Este artículo se publicó hace 2 años.
El Gobierno francés quiere expulsar a extranjeros que cometan delitos graves
El ministro del Interior afirma que sigue apostando por la integración, aunque los datos muestran un importante incremento en la expulsión de extranjeros desde que tomó el cargo.
París--Actualizado a
El Gobierno francés quiere expulsar a los extranjeros que cometan delitos graves, asegura el ministro del Interior, Gérald Darmanin, en una entrevista con el diario Le Monde publicada este sábado.
Actualmente, la expulsión de los delincuentes extranjeros está limitada por ciertas condiciones legales, entre ellas que la persona haya llegado a Francia antes de los trece años, recuerda el ministro. El objetivo del Gobierno es "permitir la expulsión de todo extranjero reconocido culpable por la Justicia de un acto grave, sea cual sea su situación en el territorio nacional", afirmó.
Darmanin señaló que se ha expulsado a 2.761 delincuentes extranjeros desde que asumió el cargo, justo hace dos años, lo que supone un 60 % más que en el mismo período precedente. "Un extranjero que no respeta la leyes de la República debe ser expulsado", recalcó.
Aún así, insistió en que el Gobierno apuesta por la acogida y la integración, también competencia de su ministerio, y sobre las que reconoce que "hace falta mejorar varias cosas". "Consideramos a los extranjeros por lo que hacen, no por lo que son, al contrario que el RN", el partido ultraderechista liderado por Marine Le Pen, recapituló el ministro francés del Interior.
Francia repatrió el pasado martes a 35 menores y 16 madres que estaban en campos para prisioneros yihadistas en el noreste de siria operados por kurdos. Darmanin aseguró que se han dispuesto "medios suplementarios muy importantes" para el seguimiento de estas personas y evitar que puedan ser un peligro para la seguridad nacional.
Tal como habían avanzado las autoridades, ocho de esas madres fueron inculpadas formalmente este viernes por un tribunal de instrucción de asociación de malhechores con fines terroristas y uno de los menores, que cumplió 18 años hace dos días, fue puesto bajo control judicial, informa hoy la prensa local.
Según las autoridades de París, unos 250 menores y un centenar de madres de nacionalidad francesa siguen en campos sirios controlados por rebeldes sirios. Sus padres y maridos fueron combatientes yihadistas que partieron a Siria e Irak para luchar con el Estado Islámicos y muchos murieron, aunque algunos están encarcelados en esos países, mientras que sus familias fueron internados en campos donde la situación humanitaria es pésima, según denuncian varias ONG y las familias francesas, que piden la repatriación de los menores.
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