Nueva Zelanda presenta un plan para acabar con la venta de tabaco y lograr que los jóvenes "nunca comiencen a fumar"

Nueva Zelanda se ha propuesto que las nuevas generaciones crezcan libres de humos y ha apostado por un plan que irá aumentando en el tiempo la edad con la que será legal la adquisición de tabaco. El objetivo de este no es otro que los jóvenes "nunca comiencen a fumar".

Algunas de las medidas que propone este plan son la reducción de nicotina en los cigarrillos o la limitación de establecimientos que tendrán autorización para venderlos. 

La iniciativa tiene que tramitarse como ley y entraría en vigor en 2022

La propuesta, denominada Plan de acción libre de humo de Aotearoa 2025 (Aotearoa es la denominación maorí para Nueva Zelanda), prevé que para el próximo 2025 se haya reducido, a menos del 5%, el consumo de tabaco en el país. Sin embargo, primero debe ser aprobada como ley. En caso de tramitarse según la previsión del Gobierno, entrará en vigor el próximo 2022. 

Además, Nueva Zelanda pasaría a ser el segundo país del mundo en tomar una medida de estas características, después de Bután (Asia), que hizo lo propio en 2004. 

Si bien la iniciativa no ha sido bienvenida por parte de la oposición conservadora y los negocios de ultramarinos que ven peligrar su permanencia en caso de no poder vender tabaco, las asociaciones de médicos sí que la consideran favorable. "La política de una generación sin tabaco será un momento crucial para la salud respiratoria en Nueva Zelanda", ha afirmado el presidente de la Asociación Médica de Nueva Zelanda, Alistair Humphrey. 

Más de 50.000 personas han fallecido a causa del tabaco

Los datos del Ministerio de Sanidad de Nueva Zelanda indican que, aunque en impuestos, el Estado compile cerca de 1.140 millones de euros por la venta de productos relacionados con el tabaco, el costo en sanidad derivado de problemas causados por dichos productos asciende a unos 1.500 millones de euros. 

Además, de acuerdo al Ministerio de Sanidad, entre 4.500 y 5.000 personas fallecen por tabaquismo o exposición al humo al año en Nueva Zelanda, lo que se traduce en una media de 12 o 13 muertes por día. Y, en total, por la misma causa, más de 50.000 neozelandeses han fallecido desde 2010.