Este artículo se publicó hace 13 años.
Muchas promesas y pocas cifras en la conferencia de Afganistán
Los representantes de 85 países no especifican su apoyo financiero para la transición del país
La intención es lo que cuenta. Diez años después de la conferencia de Petersberg, que sentó las bases para la reconstrucción del Afganistán moderno bajo la presidencia de Hamid Karzai, la comunidad internacional mantiene una postura unánime: asistirán al país asiático también tras la retirada de las tropas militares de la ISAF en 2014. Así lo expusieron ayer representantes de 85 países, reunidos en Bonn para debatir sobre el futuro de la región.
El objetivo está claro: sentar las bases para un Afganistán autosuficiente, capaz de gobernarse a sí mismo, y salvaguardar la seguridad de su pueblo cuando termine el traspaso de poderes. En palabras del ministro de Exteriores alemán y anfitrión del evento, Guido Westerwelle: "No dejaremos a Afganistán en la estacada. No repetiremos los errores del pasado".
«No les dejaremos en la estacada. No repetiremos los errores del pasado»
Pero las intervenciones pecaron de falta de concreción, sólo insistiendo en la necesidad de supervisar la formación de las Fuerzas de Seguridad afganas, mejorar los procesos electorales y de democratización y velar por el respeto de los derechos humanos.
"El día de hoy simboliza el aumento de la capacidad del pueblo afgano, así como su voluntad para controlar su futuro", apuntó el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
El presidente afgano, Hamid Karzai, dejó claro que sólo acudía a la cita con el objetivo de pedir apoyo financiero hasta 2024, y no político para lograr que sea "irreversible" el proceso de transición. Karzai trató de pintar un cuadro idílico, a la par que irreal, con tal de resultar convincente. "Afganistán no quiere ser un lastre para la comunidad internacional", dijo y a continuación apostilló: "Dependerá de los compromisos del futuro". Karzai se muestra especialmente preocupado por el auge del desempleo que conllevará la retirada de las tropas.
Clinton pide luchar contra la corrupción, el narcotráfico y el terrorismo
Sin embargo, ante este llamamiento la respuesta de sus colegas fue el silencio. Ni una sólo cifra concreta se presentó en esta conferencia, pues al parecer no era el objetivo y la coyuntura tampoco ayuda. "Tenemos que tener en cuenta la situación financiera actual de muchos de los países donantes", advirtió Westerwelle.
"Estaremos con vosotros cuando toméis decisiones importantes para vuestro futuro", dijo la jefe de la diplomacia de EEUU, Hillary Clinton, quien exigió al Ejecutivo de Karzai que implemente medidas contra la corrupción, el narcotráfico y el terrorismo.
Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, apuntó que tras estos diez años "es importante no perder la visión realista de la situación. Podemos ayudar a los afganos en este proceso (), pero no podemos resolver el problema, pues sólo ellos mismos pueden hacerlo", afirmó la mandataria, que apostó recientemente por dialogar con los talibanes moderados.
Entre tanto, un optimista Karzai exclamó que "es un día dorado para el compromiso internacional con Afganistán". Según un informe confidencial de los servicios secretos alemanes citado por el diario Bild, el dirigente busca una "solución creativa" para lograr su tercer mandato consecutivo en las elecciones de 2014, lo que pasaría por una reforma de la Constitución.
Ausencia de PakistánLa cita también estuvo marcada por el desplante de Pakistán, que anunció que no asistiría después de que hace unas semanas un avión de la OTAN matase, en teoría accidentalmente, a 24 soldados paquistaníes en la frontera con Afganistán. Varios ministros lamentaron su ausencia, conscientes de que, sin la voluntad de Islamabad, Afganistán tienes escasas posibilidad de lograr la paz con los talibanes o Al Qaeda.
Quién no faltó fue Irán, pese a los rumores de que no asistiría por sus conflictos con EEUU y Reino Unido. Aún más, su titular de Exteriores, Ali Akbar Salehi, protagonizó la intervención más encendida y polémica al declarar: "Ciertos países occidentales se empeñan en ampliar su presencia militar en Afganistán después de 2014. Consideramos que ese enfoque es contradictorio con los esfuerzos de estabilidad sostenible y seguridad".
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