Los expertos en armas químicas de la ONU han logrado entrar en uno de los lugares supuestamente atacados con gas venenoso la semana pasada en las afueras de Damasco. Los enviados han estudiado algunos de los lugares y edificios bombardeados y han realizado pruebas a las víctimas, como la recogida de toma de muestras de sangre y de pelo, dijo un médico en la localidad de Mudamiya, en el sudoeste de la capital y controlada por los rebeldes.
El convoy de expertos entró por una calle bloqueada por personal de la fuerza aérea siria en este suburbio de mayoría suní que está asediado por fuerzas leales al presidente sirio Bachar el Asad. 'Nuestros médicos y los inspectores están hablando con los pacientes y tomando muestras de las víctimas', dijo hablando por teléfono móvil el médico Abu Karam. Varios vídeos colgados en internet por los grupos opositores muestran al equipo de la ONU hablando con lugareños y médicos. Horas más tarde, el equipo regresó a su hotel de Damasco.
Los investigadores lograron entrar en Muadamiya, que está en manos de la oposición, tras cinco intentos frustrados y un ataque contra su convoy, según el portavoz del centro de prensa de la localidad. La ONU denunció en un comunicado el ataque de francotiradores contra uno de los vehículos, que quedó inutilizado por los disparos, lo que obligó al equipo a esperar para reemplazarlo. El Gobierno sirio culpó a 'grupos terroristas armados', como suele denominar a los rebeldes, de tirotear a miembros de la misión, mientras que la Coalición Nacional Siria (CNFROS), el mayor grupo opositor, acusó a las milicias del régimen sirio de ser los autores de los disparos.
La ONU confía en que su equipo sea capaz de obtener las pruebas pertinentes
Naciones Unidas anunció que Damasco había aceptado un alto el fuego mientras los expertos se encuentran en el lugar para las inspecciones. Activistas dijeron que los rebeldes también habían acordado detener las operaciones y varias brigadas ofrecerían protección al equipo de la ONU. Pero mientras un activista hablaba con Reuters vía Skype, el sonido de la explosión de granadas de mortero se podía oír en la distancia, enfatizando los peligros y dificultades que los inspectores pueden afrontar cuando tratan de investigar.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha anunciado que presentará una queja 'contundente' al régimen sirio y a la oposición. Ban detalló que el vehículo de la misión fue atacado por un 'francotirador no identificado', tras lo cual los enviados pudieron regresar a Damasco, cambiar de coche y volver a los suburbios de la capital para continuar con su investigación. 'Visitaron dos hospitales, pudieron entrevistar a testigos, supervivientes y médicos, y recoger algunas muestras', añadió el secretario general, según el mismo comunicado.
Los expertos de Naciones Unidas fueron atacados por un 'francotirador no identificado'
La investigación llega en medio de los crecientes llamamientos desde Occidente para tomar represalias contra el Gobierno de Asad, al que responsabilizan del ataque. Siria aceptó el domingo permitir la visita de los inspectores, pero Estados Unidos y sus aliados dicen que cualquier prueba probablemente habrá quedado destruida por los fuertes bombardeos de las fuerzas gubernamentales sobre la zona en los últimos cinco días. Sin embargo, Naciones Unidas confía en que 'a pesar del paso de los días el equipo enviado será capaz de obtener las pruebas pertinentes para su investigación', declaró ante la prensa Farhan Haq, portavoz de la ONU.
El equipo, encabezado por el sueco Ake Sellström, ya estudia si se emplearon armas químicas en tres diferentes ubicaciones en Siria, aunque la ONU ha recibido hasta catorce informes de su posible uso. CNFROS denunció que al menos 1.300 personas fallecieron en el ataque del 21 de agosto. Por su parte, la organización Médicos Sin Fronteras (MSF) confirmó la muerte de 355 personas con síntomas neurotóxicos en la periferia sur de Damasco, sin valorar quién fue el autor de la matanza.
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