El socialdemócrata Olaf Scholz (nacido en 1959 en Osnabrück, en el norte de Alemania) ha sido elegido este miércoles canciller federal por el Parlamento alemán (Bundestag), donde su partido, los Verdes y el Partido Liberal (FDP) formarán un inédito Gobierno tripartito. Scholz sucede en el cargo a la conservadora Angela Merkel, que traspasará el poder tras 16 años a quien ha sido vicecanciller y ministro de Finanzas de su última gran coalición.

Scholz es de perfil pragmático y perteneciente a la corriente más centrista del Partido Socialdemócrata (SPD), según recoge Efe en un perfil del nuevo canciller. Durante la campaña electoral que le llevó al poder se presentó presentarse como factor de estabilidad tras Merkel y un continuista de las políticas del último Gobierno. De hecho, llegó a fotografiarse en plena campaña mostrando el gesto con las manos en forma de rombo, característico y sello de identidad de la conservadora.

Su gestión como ministro de Finanzas de Merkel fue muy aplaudida y le permitió crear confianza en muchos sectores. Por ello, también centró su campaña en las inversiones.

Sin embargo, su carrera política no ha sido sencilla y no todos los socialdemócratas le apoyaban ni confiaban en que pudiera ganar los pasados comicios.

Scholz se formó como abogado, pero tras afiliarse al SPD en 1975 inició una carrera política que le llevó por primera vez al Bundestag en 1998, según informa Europa Press en otro perfil sobre el canciller. En 2002 inició una fase de dos años como secretario general del partido que coincidiría con la etapa de su compañero Gerhard Schroeder al frente del Gobierno. 

Entonces, Scholz fue un defensor radical del paquete de reformas conocidas como la Agenda 2010 y de los recortes sociales que se expandieron por Europa ante la crisis económica y esto abrió una gran brecha entre los socialdemócratas e incluso a escisiones. Esto le llevó a que se le reconozca dentro del área más conservadora del PSD.

Las bases del partido lo llegaron a rechazar como líder de la agrupación y prefirieron al dúo izquierdista formado por Saskia Esken y Norbert Walter-Borjans, que después lo escogieron como candidato a la Cancillería.

Scholz también fue conocido por ser alcalde de Hamburgo y su imagen sufrió un gran deterioro con los disturbios de la cumbre del G20 en 2017. Otro escándalo que le pasó factura fue el fraude financiero de Wirecard en 2020, que su ministerio detectó cuando ya era tarde.

Pese a los malos episodios, consiguió ganar al electorado con pragmatismo. En esto destaca su disposición a recurrir al gasto en momentos en que lo considera necesario, sin pensar demasiado en la financiación. Eso continuó en su gestión en los últimos años como ministro de Finanzas cuando tuvo que hacer frente a las repercusiones económicas de la pandemia.