Este artículo se publicó hace 4 años.
Elecciones en Estados UnidosLa lección de democracia de McCain y Bush padre que Trump debería aprender
La actitud del presidente de Estados Unidos cuestionando el resultado electoral contrasta con la de los dos últimos candidatos republicanos derrotados en las urnas: aceptaron con elegancia la derrota y expresaron su confianza en la democracia.
Madrid-
Donald Trump sigue sin aceptar su derrota en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. El todavía presidente acusa sin pruebas a su rival Joe Biden de "robar" la elección y asegura que el resultado es "un gran fraude". La actitud de Trump no sólo supone un ataque gratuito e irresponsable al sistema democrático, sino que, además, revela el mal perdedor que el presidente lleva dentro.
Una actitud que contrasta llamativamente con la de otros candidatos republicanos que fueron derrotados en las elecciones. Los medios estadounidenses y las redes sociales destacan, sobre todo, el comportamiento que exhibieron en la noche electoral los dos últimos candidatos republicanos que perdieron ante los demócratas, John McCain y George Bush padre. Los dos aceptaron su derrota en la noche electoral en sendos discursos que ahora son recordados por su elegancia así como por la confianza que mostraron en el sistema democrático.
McCain fue el más deportivo al aceptar su derrota. "El pueblo estadounidense ha hablado y lo ha hecho con claridad", afirmó McCain en 2008. Su elegancia fue tal que llegó incluso a pedir a sus seguidores que dejaran de abuchear cuando mencionó a Barack Obama en su discurso. "He tenido el honor de llamar al senador Barack Obama para felicitarle por ser elegido presidente del país que los dos amamos. Su éxito merece mi respeto por su habilidad y perseverancia", afirmó McCain.
"Reconozco el significado especial de estas elecciones para los afroamericanos y el orgullo que deben sentir esta noche", añadió el candidato republicano, fallecido en 2018. "Estados Unidos hoy está a un mundo de la cruel intolerancia del pasado. No hay una mayor prueba de esto que la elección de un afroamericano a la presidencia de Estados Unidos", concluyó McCain.
George H. Bush, padre del otro George Bush, también se mostró conciliador tras su derrota electoral en 1992 a manos de Bill Clinton. En su caso había más motivos para el enfado pues él era entonces el presidente en ejercicio y aspiraba a un segundo mandato, como Trump ahora. Pero perdió y lo aceptó con toda la deportividad del mundo: "El pueblo ha hablado y respetamos la majestuosidad del sistema democrático. Acabo de llamar a Clinton para felicitarle y le deseo que le vaya bien en la Casa Blanca. Estados Unidos siempre debe ser lo primero y apoyaremos al nuevo presidente".
Dos actitudes y dos discursos que se mueven en las antípodas de lo que ha hecho y de lo que representa Trump, quien el martes se proclamó vencedor de las elecciones cuando las urnas están indicando lo contrario. "Esto es un fraude al pueblo estadounidense, es una vergüenza para nuestro país. Hemos ganado estas elecciones", señaló el todavía presidente, quien no parece dispuesto a abandonar la Casa Blanca por las buenas.
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