Javier Milei llama a ganar la batalla cultural contra la izquierda en la cumbre ultraderechista de Buenos Aires
El presidente argentino obtiene una fotografía largamente buscada: el aplauso de las ultraderechas venidas de Estados Unidos, Europa y América Latina reunidas en la Conferencia Política de Acción Conservadora celebrada en Buenos Aires.
Buenos Aires-Actualizado a
Javier Milei obtuvo el miércoles en Buenos Aires una fotografía largamente buscada: el aplauso de las ultraderechas venidas de Estados Unidos, Europa y América Latina. Ocurrió en el marco de la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC), realizada por primera vez en Argentina, con presencia de referentes internacionales que uno tras otro hicieron público su reconocimiento a Milei.
"El destino de Sudamérica está en las manos de Milei y los patriotas de Argentina", dijo por ejemplo Steve Bannon, estratega trumpista y actor clave en la internacionalización de la CPAC nacida en 1974 en Estados Unidos. Banon, quien afirmó que "Milei ha generado una bocanada de aire fresco en la política nacional e internacional", no estuvo presencialmente en el país, sino que envió un mensaje grabado que se difundió ante los presentes en el salón principal del hotel Hilton, custodiado por un importante operativo de seguridad.
Banon tomó la palabra luego de una apertura donde sonaron el himno argentino y el estadounidense, cuyos primeros oradores fueron los coanfitriones de la cumbre, Mercedes Schlapp y Matt Schlapp, presidente de la CPAC, que sentaron el tono de la reunión. "Estamos muy comprometidos a avanzar en la libertad, proteger nuestras familias y vencer el comunismo en los EEUU, en América Latina y por todo el mundo", dijo, abriendo paso a una jornada donde la lucha contra el comunismo, al igual que contra el socialismo o "los zurdos", fue invocada discurso tras discurso.
Schlapp fue seguido por Lara Trump, nuera del próximo presidente y vicepresidenta del Comité Nacional Republicano, quien enarboló el habitual discurso de victimización de Trump, parte constitutiva de su épica de resistencia y enfrentamiento contra el establishment. El republicano habría tenido así "más obstáculos que cualquier otro líder en nuestra era", siendo víctima de lawfare y de un intento de asesinato: "Está vivo hoy por la gracia de Dios todopoderoso", sentenció Lara Trump.
"Argentina y EEUU están juntas en esta encrucijada, dos naciones listas para deshacerse de las políticas del fracaso, dos pueblos unidos en la lucha por la libertad", dijo la republicana que llegó a Buenos Aires el día anterior, como figura principal enviada por el próximo presidente. Lara Trump aprovechó la cena de bienvenida para bailar con Milei la canción YMCA de Village People, canción que también sonó en la cumbre realizada en Mar-a-Lago de noviembre, en la que el presidente argentino estuvo presente.
Milei insulta a sus rivales
La larga lista de oradores se sucedió durante el día. Hablaron por ejemplo el dirigente de Vox, Santiago Abascal, quien realizó su tercer viaje a Argentina en un año, o el expresidente brasileño Jair Bolsonaro, imposibilitado de salir del país por sus investigaciones penales, quien negó haber intentado un golpe de Estado el 8 de enero de 2022. Bolsonaro agradeció a Milei por haberles dado refugio a varios de los prófugos de la Justicia por esa causa, y Eduardo Bolsonaro, hijo del expresidente, quien estuvo en la reunión de la CPAC, se reunió con dos de los brasileños detenidos en Argentina.
Milei en su discurso de clausura se refirió a una dimensión central de su estrategia: la batalla cultural. "De la mano de Donald Trump, Bukele, nosotros aquí en Argentina, en el mundo se respiren nuevos vientos de libertad, estamos frente a una oportunidad histórica para empezar a cambiar el mundo", y no se puede lograrlo sin "dar la batalla cultural", afirmó, para lo cual la CPAC sería un instrumento central.
El presidente aprovechó para repetir su "odio" al Estado, y a los "políticos profesionales" a quienes llamó "colonia de leprosos" en su habitual tono agresivo con su enemigo principal sintetizado en el significante vacío de "la casta". Milei recitó lo que llamó como "decálogo de cómo enfocarnos en la política", donde algunos de los puntos fueron que "es mejor decir una verdad incómoda que una mentira confortable", o que "nos importa un rábano la opinión de los políticos sobre casi todos los temas".
Uno de los aspectos donde más se detuvo fue que: "Nunca hay que negociar las ideas para rascar un voto, negar tus convicciones para atraer votos te va a dejar sin convicciones y sin votos". Esas convicciones o "principios innegociables" son, para Milei: "El libre mercado produce prosperidad para todos, el gobierno tiene que ser limitados, los argentinos saben mejor que un burócrata cómo producir, a quién emplear y con quién comerciar, y el que las hace las paga".
El tono y el contenido del discurso de Milei fueron característicos de la forma en la cual se abrió paso como político, en particular vía programas de televisión, hasta ganar las elecciones en noviembre del año pasado, en una contienda en la que se enfrentó a un prototipo de político profesional, en el marco de un hartazgo mayoritario con esas formas políticas. Milei mantuvo esa disruptividad durante el casi año que lleva en el gobierno, algo que para muchos, en particular entre los jóvenes, representa un rasgo de lo auténtico, valorado de manera positiva.
La preparación del primer balance
"Lo que más se demuestra acá es que estos políticos no son los mismos de antes, están comprometidos, son más profesionales, están más dispuestos a ayudar al pueblo y eso es esencial", dijo Ignacio Gonzalo Feliz, de 21 años, traje, corbata y tatuajes en el cuello, procedente de una zona popular de la periferia de la ciudad de Buenos Aires, en la salida del evento.
Feliz contó que comenzó a seguir a Milei desde el 2019, cuando tenía 16 años: "Lo que más me gusta es que se acabó el tema de boludear en el país, se puso serio, había que hacer lo más importante que era retomar la economía y volver a las bases, que es dios, patria y familia".
La valoración de Feliz se repite en varias encuestas que muestran a Milei con un nivel de aprobación alto, mayor al que anticipaban varios políticos y analistas al inicio de su mandato. Esos números son uno de los elementos de festejo dentro de la Casa Rosada que se apresta a celebrar el año de mandato, una celebración que comenzó con la cumbre de la CPAC donde Milei fue puesto en un lugar de relevancia por dirigentes con quienes comparte un núcleo de ideas conservadoras en común y a quienes, como en el caso de Trump, admira de manera abierta.
La relevancia de Milei en la cumbre conservadora fue también en contraste con los demás invitados latinoamericanos con poca fuerza en sus respectivos países, como Eduardo Verástegui, presidente de la CPAC de México, el boliviano Branko Marinkovic prófugo durante años de la justicia de Bolivia, el alcalde ultraconservador de Lima, Rafael López Aliaga, o el poco conocido diputados de Chile Fernando Sánchez Ossa.
Esa imagen de las derechas latinoamericanas, a la cual se sumó la venezolana María Corina Machado a través de un video grabado, evidenció que el gobierno de Milei no representa una corriente de gobiernos en el continente, sino una excepción en el marco de la rápida alternancia de signos políticos que se ha vuelto característica en varios países de la región. La última elección realizada en América Latina, en Uruguay, fue de hecho contraria para la derecha con el regreso del Frente Amplio.
Esa situación de relativa excepcionalidad latinoamericana de Milei tendrá a partir de enero un cambio con el regreso de Trump la Casa Blanca, un aliado para la cruzada de valores conservadores, y el apoyo a las fuerzas políticas reunidas en la CPAC.
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