"Buen hombre". "Ferviente europeísta". "Representante de todos". Así lo describen quienes lo conocían. Europa ha amanecido este martes con la noticia del fallecimiento de David Sassoli, presidente de la Eurocámara, a los 65 años en su país natal. El italiano arrastraba problemas de salud desde hacía meses. Una neumonía lo mantuvo alejado de su atril del Parlamento Europeo. Y tras dos semanas ingresado en el hospital de Aviano, su portavoz ha confirmado esta madrugada la noticia de su marcha. El italiano es el primer presidente del Pleno que fallece en el ejercicio de sus funciones. Le quedaban escasos días para culminar su mandato.

Sassoli fue una persona discreta. Aunque era popularmente conocido en Italia, donde desarrolló una exitosa carrera como periodista. El socialdemócrata se hizo con la batuta de la Eurocámara casi por accidente y sorpresa en 2019. Los socialistas españoles, liderados por Iratxe García Pérez, impulsaron su ascenso. Pero la relación entre ambos se enfrió poco después por el 'Affair Puigdemont'.

Los de Pedro Sánchez no vieron con buenos ojos que accediese a facilitar el escaño a Carles Puigdemont, Toni Comín y Clara Ponsatí tras la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE (TJUE). Con quien sí mantuvo la sintonía hasta el final fue con Pablo Iglesias, con el que se reunión en varias ocasiones, cuando el de Unidas Podemos era vicepresidente del Gobierno español. Además de intercambiar mensajes por Twitter, los dos políticos de izquierdas convergieron en la necesidad de "poner fin al ciclo de austeridad neoliberal" y de plantar cara a la extrema derecha que se consolida en el Viejo Continente. El propio país transalpino se había convertido en el primer país fundador de la UE con un Gobierno anti-europeísta y populista (conformado por el Movimiento 5 Estrellas y la Lega Norte).

El florentino sumaba una década como eurodiputado por parte del Partido Democrático, con un pequeño paréntesis en 2012, cuando se postuló sin éxito para la alcaldía de Roma. En la pasada legislatura comunitaria ya había ostentado el cargo de vicepresidente. Su legado en las páginas de la historia europea llevará escrita la virtud del consenso. Fue un hombre afable, un periodista comprometido, un socialista católico y un presidente de unidad.

De hecho, una de las despedidas más calurosas ha llegado de mano de la conservadora Roberta Metsola. La maltesa del Partido Popular es, además, la persona llamada a asumir su puesto tan pronto como la próxima semana. "Tengo el corazón roto. Europa ha perdido un líder. Yo he perdido un amigo y la democracia ha perdido a alguien enorme. Sassoli dedicó toda su vida a hacer de este un mundo mejor y más justo", ha señalado a través de Twitter. El cambio de sillas en la Presidencia de la Eurocámara ya estaba prevista antes de la fatídica noticia.

David Sassoli se convirtió en 2019 en presidente del Parlamento Europeo con la intención de hacer frente al "virus" del nacionalismo. Pero ha sido otro patógeno el que ha marcado su legislatura. Ha liderado la cámara en uno de los momentos más complicados de la historia del proyecto europeo. Pandemia mediante, la institución legislativa tuvo que adaptar en tiempo récord el sistema para permitir el funcionamiento de los Plenos, los debates y las votaciones en remoto de 705 eurodiputados. "Hizo posible que una institución de 27 países con 27 situaciones sanitarias no cerrase. Uno de los últimos caballeros de la política", describe Esteban González Pons, eurodiputado del Partido Popular.

Durante estos poco más de dos años, ha destacado por su defensa de los derechos sociales y de una política migratoria más humana plantando cara a los postulados xenófobos de la ultraderecha. Las palabras de solidaridad, sus mensajes pro-derechos humanos y a favor de los más vulnerables han formado parte de su ADN.

Personalidad institucional; europeísta de convicción

De talante prudente y elegante, se mantuvo alejado de las polémicas que sí mancharon a su antecesor, el también italiano Antonio Tajani. Era un hombre de Estado europeo, más que un lobo político, cualidades que le valieron para comandar la cámara más heterogénea del globo en uno de los tiempos más convulsos y divisorios de las últimas décadas.

Sassoli ha visto cómo su cámara ha liderado la puesta en marcha del Fondo de Recuperación post-pandemia más ambicioso de la historia y ha visto nacer el pasaporte Covid, imprescindible hoy en el día a día de los europeos. Durante el periodo de confinamiento decretado a raíz de la crisis sanitaria, convirtió las instalaciones del Parlamento en un techo para las personas sin hogar y los fogones de la cocina en un plato caliente para personas con pocos recursos.

Su herencia deja también un férreo respaldo al Estado de Derecho frente a las afrentas de países como Hungría, Polonia o Eslovenia y frente a la tibieza de sus instituciones hermanas, la Comisión y el Consejo Europeo. Sassoli ha cerrado filas con sus eurodiputados ante los ataques de Janez Jansa, el líder populista esloveno que ostentó la anterior Presidencia de la UE, y ante las sanciones impuestas a una decena de europarlamentarios por el Gobierno chino. Estas resistencias en aras de los valores y derechos europeos fundamentales han sido respondidas con ataques paralelos fuera de la UE. Rusia le sancionó sin poder entrar al país en represalia a las medidas restrictivas que el bloque comunitario mantiene sobre Moscú.

La Eurocámara es la institución comunitaria más progresista y la que eleva las ambiciones europeas en materia de clima, igualdad o justicia social. Pero es también la que menor poder tiene. Por ello, no han sido pocas las ocasiones que la Comisión y el Consejo han cometido desplantes hacia su líder y hacia la propia cámara, desatando recurrentes críticas de los eurodiputados.

Las muestras de cariño han sido extensivas a los líderes europeos de todo el arco parlamentario, que lloran la marcha de un hombre del que todos resaltan su integridad y cercanía. "Estoy profundamente entristecida por la muerte de un gran europeo e italiano. David Sassoli fue un periodista apasionado, un presidente extraordinario del Parlamento Europeo y, sobre todo, un querido amigo", ha lamentado Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea. "Europeo sincero y apasionado, ya echamos de menos su calidez humana, su generosidad, su simpatía y su sonrisa", ha coincidido Charles Michel, líder del Consejo Europeo.