Este artículo se publicó hace 12 años.
Los ecologistas reclaman más políticas climáticas en la carrera a la Casa Blanca
Los científicos atribuyen al calentamiento global la mayor sequía en 50 años en EEUU
Terminadas las convenciones nacionales tanto del partido republicano como demócrata, los colectivos ecologistas muestran su descontento por el lugar que está ocupando el cambio climático en sendas campañas. Jeff Hayward, director del Programa de Clima en la organización Rainforest Alliance, sostiene que "dado que el énfasis de estas elecciones se está haciendo en los temas económicos, el cambio climático no ha salido a la luz, más aun teniendo en cuenta que es percibido como un lastre para la economía". Una visión que, desde su prisma, es un error, puesto que "la mayoría de las políticas que ponen precio al carbón, gravando sus emisiones, estimularán la innovación y crearán puestos de trabajo, liderando la economía a largo plazo".
Hayward asegura que "el pueblo americano está más preocupado por otros temas económicos y, a pesar de la catastrófica sequía que hemos sufrido este año -que presumiblemente será superada en años venideros-, ya no preocupa tanto el cambio climático como en 2007, cuando se proyectaba en los cines Una verdad incómoda. El responsable de Rainforest Alliance se lamenta de que "a pesar de que el problema va a peor y se hace más urgente, los compromisos globales son demasiado débiles para atajar el cambio climático a nivel mundial".
Por su parte, Daniel Kessler, uno de los responsables de prensa de la organización 350.org, niega que "ambos candidatos se hayan olvidado del cambio climático". Según explica, "las posiciones del gobernador Romney en temas de energía y clima son incluso peores que las mantenidas por George W. Bush, que finalmente llegó a admitir la intervención del hombre en el cambio climático".
Kessler acusa al candidato republicano de "negarse a emplear el término ‘cambio climático' al tiempo que concede prácticamente todo cuando demanda la industria de los combustibles fósiles". Esta industria es, precisamente, la que el activista considera culpable de haber "contaminado el sistema, comprando a nuestros políticos y sembrando la duda".
Por el contrario, el responsable de 350.org cree que Obama sí ha abordado el tema en más de una ocasión. En ese sentido y aunque Kessler sostiene que "las políticas del presidente Obama no son lo suficientemente fuertes para afrontar el reto del calentamiento global, sí que ha luchado para proteger la EPA (Agencia de Protección Medio Ambiental) y ha realizado la mayor inversión en la historia mundial de la energía limpia. Esperamos más de él, pero sus políticas son significativamente mejores que las de Mitt Romney".
Desde Greenpeace, su representante legal, Kyle Ash, coincide con su colega de 350.org a la hora de destacar el peso de la industria de combustibles fósiles en las propuestas republicanas. Ash señala que "Obama ha tomado algunas medidas sobre el clima", pero admite que "cedió el debate sobre este asunto a los republicanos y negacionistas del calentamiento global". En consecuencia, sostiene, "mientras los demócratas y los republicanos pro-clima generalmente se refieren a éste como una responsabilidad política, los líderes republicanos fingen activamente una política climática".
Ash pronostica que tanto Obama como Romney "tendrán que reconsiderar sus desastrosos cálculos políticos de haber suprimido el debate sobre el calentamiento global". El activista de Greenpeace se muestra muy crítico con ambos líderes y apunta que a pesar de que "la campaña de Obama parece ir en consonancia con los ecologistas, ninguno de los dos programas se preocupa demasiado por el hecho de que el aire puro, el agua limpia y un clima estable son necesarios para una economía sana". Incluso Obama, matiza, "le ha seguido el juego a la industria y sus necesidades, como el carbón, las exportaciones de gas y las perforaciones petrolíferas en el Ártico".
El julio más cálido en 100 años
Se da la circunstancia de que este verano, en mitad de la carrera hacia la Casa Blanca, el medio oeste de EEUU ha sufrido la peor sequía en los últimos 50 años. Elijah Zarlin, director senior de Campaña en el movimiento CREDO Action, esperaba que "el clima extremo de este verano debería haber despertado a la Administración Obama". Sin embargo, más que para reflexionar sobre sus causas, la sequía ha servido de arma política arrojadiza a los partidos demócrata y republicano, enfrentados a la hora de consensuar una ley de ayuda a los granjeros en este tipo de emergencias.
El Centro de Control de Sequías de EEUU lanzó la voz de alarma el pasado mes de agosto, llegando a advertir de que todos los estados, con la excepción de Hawai y Alaska, estaban en riesgo de sequía. Más de 30 estados fueron declarados zona de desastre, teniendo que aprobarse ayudas para ganaderos y agricultores de unos 30 millones de dólares.
Julio ha sido el mes más cálido en 100 años de registros en EEUU. Jake Crouch, del Centro Nacional de Datos Climáticos de NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration), explica que "las temperaturas registradas este año suponen un incremento muy significativo respecto al año pasado, batiendo records mes a mes". Así, el período comprendido entre agosto de 2011 y junio de 2012 supone los doce meses más cálidos de la historia.
NOOA cuenta con una métrica, el Índice Extremo del Clima en EEUU, que fecha desde 1900 numerosos indicadores de temperaturas inusualmente altas o bajas, así como sequías, aguaceros, tormentas tropicales y huracanes. Si la media hasta ahora se había situado en un 20%, el pasado mes de julio el índice alcanzó el 37% y, lo que es aún peor, en los primeros siete meses del año alcanzó el 46%, con temperaturas muy elevadas tanto de día como de noche, algo muy poco usual según Crouch.
Los cálculos hablan de más del 50% de las cosechas afectadas debido a la continuada falta de lluvias. En el caso del maíz, su cultivo más importante no sólo por su destino alimenticio sino como fuente de etanol, los daños escalan hasta el 88%, siendo la más baja en seis años. Como consecuencia de este desastre en el campo y en un intento por controlar los precios de mercado, el Departamento de Agricultura anunció la compra de carne de cerdo, pollo, cordero y pescado por valor de 170 millones. Esta misma semana, la ONG Oxfam ha alertado sobre los devastadores efectos que puede tener el cambio climático en el precio de productos de primera necesidad, como los cereales, en especial el maíz, el trigo y la soja, alimentos básicos en los países en vías de desarrollo.
La sequía no sólo ha afectado a las cosechas, sino que ha acabado con la vida de miles de peces; sólo en el Estado de Iowa las altas temperaturas del agua, que llegaron a alcanzar los 40 grados centígrados, se han llevado la vida de al menos 40.000 esturiones.
El cambio climático tras la sequía
Aunque expertos como la doctora Virginia Burkett, científico jefe para el Clima en el organismo U.S. Geological Survey, indican que "es posible que las sequías de 2011 y 2012 en EEUU se deban a las variaciones naturales del ciclo climático" y que "no podemos fijar cuotas de causalidad a esta variación natural frente al cambio climático provocado para el hombre", buena parte de la comunidad científica disiente.
Christiana Figueres, la máxima responsable del Cambio Climático en la ONU demandaba hace tres días a los escépticos ante el calentamiento global que "abran los ojos" ante un fenómeno con alcance mundial. En este sentido, se refería a EEUU, que "nunca ha tenido una sequía tan profunda como este año".
Ante estas evidencias, otros científicos como Michael Mann, geofísico de la Universidad de Pensilvania y uno de los máximos cruzados contra el calentamiento global, no dudan al afirmar que "esto no habría sucedido sin el cambio climático provocado por la intervención humana". Desde su punto de vista, "el calor sin precedentes de este verano en gran parte de EEUU, que ha superado con holgura la gran sequía de la década de 1930, no son una casualidad".
Mann, en un reciente artículo destacaba lo "tristemente irónico que resulta que Oklahoma, la región que ha sufrido las temperaturas más elevadas de todo EEUU en la historia, sea el estado del senador republicano James Inhofe, que ha negado la intervención humana en el cambio climático, calificándolo como "la gran estafa jamás perpetrada en el pueblo americano".
Para el científico de Pensilvania, "el tiempo para el debate acerca de si este cambio viene o no por la acción del hombre ya ha pasado", y recomienda tener "un debate de buena fe acerca de cómo afrontar el problema, cómo reducir el futuro cambio climático y adaptarnos al que ya se ha producido, reduciendo los riesgos que supone para la sociedad". "No podemos seguir escondiendo la cabeza bajo tierra", concluye.
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