El Comité Nacional Antiterrorista (CNA) de Rusia ha declarado este sábado el "régimen de operación antiterrorista" en las regiones fronterizas de Kursk, Briansk y Bélgorod. Esta decisión es tomada tras la incursión terrestre ucraniana, que comenzó el pasado martes en la zona de Kursk. 

Horas después de esta declaración, los sistemas de defensa antiaérea rusa derribaron 26 drones sobre Kursk. Otras seis fueron neutralizados en la región de Yaroslavl, agregaron en el departamento castrense.

Esta medida ya fue tomada de forma breve el año pasado por Rusia en Moscú y su región, durante el motín del grupo paramilitar Wagner. La medida refuerza los poderes de las fuerzas de seguridad y les permite restringir los movimientos de los ciudadanos.

La medida entró en vigor la noche del viernes, tras la incursión terrestre ucraniana, con el objetivo de "garantizar la seguridad de los ciudadanos y reprimir la amenaza de actos terroristas cometidos por fuerzas de sabotaje y reconocimiento del enemigo", señala un comunicado oficial.  Además de "mantener el orden público y reforzar la protección antiterrorista de las instalaciones".

El CNA subraya que los servicios de inteligencia ucranianos "cometieron un intento sin precedentes de desestabilizar la situación en varias regiones" de Rusia. 

Rusia combate por quinto día consecutivo a las fuerzas ucranianas que entraron el martes en la región de Kursk y, según blogueros militares y analistas del Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), lograron adentrarse unos 30 kilómetros en territorio ruso.

Este viernes, Defensa informó del envío de nuevos refuerzos a la zona para expulsar al enemigo. A la vez los militares rusos aseguraron que las fuerzas ucranianas habían perdido desde el martes hasta 945 militares y más de un centenar de blindados en combates con tropas rusas en Kursk.