Jair Bolsonaro, convertido recientemente en el primer presidente de extrema derecha tras la redemocratización de Brasil, aseguró este lunes que "los brasileños no saben lo que es la dictadura", omitiendo así los casi 20 años de régimen militar que gobernó el país entre 1964 y 1985. El excapitán del ejército brasileño, que nunca ha ocultado su admiración por la dictadura militar —la califica de "régimen con autoridad"—, hizo este comentario tras una conversación telefónica con el primer ministro húngaro, el xenófobo Viktor Orban.

"Hungría es un país que ha sufrido mucho con el comunismo en el pasado, es un pueblo que sabe lo que es dictadura. El pueblo brasileño no sabe lo que es dictadura todavía, no sabe lo que es sufrir en la mano de esas personas", aseveró Bolsonaro en unas declaraciones recogidas por el diario O Globo.

El presidente electo de Brasil manifestó además su discordia con la actual Ley de Migración que rige en el país porque transformó al gigante sudamericano en una nación sin fronteras que "admite la entrada indiscriminada de extranjeros".

Esta ley, que entró en vigor en mayo de 2017 tras ser sancionada por el presidente brasileño, Michel Temer, revocó una legislación de la época de la dictadura militar  —que trataba a los inmigrantes como una amenaza—, garantizando a los migrantes prácticamente los mismos derechos que a los nacionales. "Estaba en contra de esa última Ley de Migración que transformó nuestro país en un país sin fronteras. No podemos admitir la entrada indiscriminada de quien quiera, simplemente porque alguien quiere venir aquí", precisó Bolsonaro en unas palabras recogidas por Efe.

Para el líder ultraderechista, si esa Ley continúa vigente, cualquier persona que llegue al país sudamericano "llega aquí con más derechos que nosotros".

El diputado se manifestó sobre la normativa migratoria tras relatar la llamada telefónica de felicitaciones que recibió del primer ministro húngaro. Orbán, quien a través de una nota señaló que con Bolsonaro han ganado los valores que él mismo considera importantes, defiende una restrictiva política migratoria y asegura que la migración, especialmente la de musulmanes, amenaza con destruir la esencia cristiana de Europa.