El Frente Polisario prevé una "guerra popular" de desgaste y larga duración contra Marruecos
La vuelta a las armas y la intensificación de la lucha es el principal tema de debate en el XVI Congreso de la organización saharaui. "Es la guerra de un pueblo por sus derechos que está dispuesto a morir por defenderlos", destaca un alto cargo militar.
Campamento Saharaui De Dajla (Tinduf, Argelia)--Actualizado a
No es tarea sencilla, por no decir imposible, encontrar a algún saharaui en los campamentos de población refugiada que no comparta la apuesta del Frente Polisario por la lucha armada. Mucho menos en el marco del XVI Congreso de la organización saharaui. Del cónclave saldrá el objetivo de intensificar una guerra contra Marruecos que comenzó en noviembre de 2020.
Por razones de seguridad, el Polisario no desvela concretamente qué tácticas concretas se usarán. Eso corresponderá a la nueva dirección saharaui que salvo sorpresa mayúscula seguirá estando liderada por el actual secretario general Brahim Gali. Lo que sí tienen claro en el movimiento son sus fortalezas pese a la evidente desigualdad de fuerzas entre ambos ejércitos.
"Es una guerra popular de larga duración". Así la califica, en conversación con los medios desplazados al campamento de Dajla el militar Sidi Ougal, director general de seguridad, documentación y protección de las instituciones del Polisario. El veterano cuadro saharaui, que empezó a combatir ya en el año 1976, ve paralelismos entre la primera guerra del Sáhara y la actual. En aquellos momentos también la superioridad militar de Marruecos, que además tuvo el apoyo armamentístico directo de otras potencias como EEUU o Francia, era elevada.
La situación ahora tiene un componente tecnológico añadido: el uso de drones por parte de Marruecos. En colaboración, aseguran, con Israel después de que ambos países reanudaran sus relaciones a cambio de que Donald Trump reconociera antes de dejar su cargo la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara. No parece preocupar en el Polisario. Lo suyo, según explica Ougal, es "la guerra de un pueblo". Una "guerra de guerrillas" y desgaste al enemigo marroquí. "Solo es una fase. Llegará un momento en el que sepamos hacerle frente y salir de ella", apunta el cargo militar.
"Estamos aquí, somos pobres pero muy cabezotas", transmite Mohamed Yslem Beisad, actualmente embajador saharaui en Sudáfrica. Este país es uno de los grandes aliados en el continente de la causa saharaui. La correlación de fuerzas internacionales en favor de las posiciones de Marruecos no parece tampoco preocupar a Beisad. "Ya se nos infravaloró en la primera guerra", añade el dirigente saharaui, haciendo el mismo paralelismo que Ougal. En aquellos años la aviación marroquí era muy potente. "¿Qué consiguieron?", se pregunta. "Hasta que no construyeron el muro con las minas no cambió la guerra", añade.
La baza saharaui era y es un conocimiento profundo del terreno. "Tener coraje y moverse rápido", afirma Beisad. Los saharauis conocedores de la situación de guerra revelan que suelen escuchar a los marroquíes preguntarse: "¿por dónde salen?". Para los saharauis, la lucha armada es una vía de presión directa hacia Mohamed VI que, al contrario que su antecesor, Hassan II, no ha conocido el conflicto armado. "Necesita saborear la amargura de la guerra para llegar al sabor dulce de la paz", afirma Beisad.
Mientras tanto, Marruecos ha decidido silenciar la guerra desde el comienzo de las hostilidades tras los sucesos de Guerguerat. "Marruecos quiere ocultar la guerra, quiere explotar el turismo y las inversiones en el Sáhara, dar una imagen de tranquilidad. Es una mentira. Hay un refrán saharaui que dice que el sol no se puede tapar con un tamiz", alerta Ougal.
Solo hace apenas unos meses, dos años después del comienzo de los ataques, el Gobierno marroquí reconoció la situación. Fue el ministro de Exteriores, Nasser Burita, quien en una entrevista afirmó que una "milicia" procedente de Argelia les atacaba todos los días. Una versión, la de los ataques diarios, que es defendida también por Ougal y el Polisario. "Todos los días hay pérdidas humanas o materiales. Hay posiciones fijas que se bombardean continuamente", afirma el militar.
El número de bajas humanas, civiles o militares, no está claro. El Frente Polisario se reserva ese dato de su lado. Tampoco contesta sobre las causadas en el Ejército marroquí. Pero sí que apunta a que los drones están provocando más muertes de civiles mauritanos, saharauis e incluso argelinos. Serían, según su versión, principalmente pastores o mineros artesanos. "Todo lo que se mueve por la zona es un objetivo para Marruecos", afirma el responsable militar. Ougal afirma que durante la celebración del Congreso del Polisario, Marruecos ha provocado hasta dos víctimas civiles mortales.
La vía diplomática y el factor humano
La guerra no cierra en todo caso la vía diplomática, según indican los propios saharauis. "Seguimos tendiendo la mano para negociar con la otra parte pero entendemos que nuestra apuesta por la comunidad internacional no ha servido de nada durante 30 años y ahora hay que acompañarla de la lucha armada", reflexiona Ougal.
Para los saharauis, el "capital humano", es muy importante. En los campamentos se recuerda con claridad cómo tras la declaración de guerra se colapsaron las academias militares con personas dispuestas para alistarse. "Es la guerra de un pueblo que se aferra a sus derechos y está dispuesto a morir por defenderlos", afirma Ougal. En contraposición a esta "voluntad, determinación y resistencia", las tropas marroquíes "solo defienden su salario".
¿Se avanzarán posiciones más allá del muro de Marruecos y las zonas cercanas donde ahora se están produciendo los ataques? El Polisario insiste en no adelantar acontecimientos. "Será un asunto táctico que dependerá de la nueva dirección. Lo importante es que la decisión del Polisario es intensificar", afirma el responsable de inteligencia saharaui.
Lo que sí parece descartado es que la nueva estrategia incluya acciones de otro tipo como ataques a civiles o instituciones dentro de los territorios ocupados o el propio Marruecos. Una opción que sí ha sido puesta sobre la mesa en alguna ocasión por sectores de los jóvenes saharauis más radicales en los campamentos. Ougal es tajante al respecto: "El Ejército saharaui siempre ha desarrollado una guerra limpia. Nunca hemos tenido objetivos civiles ni hemos considerado el terrorismo. Nuestro enemigo está bien definido. No es el pueblo de Marruecos, es el Ejército, el Gobierno y el rey".
La lucha pacífica ha sido de hecho la seña de identidad de los saharauis durante los más de 30 años que se ha mantenido el alto al fuego. Por ello, los militares consideran que ha sido y es muy importante el papel de los activistas de Derechos Humanos en los territorios ocupados del Sáhara Occidental. "Que Sultana Jaya ponga una bandera saharaui en su casa es un combate con el mismo objetivo que el nuestro".
El Polisario vaticina que más pronto que tarde Marruecos tendrá que reconocer la guerra abiertamente. Y advierten que "usarán todo lo que esté en su mano" para lograr su objetivo final, que no es otro que la autodeterminación. En paralelo, uno de los debates principales den este Congreso es la modificación o no de las normas que impiden a alguien que tenga experiencia de combate liderar el Polisario. Los jóvenes piden abrirse paso justo en el mismo momento en el que la guerra se ha vuelto a reavivar tras décadas de otro tipo de lucha.
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