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La prueba de un potente misil por Corea del Norte y su ayuda militar a Rusia descolocan a EEUU y sus aliados

Ucrania pide respaldo urgente ante el despliegue norcoreano en la guerra, pero Occidente se queda en la retórica y deja que sea Corea del Sur quien ofrezca apoyo a Kiev.

Vladimir Putin se reúne con el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, en el cosmódromo de Vostochny, en Rusia, a 13/09/2023.
Vladimir Putin se reúne con el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, en una foto de archivo   Europa Press.

Al tiempo que se va confirmando la presencia ya de miles de soldados norcoreanos en Rusia listos para entrar en combate en Ucrania, Corea del Norte hincha su músculo militar y, con el posible apoyo de Moscú, prueba uno de los misiles más poderosos que haya lanzado hasta el momento, con capacidad para alcanzar Estados Unidos, a pocas jornadas de las elecciones presidenciales estadounidenses.

Esta nueva prueba de fuerza remarca el papel internacional que quiere jugar Corea del Norte bajo el ala de Moscú y que estos días ha hecho sonar todas las alarmas en Occidente con el despliegue de tropas norcoreanas en Rusia para combatir al ejército ucraniano.

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, criticó en una entrevista con una televisión surcoreana la nula reacción de Occidente al envío de tropas norcoreanas a Rusia para luchar en Ucrania y advirtió de que habrá muchas más.

"La reacción a día de hoy es nula, cero", afirmó Zelenski. "Si no ocurre nada", entonces "aumentará el número de soldados norcoreanos" que llegan a unirse al ejército ruso que lucha contra Ucrania, dijo el presidente ucraniano en una entrevista a la cadena surcoreana KBS.

La colisión de Occidente y Oriente en Ucrania es un hecho. Washington y Bruselas oscilan nerviosos y calibran una respuesta que vaya más allá de las vagas amenazas, mientras Kiev demanda una respuesta contundente que es difícil que vayan a concretar.

En medio de esa indecisión, Rusia y Corea del Norte muestran los dientes y Pyongyang aprovecha para ocupar titulares de prensa en esta escalada de tensión y ostentar ese nuevo papel protagonista que el Kremlin le ha permitido desempeñar en Ucrania.

Un misil intercontinental capaz de golpear territorio estadounidense

En este escenario, Corea del Norte confirmó el lanzamiento este jueves de un misil balístico intercontinental de la clase Hwasong-19, de última generación, que ha puesto en alerta a EEUU y sus aliados, en el nordeste asiático y en Europa. Además de alcanzar la máxima altura hasta ahora de los misiles norcoreanos (7.887 kilómetros), también su vuelo se prolongó durante un mayor tiempo, una hora y media, con un alcance de mil kilómetros.

Expertos consultados por la agencia de noticias AP subrayaron que Rusia puede haber proporcionado asistencia tecnológica a Corea del Norte para efectuar este "oportuno" lanzamiento del misil en medio de la crisis desatada por el envío de tropas norcoreanas al conflicto de Ucrania.

El rango de este misil, el primero intercontinental probado este año por Corea del Norte, le permitiría alcanzar territorio de Estados Unidos con ojivas nucleares incorporadas.

Corea del Norte prepara un nuevo test nuclear

El lanzamiento se produce, además, en medio de las informaciones de los servicios de inteligencia surcoreanos y nipones sobre un inminente test nuclear por parte de Corea del Norte. El último lo efectuó en 2017 y antes había realizado otras cinco pruebas.

Según indicó Seúl, el régimen de Pyongyang ha completado sus preparativos para realizar ese nuevo ensayo de un arma atómica, como parte del programa nuclear militar norcoreano que arrancó en 2006 con su primer test.

La inteligencia surcoreana indica que esa séptima prueba nuclear norcoreana podría tener lugar antes de las elecciones presidenciales estadounidenses del 5 de noviembre, como un aviso a Washington de que Pyongyang no tiene intención alguna de renunciar a ese tipo de armas.

8.000 norcoreanos en Kursk

El lanzamiento del misil intercontinental de Corea del Norte se produjo pocas horas después de que el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, confirmara que ya hay 8.000 soldados norcoreanos en la región rusa de Kursk y que podrían entrar en combate contra las fuerzas ucranianas allí presentes "en los próximos días".

Según Blinken, en total hay 10.000 efectivos norcoreanos en Rusia, aunque Corea del Sur y Ucrania elevan ese contingente a 13.000 soldados. El objetivo de este despliegue explicó el secretario de Estado, es entrar "en combate o en operaciones de primera línea".

Según Blinken, en total hay 10.000 efectivos norcoreanos en Rusia

Poco antes del lanzamiento del misil, Blinken, el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, y los ministros surcoreanos de Defensa, Kim Yong-hyun, y Exteriores, Cho Tae-youl, condenaron en un comunicado conjunto en Washington "la profundización de la cooperación militar entre Corea del Norte y Rusia, incluidas las continuas transferencias ilegales de armas (munición de artillería y misiles) y el despliegue de tropas norcoreanas en Rusia".

El despliegue norcoreano en Ucrania, más simbólico que efectivo

El contingente norcoreano en Rusia no supondrá, en realidad, una gran ventaja táctica en la guerra de Ucrania en estos momentos. Pero su participación en la contienda sí supone un éxito estratégico para Rusia, que saca de sus casillas a Estados Unidos y sus aliados europeos, y lleva el conflicto a una nueva fase que en Occidente no saben cómo abordar.

Si, como reclama Zelenski, Washington y Bruselas responden autorizando a Kiev el uso de misiles de largo alcance contra territorio ruso, la balanza se habrá equilibrado un poco, pero también se disparará el riesgo de confrontación total entre Rusia y la OTAN.

Significaría aumentar el suministro a Ucrania de misiles ATACMS estadounidenses, Scalp franceses y Storm Shadow británicos, o incluso entregar armas estratégicas, como los Tomahawks, que podrían alcanzar cualquier punto en la Rusia europea, Moscú incluido.

No parece que Occidente vaya a entrar en tal escalada armamentística, pero sí que puede haber habrá ciertas concesiones a Ucrania sin cruzar todas las líneas rojas. Moscú está ganando la guerra y juega con el tiempo a su favor, mientras Washington y Bruselas se encuentran entre la espada y la pared sobre lo que deben hacer.

Armas y asesores militares surcoreanos para Ucrania

Una posibilidad, que implicaría más a Asia en el conflicto, contemplar el suministro de armas a Ucrania por parte de Corea del Sur, uno de los principales productores armamentísticos de Extremo Oriente. Seúl también ha propuesto enviar a Kiev a un grupo de asesores militares, conocedores de las tácticas y métodos bélicos de los norcoreanos.

El temor surcoreano es que, a cambio de enviar tropas norcoreanas a Ucrania, Rusia entregue a Corea del Norte tecnología para fabricar armas nucleares tácticas, de gran valor militar en caso de que se desatara un conflicto con Corea del Sur. Seúl también teme que los militares norcoreanos adquieran conocimientos que puedan ser empleados contra el Sur en un eventual choque en la península coreana.

La involucración surcoreana en la guerra de Ucrania tampoco cambiaría mucho las cosas. Sus armas tendrían un largo camino burocrático para llegar al ejército ucraniano, como está pasando con el material bélico occidental, mientras Rusia recibe sin problemas cientos de drones iraníes, munición norcoreana y ya tiene listas las tropas de Pyongyang para combatir en Kursk.

En esta situación tan complicada para son comprensibles la desesperación y enfado de Zelenski, quien esta semana criticó los retrasos en la llegada de ayuda armamentística estadounidense, de la que, según dijo, el ejército de Ucrania solo había recibido un 10% de lo previsto para este año.

Pero en Estados Unidos, en la recta final de las elecciones del 5 de noviembre, se piensa poco en Ucrania.

La UE consulta a Japón y Corea del Sur

Europa también ha recurrido a la retórica belicista, sin hacer propuestas concretas para detener el despliegue norcoreano.

Y la preocupación es mucha, como lo evidencia el viaje a Tokio y Seúl del alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y de Seguridad, Josep Borrell, a fin de coordinar algún tipo de respuesta a la inquietante entente militar entre Rusia y Corea del Norte.

"Claramente, necesitamos una respuesta contundente y unida, dado que se están vulnerando los principios más fundamentales en asuntos internacionales a los que estamos profundamente vinculados la Unión Europea, Japón y la República de Corea", dijo Borrell en Tokio, a donde llegó este viernes.

Según el jefe de la diplomacia comunitaria, Moscú había compensado a Pyongyang por su apoyo en Ucrania modificando "su posición sobre la desnuclearización de Corea del Norte" y, en concreto, "renunciando a sus obligaciones fundamentales del Tratado de No Proliferación, incluida la prevención de la proliferación nuclear".

La nueva estrategia rusa para el nordeste de Asia incluye una implicación directa en los asuntos de la península coreana gracias al tratado de asociación estratégica y defensa mutua firmado por el presidente ruso, Vladímir Putin, y el líder norcoreano, Kim Jong-un, en junio pasado.

Ese paso supone una respuesta al apoyo occidental a la Ucrania invadida por Rusia, pero también una reacción ante la creciente cooperación militar entre la OTAN, Japón y Corea del Sur que desafía al otro gran aliado de Moscú en Asia, esto es, China.

La cumbre de Madrid de la OTAN en 2022 ya sentó las bases de una alianza con Tokio y Seúl contra China, reafirmada por la cumbre de Washington el año pasado. Y la UE sigue los pasos de la Organización Atlántica.

La cumbre de Madrid de la OTAN en 2022 ya sentó las bases de una alianza con Tokio y Seúl contra China

El viaje de Borrell pretende reforzar el "diálogo estratégico" con Japón y Corea del Sur, pero con la vista fija en Pekín, cuyas "exhibiciones de fuerza y al aumento de las tensiones en puntos críticos regionales" como el mar de China Meridional y Oriental y el estrecho de Taiwán, "tienen un impacto directo en la seguridad y prosperidad de Europa".

Zelenski lo ve de otra forma. El peligro no es China, sino Rusia. Con sus acciones, Putin "evalúa la reacción de Occidente; Putin evalúa la reacción de los países de la OTAN; Putin evalúa la reacción de Corea del Sur", advirtió.

En este sentido, por pequeño que sea el papel bélico que jueguen las tropas norcoreanas en Ucrania, el efecto que buscaba Moscú ya está logrado: miedo y alarma en EEUU y sus aliados por el desafío que este eje militar Rusia-Corea del Norte, con China como invitado especial, podría suponer en un futuro cercano para la seguridad europea y asiática.

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