Este artículo se publicó hace 7 años.
El decepcionante primer año de gobierno de la nobel de la paz birmana Aung San Suu Kyi
La primera ministra del país sudasiático no ha conseguido encauzar el conflicto de la minoría musulmana de los rohinyás, que ha sido calificadado por la ONU como limpieza étnica
Madrid-
La primera ministra birmana Aung San Suu Kyi no ha conseguido cumplir las expectativas en su primer año en el Gobierno. La birmana galardonada con el nobel de la paz no ha conseguido encontrar una solución a la situación de las minorías étnicas en el país, en particular, la de los rohinyás, la minoría musulmana perseguida en Rakáin, al oeste del país.
Los datos oficiales relacionados con la represión del grupo musulmán señalan a 434 detenidos y, al menos, 140.000 desplazados. El pasado viernes, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU tomó la decisión de enviar "urgentemente" una misión internacional de investigación a la zona.
La situación en Rakáin, región en donde se asientan los miembros de la etnia perseguida, según la ONU, puede considerarse "limpieza étnica". Tal violación de los Derechos Humanos no ha podido ser solucionada o encauzada por parte del Gobierno de Aung San Suu Kyi en su primer año.
A pesar de la liberación de 200 presos y la promesa del Gobierno frenar las detenciones de presos políticos, organizaciones como Human Rights Watch siguen reclamando más excarcelaciones.
Las esperanzas de solucionar el conflicto aumentaron con la llegada de Annan
Ya tras los primeros 100 días gobierno se comenzaron a oír las primeras voces críticas que tachaban de lento el ritmo del gobierno que a finales de agosto se reunió con las minorías étnicas sin llegar a un acuerdo que consiguiese frenar la violencia.
Las esperanzas de solucionar el conflicto étnico, concretamente la situación de los rohinyás, parecieron aumentar con la llegada de Kofi Annan en septiembre al país sudasiático para presidir una comisión para solventar las tensiones de Rakáin. Las organizaciones denunciantes la situación de la minoría étnica vieron en la visita del antiguo del ex secretario general de la ONU la posibilidad de poner punto y final al problema étnico del país. Sin embargo, en octubre, un atentado en uno de los puestos fronterizos en la región se cobró la vida 17 personas y conllevó una mayor represión del grupo musulmán.
El Gobierno de Birmania ha rechazado los intentos de Naciones Unidas de investigar los crímenes de limpieza étnica que están teniendo lugaral oeste del país.
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