"Aquí hay voluntarios, ¿por qué no está el Ejército?": la desesperación de los pueblos valencianos arrasados por la DANA
La labor solidaria de los vecinos no es suficiente y los afectados reclaman más efectivos ante la cantidad de personas atrapadas y desaparecidas y la escasez de agua y comida.
Madrid--Actualizado a
Francesc camina en alguna parte entre Alfafar y Benetússer, a escasos kilómetros de Paiporta, la zona cero de los municipios valencianos arrasados por la DANA. "Ahora puedo atenderte, justo llevo las manos vacías", cuenta por teléfono mientras se oyen sirenas de fondo. Efectivos de la UME y el Ejército se están desplazando por la zona. A las 8.00 de la mañana estaba cargando su coche de agua, alimentos, ropa y todo lo que pueda acercar a las zonas más afectadas.
"Ayer estuve en Paiporta, hay mucha gente con ganas de ayudar, pero pocos efectivos", ha relatado. La sensación general de los voluntarios que se acercan a estos municipios es la misma, el dispositivo desplegado es insuficiente. "El primer día que estuve en Paiporta la gente se me tiraba encima porque en 48 horas no había entrado nadie", ha explicado sobre la denominada zona cero de esta catástrofe.
"Para la cantidad de gente, coches y barro que hay en la calle veo poca Policía, poco militar, poco bombero", explica. Francesc ha observado que el operativo se centra en localizar los cuerpos y abrir caminos, pero no hay nadie pendiente de la gente que se encuentra en ese mismo pueblo sin comida, sin agua e incluso sin poder salir de sus casas.
Ante el "caos y desorganización" en la ayuda de los afectados, se están creando redes de voluntarios. "Nos organizamos en grupos de Whatsapp por zonas de conexión con los pueblos y construimos redes para ayudar", ha explicado sobre la inmensa ola de solidaridad que se ha volcado con los municipios afectados.
Estas redes se encargan de recoger las donaciones de comida, agua y ropa de los puntos destinados y llevarlos a los pueblos. Un poco en coche, un poco andando. Lo que permita el camino. Este lunes miles de personas se han desplazado a pie desde València con agua, comida y herramientas para ayudar. "Las carreteras están colapsadas, la gente se ha dado cuenta de que llegar a pie es mucho más fácil", narra Francesc.
"Llegas al pueblo y la gente te va avisando desde los balcones por dónde se puede ir. Los que no pueden salir te tiran cuerdas para que les pases comida y agua", añade. Algunos pueblos empiezan a instalar puntos para recoger donaciones, pero no todos pueden llegar a ellos y la espera puede ser muy larga. "Están empezando a hacer centros de recepción, pero hacen colas de hasta seis horas. La gente tarda menos si va andando a otro sitio. Hay mucho caos, desorganización y desesperación", cuenta Francesc.
El problema reside en que no hay carreteras y no se puede llegar andando a todos los sitios. "A los pueblos más lejanos de València, a diez o 12 kilómetros, no está llegando nadie", lamenta el voluntario.
Y es que el voluntariado no es suficiente. "La sensación que tienes es que tu ayuda es muy poca", explica Francesc. A pesar de las miles de personas de València, alrededores y otras comunidades autónomas que se han acercado a ayudar, se necesita a todo efectivo disponible en los municipios afectados. "Todo lo que hay es voluntarios, ¿por qué no está aquí el Ejército?", se pregunta.
"Aquí van a haber muchísimos muertos"
Durante la llamada, la cifra de muertos acaba de actualizarse a 202, pero la sensación de todos los que han estado en las zonas más afectadas es que va a crecer, y mucho. "Aquí van a haber muchísimos muertos", señala Francesc al conocer la noticia. En las calles todavía hay montañas de coches sin revisar, garajes cubiertos de lodo que no se han abierto y mucha desesperación en las familias para encontrar a sus seres queridos.
Esa desesperación se traduce en la necesidad de que lleguen más efectivos a las zonas afectadas. "La gente aplaudía y lloraba cuando vio entrar a un convoy de bomberos", explica Francesc. La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha afirmado que este viernes han comenzado a trabajar otros 500 militares y el sábado se incorporarán "los que hagan falta, sin ningún tipo de limitación de medios". Mientras, los vecinos afectados siguen esperando y los voluntarios dando todo lo que pueden con la sensación de que no es suficiente.
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