Este artículo se publicó hace 3 años.
Macron busca su reelección tras una campaña atípica y con una investigación judicial a última hora
El presidente saliente entró muy tarde en campaña, primero por un cálculo político, y, luego, cuando tendría que haberse comenzado a implicar, estalló la guerra en Ucrania. Al final, Macron habrá hecho poco más de una semana sobre el terreno.
Aída Palau Sorolla
Paris-
Macron busca mantenerse en el Elíseo con una candidatura impulsada por su rol de jefe de Estado potenciado por la guerra en Ucrania, pero también lastrada por su entrada tardía en la campaña y una polémica sorpresa sobre su recurso masivo a consultorías privadas, controversia que le vuelve a colocar la etiqueta de "presidente de los ricos".
El Macron de 2022 no es el mismo que el de 2017. Entonces representaba la novedad, ministro de Economía de un gobierno socialista, prometía una nueva forma de hacer política, más liberal, desprendida de las etiquetas, volcada en las nuevas tecnologías, dirigida a los jóvenes y la meritocracia, quería decir au revoir a las prácticas viejas prometiendo superar el bipartidismo imperante. Había llegado al Palacio del Elíseo con 39 años, el más joven de la historia desde la creación de la República francesa.
Lo llamaban el candidato ni, ni, ni de izquierdas ni de derechas. Quería transformar Francia la irreformable. Pero, al igual que sus predecesores, Sarkozy con la crisis financiera mundial de 2008 o Hollande con los terribles atentados yihadistas del 2015, Macron tuvo también sus imprevistos.
Los cinco años de mandato del presidente han estado marcados por el movimiento de los chalecos amarillos, la gestión de la pandemia de coronavirus y la guerra en Ucrania que han dado al traste con muchos de sus proyectos, como la reforma de las pensiones. Una reforma que, por cierto, vuelve a formar parte de un programa político en lo económico y social, bastante duro. Además, ahora ya no cuenta con el efecto Macron el vanguardista, un capital que lo catapultó como favorito incontestable en 2017 ante la enemiga número uno, la ultraderechista Marine Le Pen.
Los cinco años de mandato del presidente han estado marcados por el movimiento de los chalecos amarillos, la gestión de la pandemia de coronavirus y la guerra en Ucrania
La historia seguramente se repita esta vez con una reedición del duelo. Si los sondeos no se equivocan, este domingo los dos volverán a clasificarse para la segunda vuelta. Pero el margen es más estrecho. A Macron le dan el 26% de los votos y a Le Pen, el 22%. En la segunda vuelta, Macron se impondría con el 53%, cuando en 2017 ganó con el 66%, según el último sondeo de Opinionway –Kéa Partners. La variable a la que todos temen es el abstencionismo, que se anuncia de campeonato, el 30%, todo un récord. Y es que en estas elecciones hay más apatía.
"Una elección, nunca está ganada antes de empezar, jamás"
"Cuando vemos las encuestas de opinión con una Marine Le Pen que sigue creciendo y que las curvas pueden llegar a cruzarse, la verdad es que hay temor, no tanto a la elección en sí, sino a pensar qué sería si mañana vivimos bajo un gobierno de Marine Le Pen. Muchos decían que la elección ya estaba ganada, que no hacía falta hacer campaña, pero una elección nunca está ganada antes de empezar, jamás", cuenta Bárbara Granatelli, franco argentina y responsable del partido de Macron, LREM (La Republique en Marche) en el distrito 15 de París, el más grande de la capital francesa.
Granatelli atiende a Público después de haber estado en la calle repartiendo folletos de campaña y reivindica el legado de Macron. Para ella, a pesar de todo, Macron pudo cumplir con buena parte de su programa. "Tengo amigos en España que me explican lo duro que fue durante la pandemia. Aquí en Francia hubo muchas ayudas, la gente siguió cobrando sus sueldos durante el confinamiento. Macron consiguió realizar progresos; por ejemplo, bajó el impuesto sobre la vivienda al 80% de los franceses, yo cobro 70 euros más al mes porque bajó las cotizaciones", subraya.
El presidente saliente entró muy tarde en campaña; primero, por un cálculo político, ya que no quería quemarse; y, luego, cuando tendría que haberse comenzado a implicar, estalló la guerra en Ucrania, lo que en un principio le dio una estatura de jefe de Estado insustituible, e incluso en algún momento un rol de mediador imprescindible en la crisis como interlocutor privilegiado con Putin, sobre todo los días previos a la invasión rusa. Al final, Macron habrá hecho poco más de una semana sobre el terreno.
El presidente saliente entró muy tarde en campaña; primero, por un cálculo político, ya que no quería quemarse; y, luego, cuando tendría que haberse comenzado a implicar, estalló la guerra en Ucrania
Pero entre los militantes la elección del presidente fue la acertada. "Un mes atrás queríamos tener a un presidente, no un candidato, un presidente francés y un líder europeo para que hablara con Vladimir Putin, para que el presidente ruso entrara en razón. Macron es el único que la da un rol mayor a la Unión Europea; en 2017 fue el único que puso banderas europeas en sus mítines y yo creo que está dando resultado", explica Granatelli, que destaca el empeño de Macron como impulsor de una defensa común europea.
Macron intenta seducir a los jóvenes en la recta final de la campaña
La campaña electoral francesa de la primera vuelta terminó este viernes con muchas incógnitas y la incertidumbre de saber qué harán los jóvenes el domingo. Se prevé que la abstención de los menores de 35 años sea de un 40%. Macron lo sabe y no es por azar que haya terminado la campaña con una entrevista a Brut, un canal que hace esencialmente videos difundidos exclusivamente en las redes sociales y muy seguido por los jóvenes. Macron los necesita para asegurarse una primera plaza contundente el domingo.
"Los jóvenes pagaron un precio muy alto durante la pandemia porque no se tiene 20 años dos veces en la vida, es necesario hablarles por sus canales, no leen diarios, ni tampoco los encontramos cuando repartimos la propaganda en las calles. Hay que ir a buscarlos y recordarles que actualmente el desempleo de los jóvenes está muy bajo y que los universitarios pueden comer por un euro gracias a Macron", reivindica la responsable del partido en el distrito 15 de París. Según los datos oficiales, la tasa de paro entre los jóvenes de menos de 24 años se situaba a finales del 2021 en el 15,9%, el porcentaje más bajo desde el 2001.
La Justicia investiga la supuesta influencia de gabinetes privados en las políticas de Macron
A Macron le ha aparecido una piedra en el zapato en los últimos días antes del voto del domingo. La Fiscalía financiera abrió el 31 de marzo una investigación al gabinete de consejos McKinsey. Se trata de un gabinete con sede en Nueva York y oficinas en todo el mundo al que el Palacio del Elíseo ha recurrido con frecuencia durante el mandato de Macron.
La Justicia investiga a la empresa por blanqueo agravado de fraude fiscal. Sus filiales francesas no habrían pagado el impuesto de sociedades entre 2011 y 2020 recurriendo a una "optimización fiscal".
A Macron le ha aparecido una piedra en el zapato en los últimos días antes del voto del domingo. La Fiscalía financiera abrió el 31 de marzo una investigación al gabinete de consejos McKinsey
El presidente y candidato Emmanuel Macron ha tenido que pronunciarse al respecto. "Está muy bien que los jueces se encarguen de un caso si se cree que ha habido fraude fiscal; la Justicia es independiente, no tengo porque comentarlo, aunque les voy a decir que no se pronuncia sobre el uso de los gabinetes de consejo", respondió en la televisión privada TF1, el miércoles pasado, el presidente candidato que había hecho de la lucha contra la evasión fiscal uno de sus caballos de batalla.
El Senado francés había publicado previamente un informe sobre la influencia de este gabinete en las políticas públicas de Francia, entre ellas la evaluación de la profesión de profesor, campañas electorales y la extensión del pase sanitario durante la pandemia. Un informe que destaca que el Gobierno se gastó casi 900 millones de euros en 2021 en consejos de esta firma. El asunto, que algunos quieren presentar como el McKinseygate, ha vuelto a colocar a Macron el apodo del "presidente de los ricos". Queda por ver si el caso le pasará factura este domingo.
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