Bomberos españoles ya trabajan en Turquía y rescatan a dos personas con vida bajo los escombros

Los 91 efectivos de los bomberos de la Comunidad de Madrid y de la Unidad Militar de Emergencias (UME) han pasado su primera noche en Turquía con la prioridad absoluta de rescatar a las personas sepultadas en el devastador terremoto que ha asolado el sureste del país y Siria. Un trabajo que ha comenzado a dar sus frutos.

Los efectivos de la UME y del Equipo de Respuesta Inmediata de la Comunidad de Madrid (Ericam) llegaron en la tarde de este martes a la Base Aérea de Incirlik y han sido desplegados a sus respectivas zonas asignadas: los primeros, a la localidad de Ganzitep, cercana a la frontera siria, y los segundos, a Iskenderum, vecina de la ciudad de Alejandreta.

En esta segunda ciudad, los bomberos de Madrid han rescatado con vida a una persona que había localizado a primera hora, un hombre de 65 años que se encuentra deshidratado pero aparentemente en buen estado. Fuentes de Emergencias 112 han informado de que, por desgracia, junto al hombre estaba el cuerpo de su hijo, de 32 años, fallecido.

Las labores han sido extremadamente complicadas. Los miembros del equipo de rescate del Ericam podían oír al señor, pero era un sonido sordo que no lograban ubicar. Además, toda la zona era inestable, con continuos desplazamientos de losas y con dos forjados colapsados. Ayudándose de puntales metálicos, y con la colaboración de rescatadores turcos, han logrado llegar hasta el hombre.

Bomberos valencianos rescatan a una persona

Otro rayo de esperanza lo ha protagonizado un equipo de bomberos del País Valencià. Un equipo de doce rescatadores y dos perros de la ONG valenciana Intervención, Ayuda y Emergencias (IAE) ha rescatado con vida a un joven de 26 años de un edificio de la ciudad turca de Adiyaman, una de las más afectadas por el terremoto que ha asolado el país.

Así lo ha asegurado a EFE Moisés Benlloch, presidente de la ONG, cuyos miembros se han trasladado a Turquía para participar en las labores de rescate de posibles supervivientes del terremoto. Benlloch ha explicado que fueron el primer equipo internacional en llegar a esa ciudad donde, tras ponerse al servicio de la mesa de crisis, les pidieron ayuda para extraer a un hombre que estaba atrapado por un pie y que no había sido posible rescatar por no tener las herramientas necesarias para hacerlo.

Tras llegar a la zona iniciaron el rescate "complicado, porque había varias placas bajo el suelo y poco espacio disponible para trabajar" pero, tras romper el hormigón y cortar los hierros que atrapaban el pie, pudieron rescatar al joven. "Fue un éxito y estamos muy satisfechos", ha subrayado.

El grupo de rescate realizó este martes en la ciudad de Adana una primera intervención de ayuda pero no pudieron localizar a nadie con vida. Después se trasladaron a Adiyaman, al suroeste del país, una de las ciudades más afectadas por estar en el epicentro del terremoto, donde sobre las 3 de la madrugada de este miércoles han podido realizar este rescate.

La UME trabaja en la ciudad de Ganzitep

Mientras, los 56 miembros de la UME trabajarán con equipos de Qatar e India en Ganzitep, una localidad de 60.000 habitantes, de los que la mitad, unos 30.000, están desaparecidos. A la zona se están acercando, además, los buques Juan Carlos I y Galicia, con 500 infantes de marina para ofrecer asistencia médica y "posibilidad de alojamiento".

Los 56 miembros de la UME trabajarán con equipos de Qatar e India en Ganzitep

La situación allí, ha dicho la ministra de Defensa Margarita Robles, es "terrible", y en la base militar, el contingente español está "recibiendo gente que no tiene donde alojarse, incluso algún ciudadano español".

Los 91 efectivos han llegado a Turquía a bordo de dos aviones del Ejército del Aire, que partieron uno desde Madrid y otro desde Morón (Sevilla), que pudieron aterrizar finalmente en la base aérea de Incilirk. Las aeronaves tenían previsto tomar tierra en el aeropuerto de Adana, pero allí "el caos era absoluto" y problemas de tráfico aéreo les obligaron a sobrevolar la zona durante dos o tres horas antes de ser desviados hacia Anatolia, a 800 kilómetros.