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Siguiente fase del juicio de Gisèle Pélicot: solo uno de los agresores ha pedido perdón

Este juicio, que ha conmocionado a Francia y el mundo entero, no solo destapa la magnitud de los horrores que sufrió esta víctima, sino que también expone la impunidad y la falta de arrepentimiento de la mayoría de los agresores.

Gisèle Pelicot durante la recta final del juicio contra su exmarido y otros 50 acusados por violarla bajo efectos somníferos, a 18 de noviembre de 2024.
Gisèle Pelicot durante la recta final del juicio contra su exmarido y otros 50 acusados por violarla bajo efectos somníferos. Edgar Sapiña Manchado / Efe

Gisèle Pélicot ha afrontado estas semanas uno de los momentos más duros de su vida: declarar frente a los 51 acusados de violarla durante una década mientras se encontraba inconsciente, drogada por su propio esposo, Dominique Pélicot. Este juicio, que ha conmocionado a Francia y al mundo entero, no solo destapa la magnitud de los horrores que sufrió esta mujer victimizada, sino que también expone la falta de arrepentimiento de la mayoría de los agresores.

El proceso, que comenzó hace más de dos meses, ha sacado a la luz cómo Dominique Pélicot contactaba con desconocidos en plataformas de encuentros sexuales y los invitaba a su casa en Mazan, donde su exmujer, completamente sedada con altas dosis de ansiolíticos, era violada. Dominique Pélicot grababa y fotografiaba las agresiones, acumulando pruebas que hoy sostienen la acusación. "Nunca debí hacer esto, voy a morir como un perro", ha declarado este miércoles el francés, según ha recogido EFE.

En este escenario y por si el daño no hubiera sido ya suficiente, la gran mayoría de los acusados, lejos de asumir sus actos, se han escudado en excusas para tratar de justificar lo injustificable.

Solo uno de los implicados ha mostrado su arrepentimiento y ha pedido perdón. "Yo soy tu verdugo y tú, la víctima", admitió el acusado, según ha publicado La Vanguardia. Llegó a confesar incluso que en algún momento contempló replicar esas mismas agresiones contra su propia esposa.

Mientras tanto, la mayoría del resto de agresores han optado por una narrativa de negación y justificación. Algunos alegaron ser manipulados por Dominique Pélicot, otros aseguraron que pensaban que la víctima consentía (pese a estar completamente inconsciente), una afirmación desmentida por las evidencias. Uno de los inculpados, quien la violó en al menos seis ocasiones según se puede ver en los vídeos, llegó a afirmar que actuó como un "zombie" y que estaba "poseído" por las manipulaciones de su exmarido.

Pese al dolor y la humillación, Gisèle Pélicot ha insistido en mantener el juicio abierto al público. Con un arrojo digno de admiración, ha declarado que su objetivo es que "la vergüenza cambie de bando". A sus 72 años, ha tenido que enfrentarse no solo a los hombres que la agredieron, sino también a los abogados defensores que la han cuestionado y han señalado a Dominique Pélicot como principal responsable. "La cicatriz no se cerrará nunca", ha afirmado en distintas ocasiones la víctima, quien calcula que fue violada unas 200 veces. Sus hijos han llegado a describir el proceso como "el juicio de una familia destruida".

Con esta primera fase del caso en su recta final, Gisèle Pélicot se mantiene en su propósito de visibilizar su lucha y transformar el dolor en un acto de justicia colectiva. Sus palabras hacia los acusados lo dejan claro: "Siento rabia hacia estos hombres porque en ningún momento pararon, en ningún momento denunciaron (...) Podían parar en todo momento, pero no lo hicieron".

La sentencia, prevista para mediados de diciembre, podría imponer hasta 20 años de prisión a algunos de los agresores. Pero para Gisèle Pélicot, más allá de las penas, su esperanza radica en que este caso sirva para abrir los ojos de una sociedad que durante demasiado tiempo ha mirado hacia otro lado frente a la violencia sexual. "He perdido diez años de mi vida que nunca recuperaré", expresó en el tribunal.

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