La socialdemócrata Eva Kaili está en el epicentro de la tormenta que se ha desatado sobre el Parlamento Europeo por el caso de corrupción vinculado a Catar por supuestos sobornos de este país a eurodiputados para apoyar la celebración del Mundial de fútbol. Acusada y detenida por supuestos delitos de corrupción, blanqueo de capitales y participación en organización criminal, esta política griega, que hasta el pasado sábado era la vicepresidenta de la Eurocámara, acapara todo el foco de atención y confirma con este caso uno de los rasgos que mejor definen su trayectoria, siempre marcada por la polémica.

A pesar de su adscripción, Kaili mantuvo durante los últimos meses una tensa relación con el Partido de los Socialistas Europeos (PSE) y con el PASOK, la formación de los socialistas griegos. Es más, muchos medios la retratan como "una socialdemócrata de derechas". De hecho, en Grecia ya tenía ganada fama de ser una política controvertida, polémica y discutida.

Originaria de Salónica, la segunda ciudad de Grecia, Kaili militó desde muy joven el PASOK: en 1998, con 20 años se convirtió en consejera municipal de su ciudad natal en representación de la formación socialdemócrata griega.

Durante un tiempo fue vista como una estrella emergente del PASOK, pero en un momento dado decidió aparcar su carrera política para convertirse en presentadora de televisión, lo que la hizo ser conocida entre el gran público.

La carrera de Kaili como política profesional empezó en 2007 cuando a los 29 años fue elegida diputada por el PASOK en el Parlamento griego. En 2014 dio el salto a Europa y se presentó a las elecciones europeas. Fue elegida eurodiputada por el PASOK. Tras ocho años en Bruselas, a principios de 2022 fue elegida vicepresidenta del Parlamento Europeo.

Ya por entonces había dado muestras de su carácter un tanto indómito. Siempre le ha gustado ser un verso libre. Lo ha demostrado en varias ocasiones tanto en Bruselas como dentro del PASOK.

Durante los últimos meses la relación de Kaili con el PSE se empezó a deteriorar, especialmente después de que en septiembre pasado rompió la línea de abstención que los socialdemócratas europeos habían adoptado respecto a la votación con la que se elegiría al próximo secretario de la Eurocámara. Kaili se negó a seguir las directrices de su grupo e incluso votó a favor de Alessandro Chioccetti, eurodiputado del Partido Popular Europeo (PPE), lo que provocó duras críticas en su contra.

Su relación con sus compañeros del PSE y su dirección empeoró aún más cuando a finales de noviembre, durante un discurso en un pleno del Parlamento Europeo, Kaili apoyó sin rubor a Catar al señalar que este país es "innovador" en materia de derechos laborales. Llegó incluso a afirmar que Catar se había convertido en objeto de bullying por parte de Occidente.

Kaili también las ha tenido tiesas con sus compañeros del PASOK en Grecia. Durante los últimos años ha expresado varias veces posturas que se acercan más a la de los conservadores de Nueva Democracia, ahora en el Gobierno griego.

Uno de sus mayores enfrentamientos con los dirigentes del PASOK tuvo lugar en 2018. Durante las protestas previas a la firma del Acuerdo de Prespas en 2018, que resolvió una disputa de décadas entre Grecia y Macedonia del Norte respecto al nombre oficial de este último país, Kaili se desmarcó del PASOK y apoyó a los conservadores –entonces en la oposición– y al nacionalismo griego que se oponía al acuerdo por considerar "traición" que se permita al país eslavo usar el término "Macedonia", ya que así se llama también una región de Grecia.

Aunque era sabido que pertenecía al ala más derechista de PASOK, abiertamente opuesta al presidente del partido, Nikos Andrulakis, la relación de Kailí con el líder socialdemócrata griego se rompió definitivamente tras respaldar el Gobierno conservador griego en un escándalo de espionaje por parte del servicio secreto griego del que fue victima, entre otros, Andrulakis.

"Es algo común y le ha sucedido también a otras personas", declaro Kailí poco después de que saliera a la luz el intento de espiar a Andrulakis. Kailí incluso decidió no acudir a la audiencia en Bruselas de la comisión del Parlamento Europeo que investigaba este caso de espionaje a pesar de ser miembro de la misma y pese a que ese día declararon varios periodistas griegos que también habían sido espiados.

Esta postura la alejó de forma definitiva del PASOK. Tanto es así que Andrulakis recalcó que Kaili funcionaba como un "caballo de troya de los conservadores" en su formación y que ya había comunicado a la eurodiputada en septiembre que no la incluiría en las listas de la formación para las elecciones europeas de 2024.

Mientras iba por libre, Kaili se dedicaba a amasar dinero: en apenas dos años duplicó con creces sus depósitos bancarios, según sus propias declaraciones anuales de bienes que están disponibles en el sitio en la red del Parlamento heleno. Lo que nadie podía sospechar es que en su casa de Bruselas los investigadores iban a encontrar sacos de dinero por valor de 150.000 euros.

Su compañero, el italiano Franceso Giorgi, también ha sido imputado y mantenido bajo arresto. El padre de Kaili también fue detenido el pasado viernes mientras intentaba escapar con 600.000 euros en una bolsa. Este lunes fue puesto en libertad condicional.

Ahora se entienden sus declaraciones sobre Catar, que también desconcertaron a sus compañeros de filas. Incluso estuvo en Doha antes del inicio del Mundial.  "El Mundial de fútbol de Catar es una prueba concreta de cómo la diplomacia deportiva puede suponer una transformación histórica de un país cuyas reformas han inspirado al mundo árabe", declaró en el Parlamento Europeo el pasado 22 de noviembre.