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Naciones Unidas registra cuatro denuncias contra Marruecos por obligar a firmar confesiones bajo tortura

Los demandantes son cuatro defensores saharauis de los derechos humanos que fueron instados a rubricar sus testimonios "bajo tortura, es decir, violencia física, psicológica e incluso sexual por las fuerzas de seguridad marroquíes".

Un grupo de manifestantes denuncian en la Puerta del Sol de Madrid las penas de prisión impuestas por un tribunal marroquí a los presos políticos saharauis, a 27 de julio de 2017.
Un grupo de manifestantes denuncian en la Puerta del Sol de Madrid las penas de prisión impuestas por un tribunal marroquí a los presos políticos saharauis, a 27 de julio de 2017. Javier Soriano / AFP

El Comité contra la Tortura (CAT) de Naciones Unidas ha registrado este jueves cuatro denuncias contra el Estado de Marruecos. Los cuatro demandantes son Mohamed Lamine Haddi, Hassan Dah, Abdelmoula El-Hafidi y Mohamed Bani.

Todos ellos han estado detenidos entre seis y doce años en base a "unas confesiones que fueron obtenidas bajo la tortura, en violación del derecho internacional y en ausencia de un juicio justo".

Así lo estiman, a través de un comunicado conjunto, el Servicio Internacional para los Derechos Humanos (ISHR), ACAT-France y la Liga para la Protección de los Presos Políticos Saharauis en las Prisiones Marroquíes (LPPS). 

"Estas denuncias simbolizan la esperanza de que se reconozcan las torturas sufridas por los demandantes en violación de los compromisos internacionales de Marruecos", reza el escrito.

Los denunciantes son cuatro defensores saharauis de los derechos humanos, gravemente torturados por las autoridades marroquíes. Las citadas organizaciones pudieron comunicar con sus familiares en mayo de 2022.

Unos allegados que viven también en primera persona las amenazas ejercidas por las autoridades marroquíes y que, pese a todo, según recoge el comunicado, no renuncian a la movilización: "No podemos dejar a nuestros hijos abandonados en las cárceles marroquíes".

El escrito denuncia que, tal y como ocurre con otros presos saharauis en Marruecos, "los solicitantes fueron obligados a firmar confesiones bajo tortura, es decir, violencia física, psicológica e incluso sexual aplicada de forma intencionada por las fuerzas de seguridad marroquíes".

Si bien su detención ya es ilegal porque se basa en confesiones obtenidas bajo tortura, los solicitantes continúan siendo sometidos, a diario, a actos de tortura y tratos inhumanos y degradantes. Algunos de ellos han estado recluidos en régimen de aislamiento durante años, como Mohamed Lamine Haddi, que lleva cinco años en régimen de aislamiento total.

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