El 'caso Camarena': las oscuras conexiones entre los narcos, la CIA y el Gobierno mexicano
Un juez norteamericano ordena la reapertura del juicio a uno de los policías condenados por el asesinato en 1985 de un agente infiltrado de la DEA en el cártel de Guadalajara. Varios testimonios vinculan en el caso a la CIA y a Manuel Bartlett, exministro del Interior y hoy alto cargo en el gobierno de López Obrador.
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El secuestro, tortura y asesinato del agente de la DEA Enrique Kiki Camarena en Guadalajara en febrero de 1985 vuelve a ser un caso abierto. Camarena fue el primer agente de la agencia antidrogas de Estados Unidos asesinado en México. Su muerte provocó un terremoto diplomático entre ambos países. El caso Camarena llevó a la desintegración del cártel de Guadalajara, la primera gran organización mexicana del tráfico de drogas. Los capos fueron acusados de ser los autores intelectuales del crimen.
El 'caso Camarena' llevó a la desintegración del cártel de Guadalajara
Sin embargo, varias investigaciones apuntan también a la participación de otros actores, como la propia DEA, la CIA o el Gobierno mexicano, a cuyo ministro del Interior de la época, Manuel Bartlett (hoy alto cargo del presidente López Obrador), se le vincula con el narcotráfico en los años 80. Ahora, un juez norteamericano ha ordenado la reapertura del juicio a uno de los policías condenados por la muerte del agente de la DEA debido a irregularidades durante el proceso.
El caso Camarena ilustra a la perfección las oscuras relaciones que han tejido durante décadas los narcos mexicanos con sectores políticos y policiales a ambos lados del río Bravo. A finales de los años 70 Guadalajara (tierra de mariachis y tequilas) alumbró el primer gran cártel del narcotráfico mexicano, del que se desprenderían después infinitos brazos del crimen organizado. Con el lucrativo negocio del tráfico de opio, marihuana y cocaína, Miguel Ángel Félix Gallardo, Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca Carrillo, alias Don Neto, pronto se convirtieron en los amos de la ciudad. Tenían en nómina a los jefes policiales del estado de Jalisco y sus tentáculos alcanzaban también algunas terminales del Gobierno mexicano.
Todo iba sobre ruedas para el cártel hasta que Enrique Camarena -un agente de la DEA de nacionalidad estadounidense pero nacido en la ciudad de Mexicali en 1947- fue destinado a Guadalajara. Gracias a su condición de mexicano, Kiki, como lo llamaban sus allegados, no tuvo demasiados problemas para infiltrarse en el mundo del hampa. Trabajó como peón de campo para los narcos y comprobó de primera mano sus actividades ilegales. La versión oficial relaciona la muerte de Camarena con el descubrimiento por parte del agente de una gigantesca plantación de marihuana en el rancho El Búfalo, en Chihuahua, administrada por Caro Quintero. Cientos de toneladas de hierba fueron quemadas por el ejército mexicano en el mayor golpe policial orquestado contra el narcotráfico hasta entonces.
Enrique Camarena y Alfredo Zabala fallecieron a causa de las torturas infligidas por sus captores
El 7 de febrero de 1985 -solo unos meses después de esa espectacular operación- policías federales a las órdenes del cártel secuestraron a Camarena y al piloto Alfredo Zavala y los sometieron a todo tipo de vejaciones y torturas en una casa de la calle Lope de Vega de Guadalajara. Murieron el 9 de febrero a consecuencia de las torturas y sus cuerpos fueron hallados un mes después en una zona rural del estado de Michoacán.
'Operación Leyenda'
La muerte del agente de la DEA desencadenó una respuesta sin precedentes por parte de Washington. La denominada Operación Leyenda desarticuló el cártel de Guadalajara. Caro Quintero y Fonseca Carrillo fueron detenidos. Félix Gallardo caería más tarde, no sin antes haber distribuido el negocio de la droga entre sus más cercanos subalternos: los hermanos Arellano Félix se quedaron con Tijuana; a Amado Carrillo, alias El señor de los Cielos, le correspondió Juárez; e Ismael El Mayo Zambada y Joaquín El Chapo Guzmán fundaron el cártel de Sinaloa (hoy día, el principal clan de la droga).
Hasta ahí el relato oficial que muestra lo ocurrido como una mera venganza de Caro Quintero y el cártel contra Camarena por la destrucción de su gran plantación de marihuana. Pero hay otra versión de los hechos. El exagente de la DEA Héctor Berrellez estuvo al frente de la Operación Leyenda y, según sus investigaciones, en el crimen de Camarena habrían tenido también responsabilidades al menos un agente de la DEA, la CIA y el Gobierno mexicano.
El papel de la CIA
En la serie documental The Last Narc (Prime Video, 2020), Berrellez, uno de los agentes con más condecoraciones de la DEA, reveló que entre los interrogadores de Camarena se encontraba Félix Rodríguez, el agente cubano-americano de la CIA que en octubre de 1967 dirigió la captura y ejecución del Che Guevara en la aldea boliviana de La Higuera. A juicio de Berrellez, la razón por la que Camarena fue secuestrado guarda relación con su descubrimiento de un rancho del cártel en Veracruz en el que operaba la CIA con los narcotraficantes.
Según los testimonios de varios policías mexicanos (testigos protegidos por el Departamento de Justicia de Estados Unidos), Rodríguez quería saber qué información tenía Camarena sobre la colaboración de la CIA con los narcos en el tráfico de droga de Colombia a Estados Unidos vía México. Al parecer, la CIA se valía de esa cooperación para financiar a la guerrilla de la Contra en Nicaragua en plena revolución sandinista. En 2013, tres agentes norteamericanos de la DEA y la CIA (entre ellos Berrellez) declararon a la revista mexicana Proceso y a la cadena estadounidense Fox News que ese y no otro había sido el motivo real del secuestro de Camarena.
El incombustible Bartlett
Al Gobierno mexicano, por su parte, le interesaba conocer qué había averiguado Camarena sobre los nexos entre los narcos y la política. Las declaraciones de los testigos protegidos sitúan a Manuel Bartlett en la casa de torturas de la calle Lope de Vega. En 1985 ocupaba el cargo de secretario de Gobernación (ministro del Interior) en el gabinete de Miguel de la Madrid. Bartlett era uno de los dirigentes más destacados del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y tenía aspiraciones presidenciales.
Como responsable de Gobernación, estuvo al frente del escrutinio en las elecciones de 1988. El opositor Cuauhtémoc Cárdenas iba en cabeza hasta que se cayó el sistema. Cuando se solventó el problema técnico, el candidato del PRI, Carlos Salinas de Gortari, resultó vencedor de la contienda. Bartlett siempre ha caído de pie. Fue ministro de Educación con Salinas y más tarde gobernador del estado de Puebla y senador durante doce años. Su tenebroso pasado no ha sido obstáculo para que el progresista Andrés Manuel López Obrador haya contado con él para dirigir uno de los organismos más importantes del país, la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
"Hace treinta y siete años, nadie hubiera pensado que un día Manuel Bartlett, quien fuera el siniestro secretario de Gobernación (SEGOB) priísta del entonces presidente Miguel de la Madrid, terminaría sentado a un costado del que se supone es el primer presidente emanado de la izquierda en México, Andrés Manuel López Obrador, con el cargo de superpoderoso titular de la Comisión Federal de Electricidad (CFE)", escribió en julio pasado la prestigiosa periodista de investigación mexicana Anabel Hernández.
En un artículo publicado en la web en español de la agencia Deutsche Welle, Hernández transcribía parte de las entrevistas que realizó en 2021 a dos expolicías del estado de Jalisco involucrados en el secuestro de Camarena. Jorge Godoy y Ramón Lira, testigos protegidos del Departamento de Justicia de Estados Unidos, trabajaban en 1985 como escoltas del narco Don Neto y estuvieron en la casa de torturas de la calle Lope de Vega. Según su relato, Bartlett había recibido previamente varios millones de dólares por parte del cártel de Guadalajara y apareció en el interrogatorio a Camarena.
Un juez federal de EEUU ha ordenado reabrir el juicio por el asesinato de Camarena
Ahora, un juez federal de Estados Unidos ha ordenado reabrir el juicio a un policía por el asesinato del agente de la DEA. Según el auto al que tuvo acceso el diario mexicano Milenio, el magistrado John A. Kronstadt ha tomado esa decisión después de determinar que el FBI (la Oficina Federal de Investigación) presentó pruebas falsas contra Raúl López Álvarez, uno de los policías implicados en el secuestro y asesinato Camarena. López, condenado en 1988 a cuatro penas de 60 años de prisión, alegó que su procesamiento no fue realizado con apego a la ley. El FBI presentó entonces como prueba el hallazgo de cabellos supuestamente del acusado en la casa de Lope de Vega. Una prueba que para el juez Kronstadt no es "científicamente sostenible".
El caso Camarena originó uno de los mayores conflictos diplomáticos entre México y Estados Unidos. Pese a la condena de Caro Quintero como autor intelectual del crimen, quedan todavía muchos interrogantes sin aclarar. La única certeza es que el negocio del narcotráfico en México y Estados Unidos sigue hoy tan boyante como ayer.
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