombrero afgano- ceñido a la cabeza, Rafiq hizo que la traductora rompiera en llanto cuando se preguntó ante un reducido grupo de congresistas: "Mi trabajo es educar ¿Pero cómo puedo explicar algo como esto? ¿Cómo explico algo que ni siquiera yo entiendo? ¿Cómo puedo asegurar a los niños que un drone no vendrá y los acabará matando?".
Rafiq: "¿Cómo asegurar a los niños que un 'drone' no vendrá y los acabará matando?"
La familia de Rafiq quedó rota el 24 de octubre de 2012 cuando un drone supuestamente operado por la CIA mató a su madre y abuela de sus hijos, Momina Bibi, de 67 años, en la víspera de la festividad musulmana de Eid.
Rafiq y sus hijos son víctimas de la guerra de Estados Unidos contra militantes islamistas radicales en remotas regiones de Pakistán, que según Amnistía Internacional ha causado unas 2.200 muertes en la pasada década en el país. Al menos 400 muertos eran civiles y posiblemente otros 200 no eran combatientes.
El testimonio de hoy fue organizado y apoyado por el congresista por Florida Alan Grayson, quien recordó que la lucha contra el extremismo radical con drones tiene en la población un efecto contrario, ya que alimenta el radicalismo y pone en peligro a Estados Unidos.
El joven Zubair, que fue herido gravemente en la pierna, dijo en su testimonio que ahora prefiere los días nublados porque sabe que los drones no volverán.
"Los niños ya no juegan tan a menudo ahora y muchos han dejado de ir a la escuela" por el miedo al sobrevuelo de los drones, aseguró el adolescente.
Zubair describió, al igual que su hermana Nabila, cómo el drone disparó dos veces, causando una gran explosión y confusión pese a que en los alrededores no había casas sospechosas de albergar extremistas o pasaban coches cercanos, que hubiesen podido ser un objetivo.
"Nosotros no damos el trato que da EE.UU. a la gente de Waziristán ni a nuestro ganado", asegura Rafiq
Rafiq recordó en el Capitolio que decenas de personas de su tribu han perdido a seres queridos por los bombardeos, entre ellos niños y mujeres inocentes.
"Al final, lo que pido al pueblo estadounidense es que nos traten como iguales, que se aseguren de que su gobierno nos otorga los mismos derechos humanos que a sus ciudadanos. Nosotros no damos el trato que da EE.UU. a la gente de Waziristán ni a con nuestro ganado", dijo Rafig.
"Las muertes indiscriminadas deben terminar y se debe hacer justicia con aquellos que han sufrido a mano de los injustos", añadió.
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