Este artículo se publicó hace 2 años.
Occidente se despide de Gorbachov y Rusia le homenajea con frialdad
Los líderes mundiales han destacado su aportación al término de la Guerra Fría, pero Putin ha evitado juicios de valor hacia el último líder de la Unión Soviética y el padre de la perestroika.
Los líderes mundiales rindieron este miércoles tributo a la memoria del último líder soviético, Mijaíl Gorbachov, que ha fallecido a los 91 años de edad por una grave enfermedad. En el plano internacional han destacado su aportación al término de la Guerra Fría, mientras que en Rusia su deceso fue recibido casi con frialdad, pues muchos en el país asocian su figura al colapso de la Unión Soviética.
Para el presidente ruso, Vladímir Putin, Gorbachov "fue un político y un estadista que influyó enormemente en la marcha de la historia mundial", según el telegrama de condolencias que ha enviado a la familia del político fallecido. El mandatario ha destacado que Gorbachov dirigió el país en un "período de complejos y dramáticos cambios, de desafíos sociales, económicos y de política exterior de gran envergadura", pero omitió todo juicio de valor sobre su gestión y su política de transformaciones democráticas conocida como la perestroika.
En el ámbito internacional fuera de Rusia, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha dicho que Gorbachov era un hombre con "visión extraordinaria", un líder poco común, con la imaginación para ver que un futuro diferente era posible y el coraje para arriesgar toda su carrera para lograrlo.
"No olvidaremos que la perestroika hizo posible el intento de establecer una democracia en Rusia, y que la democracia y la libertad pudieran ser una realidad en Europa, que Alemania pudiera reunificarse y que el telón de acero desapareciera", ha subrayado el canciller alemán, Olaf Scholz. Ha agregado además que el último dirigente soviético fue "un valiente reformista y un estadista que se atrevió a mucho", epítetos elogiosos que repitieron mandatarios de diversas latitudes.
Gorbachov y el colapso de la URSS
Son muchos los rusos que achacan a Gorbachov y a su política de cambios el colapso de la Unión Soviética, que el propio Putin llegó a calificar como "la mayor catástrofe geopolítica del siglo XX". Para el líder de los comunistas rusos, Guennadi Ziugánov, Gorbachov fue "uno de aquellos gobernantes que traen desdicha y desgracias a su pueblo".
"Soy una persona educada en las tradiciones de la cultura ortodoxa rusa, del patriotismo soviético, y me atengo a la norma de que o se habla bien o no se dice nada de los fallecidos, pero esto no se aplica a los políticos de los que depende el bienestar de la gente y la dignidad de todo un Estado", ha subrayado.
Otros políticos rusos, como el jefe del partido oficialista Rusia Justa, Serguéi Mirónov, han reconocido que la política de Gorbachov fue para los soviéticos una bocanada de aire fresco y una esperanza de grandes cambios.
Para unos, caos, y para otro, un intento sincero de cambio
Pero según Mirónov, como resultado de este experimento "los habitantes de la Unión Soviética, perdieron un magnífico país y en lugar de democracia y derechos humanos llegaron el caos y la miseria para millones de rusos".
"Mijaíl Serguéyevich fue una persona que sinceramente quería cambiar el sistema soviético, convertir la URSS en un Estado libre y pacífico", ha dicho Naína Yeltsina, la viuda de Borís Yeltsin, el primer presidente de Rusia y sucesor de "Gorbi" en el Kremlin, según el Centro Yeltsin. Ha agregado que Gorbachov "cometió errores, a veces trágicos, pero eso no borra sus esfuerzos por hacer mejor el país".
El regalo de Gorbachov: 30 años de paz
El periodista opositor ruso y Premio Nobel de la Paz, Dmitri Murátov, ha afirmado que Gorbachov regaló al mundo tres decenios de paz, sin amenaza de guerra atómica, y siempre puso los derechos humanos por encima de los intereses del Estado. "Nos regaló 30 años de paz, sin amenaza de una guerra nuclear y global. ¿Quién más puede ser capaz de eso?", ha señalado Murátov.
Según el director del periódico independiente Nóvaya Gazeta, cerrado en Rusia y que Gorbachov ayudó a fundar, el fallecido estadista despreciaba la guerra y consideraba que "el tiempo de resolver los asuntos del orden mundial por la fuerza había quedado en el pasado". Murátov recordó que la aversión de Gorbachov por la guerra era tal, que en una ocasión le contó que se había negado en un simulacro militar a pulsar el botón de ataque nuclear.
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