La UE opta por la Europa geoestratégica con la adhesión de Ucrania frente a la Europa económica
La ampliación de la UE impulsada por los 27 en Granada plantea muchas preguntas sobre el alto coste que implicará priorizar la adhesión de Ucrania por razones geopolíticas.
Granada-
La prioridad de la adhesión de Ucrania a la Unión Europea (UE) antepone los intereses geopolíticos y de seguridad de la UE a los económicos y ahonda en la división de bloques de la que fue testigo Europa en otros tiempos. La UE apuesta por extender sus fronteras hasta el último confín europeo con la intención expresa de contener el eventual avance de potencias competidoras, especialmente Rusia.
La apuesta de los halcones europeos por tener a Ucrania como escudo y frontera más oriental de la UE obvia el tremendo esfuerzo que supondrá esa incorporación y las brechas de desigualdad que se abrirán en el seno de la Unión cuando ese país acapare la mayor parte de las ayudas europeas.
Y ante las dificultades legales que supone la admisión de un país trastocado por la guerra, la UE parece dispuesta a saltarse todas las reglas y reformar su propia esencia, tal y como se pespuntó este viernes en Granada en la reunión informal del Consejo Europeo, con España anfitriona al frente de la Presidencia rotatoria.
La cumbre informal de los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 en Granada se produce en el marco de la Presidencia española de la Unión Europea. En la víspera de esta reunión, Granada acogió también el encuentro de la Comunidad Política Europea (CPE) y a casi medio centenar de mandatarios europeos que hablaron también sobre la ampliación de la UE más allá de sus actuales fronteras.
Entre los asistentes a la cumbre de la CPE estuvo el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, a quien los líderes europeos arroparon en su lucha contra Rusia, prometieron nuevas remesas de ayuda y dieron más esperanzas a las aspiraciones de su país para integrarse en la UE, priorizando esta adhesión a la de otros países que llevan negociando su entrada muchos años.
Una inversión geoestratégica
"La ampliación es una inversión geoestratégica en paz, seguridad, estabilidad y prosperidad", afirma la declaración final de la cumbre de Granada del Consejo Europeo. Una declaración en la que ya se ha eludido hablar de 2030 como fecha posible de esta ampliación y que había sido propuesta por el presidente del propio Consejo Europeo, en contra de la opinión de muchos miembros.
La UE se muestra así lista para defender su papel de superpotencia regional, absorbiendo prácticamente todos los países que quedaban sin alinear en el viejo continente, desde los Balcanes Orientales a Ucrania. Es el retorno a la política de bloques de la Guerra Fría bajo una máscara de cohesión paneuropeísta, con Rusia como enemigo principal, repetido mil veces en esta cumbre.
Como señaló el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, con esta ampliación la UE está demostrando que "es capaz de una acción geopolítica" propia.
El Consejo Europeo celebró esa reunión informal en Granada con el pacto sobre emigración y las perspectivas de la ampliación de la UE como temas principales. Y al igual que la política migratoria de la Unión ha sido cuestionada por países como Hungría o Polonia, la ventaja que Bruselas quiere dar a Ucrania en el proceso negociador para la ampliación también ha levantado suspicacias.
"Ampliación significa que los países candidatos tienen reformas que adoptar, saben lo que necesitan hacer", indicó Charles Michel, quien instó a los 27 a pergeñar su nueva "agenda estratégica", las consecuencias económicas y las "prioridades políticas".
La adhesión de Ucrania a la UE, ¿una salida a la guerra?
Y entre estas prioridades políticas está la apertura de las puertas de la UE a Ucrania, única salida que ven algunos de los miembros de la Unión a la guerra. La incorporación a la familia europea por parte de Kiev también puede acallar otra de sus aspiraciones occidentalistas, la entrada en la OTAN. Este paso, inicialmente demandado por Ucrania, es más difícil de negociar en medio de una contienda y con la perspectiva de que la crisis con Rusia se enquiste aunque se alcance un alto el fuego, como lo ocurrido durante 35 años con el conflicto de Nagorno Karabaj.
La entrada de Ucrania en la UE podría incluso suavizar el impacto de la eventual pérdida de parte de su territorio como sacrificio geopolítico inevitable ante las demandas de Moscú de un cortafuegos entre la Federación Rusia y la OTAN-UE. Los países de la UE subrayaron en Granada la necesidad de que Rusia devuelva los territorios ocupados, pero la marcha de la guerra no está ayudando en ese sentido y todas las posibilidades quedan abiertas.
La ampliación de la UE, una necesidad geopolítica
La apertura de la UE a los países aspirantes de los Balcanes y el este de Europa es "una necesidad geopolítica", reiteró en Granada el primer ministro finlandés, Petteri Orpo, quien adelantó que la Comisión Europea está preparando un informe especial para principios de noviembre a fin de comenzar a trazar la hoja de ruta de la ampliación.
Con esa opinión, la necesidad geopolítica de la ampliación, coincidió el ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, quien reconoció además que "la guerra de Ucrania ha dado un nuevo impulso a la ampliación".
La incorporación de países en los Balcanes orientales remacha la fuerza geográfica de la Unión Europea, pero es el anuncio de la adhesión de Ucrania, un Estado que ha desafiado a Moscú, el golpe de efecto que necesitaba la UE para consolidar su capacidad estratégica en Eurasia.
En estos momentos hay negociaciones de incorporación a la UE con Albania, Macedonia del Norte, Montenegro, Serbia y, aunque congeladas, con Turquía. Se está examinando abrir esa negociación con Moldavia, Bosnia y Herzegovina, y la propia Ucrania. Georgia, en el Cáucaso, y también Kosovo han solicitado ese estatus de candidatos, aunque la soberanía de este último territorio no es reconocida por varios países de la UE, España entre ellos.
Recelos ante el favoritismo de Bruselas con Kiev
La eventual adhesión de Ucrania está levantando muchas espinas entre algunos de los socios de la Unión, que no se dejan llevar por la publicidad de Bruselas ni por los mensajes de optimismo desmesurado entre algunos de los 27 para ampliar la UE de nuevo hasta el patio delantero de Rusia.
Si se quiere acelerar la incorporación de Ucrania a la UE habrá que saltarse muchos de los criterios del proceso de adhesión. Países como Hungría o Polonia verán justificados sus recelos si Ucrania pasa la prueba con ayuda y eludiendo los exámenes.
Aunque son muchos los avances conseguidos en los últimos tiempos por Ucrania para adecuarse a las normas comunitarias, aún hay carencias muy agudas en los ámbitos de la gobernabilidad, las instituciones públicas, el poder judicial, el sistema de partidos, la protección de minorías y sus lenguas, por no hablar de la corrupción. Por eso la fecha de 2030 sonaba demasiado cercana para la ampliación a Ucrania.
Tampoco hay garantías sobre la preservación de su integridad territorial, dado que casi un 18% de su territorio ha sido anexionado por Rusia y no se sabe a ciencia cierta cuánto podrá ser recuperado por las armas o mediante la negociación.
El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, reclamó en Granada que se evalúen las "consecuencias estratégicas" de la incorporación a la UE de nuevos países. "No los hemos hecho", lamentó el político conservador. Se pretende dar pasos que cambiarán la faz de la Unión Europea y el peso y orientación de la UE en el mundo, sin analizar cuánto costará esa metamorfosis.
Ucrania sigue siendo un país en guerra
Ucrania, explicó Orbán, es un país en guerra, con unas fronteras borradas en el este y sur por la invasión y ocupación rusas. Por ello, el primer ministro húngaro exigió un amplio debate europeo antes de que se produzca la ampliación.
Un examen que deberá ser también económico, agregó, sobre el impacto que la adhesión de Ucrania tendrá sobre las ayudas agrícolas y los fondos de cohesión. Muchos de los países que ahora reciben estas ayudas y otros subsidios se verán desprovistos de ellos. Su nuevo destino será la voraz economía ucraniana, muy necesitada de reformas.
La entrada de Ucrania en la UE significaría de momento la pérdida del 20% de las ayudas agrícolas para los países que ahora las perciben. Así lo señala un informe del propio Consejo Europeo citado por el diario Financial Times esta semana, que también estima en 186.000 millones de euros el monto que recibiría Ucrania de las arcas comunitarias en los primeros siete años tras su entrada en la UE.
El cargo por añadir los nueve aspirantes principales al presupuesto actual de la UE rondaría los 256.800 millones de euros.
"Todos los países miembros tendrán que pagar más y recibir menos del presupuesto de la UE. Muchos estados miembros que son perceptores netos se convertirán en contribuyentes", agrega el informe.
La financiación de la ampliación "va a ser complicada y difícil", reconoció el presidente del Consejo Europeo al concluir la cumbre de Granada.
En estas circunstancias, la UE no podrá eludir una reforma total de sus presupuestos y de sus políticas económicas. Por mucho que se apueste por una estrategia de seguridad distinta a la que actualmente rige en Europa, si la economía no hace arrancar ese motor, el fracaso sería inevitable.
Sin pretenderlo, los ucranianos podrían ser los causantes de la refundación de la UE.
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